Deseos.

Parte 4.

Después de haber terminado de comer el matrimonio del monje y la exterminadora regresaron a su cabaña y la otra pareja está callada, cada uno hundido en sus pensamientos.

-Inuyasha tenemos que hablar- rompió el silencio la hermosa azabache. Inuyasha solo alzó una ceja para al final asentir.

- También tengo algo que decirte Aome- terminó por responder el peliplata.

"Lo habrá visto" pensó el hanyou pero se pensamiento se esfumó cuando por fin la azabache volvió a hablar

-Kikyo está viva- dijo soltando el aliento que había contenido por lo que creyó una eternidad.

La cabeza del peliplata era un caos tenía un millón de preguntas pero recordó lo que él también había visto.

-Bankotsu también lo esta- contestó al fin el hanyou después de unos momentos que para la azabache fue un largo tiempo.

-Esto es tan raro si los vimos....-

-Morir- completó el peliplata con un tono que la azabache no logró interpretar.

-Necesito asimilar todo esto Aome es algo muy difícil para mi, esto cambia todo- dijo el peliplata y salió sin más.

Aome solo se quedó ahí en shock por lo que el peliplata dijo, después de unos minutos rompió a llorar amargamente hasta que cayó dormida.

Esa noche un sueño muy raro invadió a la azabache.

Narra Aome

Estoy en un lugar donde no hay nada, contrario a lo que pensé el lugar está muy bien iluminado no se ve nada solo una habitación blanca.

-¡Aome ven conmigo te necesito!

Alguien me llama.

-¡Aome escuchame!¡Aome ven!¡Aome por favor!

Ahí está otra vez esa voz llamándome no veo percibo de donde viene la voz y tampoco la conozco, hasta que un grito desgarrador me llama.

-¡AOME!

Al fin reconozco esa voz.

-¡Aome!- Gritó el hanyou pues la azabache lloraba y balbuceaba cosas sin sentido mientras dormía.

-¡BANKOTSU!- Gritó la azabache cuando al fin pudo despertar.

El hanyou como era de esperarse salió hecho una furia de la pequeña cabaña en la que vivían, Aome apenas salía del aturdimiento cuando lo comprendió había herido su ego de macho alfa.