Parte 20.

217 16 0
                                    

Había pasado ya un mes desde que Aome llegó a una pequeña aldea que se encontraba a 2 días al norte de la aldea de Bankotsu. En ella había conocido a personas buenas y amables como Rei una mujer madura con el cabello casi tan blanco como el de Kaede, con unos ojos azules como el firmamento y una sonrisa tan amplia como la de la madre de Aome.

-Rei-san ¿Puede decirle a Masui-chan que pase?

-Cariño ya te he dicho que puedes decirme solo Rei.

-Muchas gracias Rei, ahora permítame atender las heridas de Masui-chan.

-Cómo desees Aome, puedes pedir mi ayuda si la necesitas.

-Gracias Rei.

Esa era su rutina desde que llegó ahí, levantarse al alba curar algún que otro herido hasta la tarde en que comía junto a Rei, después seguía curando y finalmente cenaban.

-¿Aome por qué estás aquí?

-¿A qué se refiere Rei?

-No lo tomes a mal, nos encanta tenerte aquí eres de mucha ayuda pero tú perteneces a otro lugar ¿no es así?

-Antes lo hacía Rei, ahora no tengo nada, deje lo que alguna vez tuve, renuncie a todo ello por alguien quien no me amó.

-Pero alguien te ama y tú le amas, puedo verlo porque cuando crees que nadie te está viendo una sonrisa risueña se instala en tu rostro, tus ojos brillan y tu cabello se ondea con el viento.

-Alguien me espera Rei, pero no se si soy capaz de corresponder esos sentimientos.

-Es normal confundirse querida, creíste pertenecer a un lugar que no era el tuyo y ahora que encontraste tu lugar no sabes que creer.

-No se si ese sea mi lugar Rei.

-Te voy a contar una historia Aome.

Pov Rei.

Hace muchos años una joven aldeana se enamoró del Lord de su región, el joven Enji era al parecer el Lord más humilde que la región, siempre viendo por su pueblo, siempre altivo, carismático y elegante, tenía todo lo que quería, pero como todo Lord debía casarse, recorrió todo su región, en cada aldea veía a la hija de cada Señor feudal, pero cuando se encontró con aquella aldeana que estaba enamorada de él, pidió a sus guardias la vistieran con las sedas más finas y caras de su región, la presentó ante su casa y la proclamó su esposa, la aldeana estaba tan feliz de ser elegida por el Lord, pero tarde se dio cuenta de que el Lord sólo era un hipócrita egoísta que aparentaba ante su pueblo era agresivo, violento y malhumorado, la aldeana no pertenecía allí, cuando el Lord fue asesinado por su pueblo ella fue libre, su salvador era el capitán del ejército del Lord, un hombre guapo con una cabellera oscura como la noche, ojos avellanas y una sonrisa tan resplandeciente como el sol. El capitán la cortejo por 3 años pero la aldeana todavía creía pertenecer al lado de Enji, al cuarto año la aldeana empezó a aceptar su lugar junto a Shota, todo mejoró para la aldeana y Shota, tuvieron un hijo de nombre Shouto con la cabellera tan blanca como la de la aldeana y los ojos tan chocolate como los de Shota. Shota y la aldeana vivieron toda una vida maravillosa hasta que Shota falleció, Shouto se había casado y mudado a la aldea de su mujer, pero a pesar de ello la aldeana no quiso cambiar nada de lo vivido, sus memorias y las de Shota se quedaron con ella hasta el último de sus días.

Fin Pov Rei.

-¿La aldeana eras tú Rei?

-Lo soy Aome, no podría cambiar nunca mi lugar junto a Shota, tuve que pasar por Enji para encontrar mi lugar.

-Yo tuve un Enji.

-¿Cómo era?

-Tenía el cabello de color plata, con los ojos claros como el color de la miel y una sonrisa amplia. También era un Hanyou.

-¿Tienes un Shota, Aome?

-Creo que lo tengo Rei.

Ambas soltaron unas risitas risueñas, una pensando en el moreno que esperaba su regreso y la otra pensando en su amado Shota que también le esperaba en algún lugar para seguir amándose.

Deseos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora