Parte 2.

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Inuyasha y Miroku han partido a la aldea vecina para realizar un exorcismo

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Aome y Sango iban a bañarse en el río que está cerca de la aldea aprovechando que las inquietas gemelas y el bebé estaban con la anciana Kaede, aunque de la nada Aome se marea y para no caer se sujeta de un árbol.

-¿Aome estas bien?

Preguntó una muy preocupada castaña

-Si Sango no te preocupes solo ha sido un pequeño mareo, nada para preocuparse

La azabache solo le sonrió de una manera cálida a la vez que se recuperaba ya del todo.

Así sin inconvenientes más procedieron a darse un relajante baño, sin saber lo que les esperaría a todos después de que sus dos compañeros regresaran de realizar el exorcismo.

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En aquella aldea Miroku e Inuyasha después de realizar ese exorcismo y recibir la paga se disponían a irse hasta que Inuyasha percibió un olor muy conocido sólo que ya no había barro y huesos mezclados con el, sin decir nada a Miroku salió corriendo en dirección de donde provenía aquel olor, su compañero extrañado por su comportamiento fue detrás de él, cuando llegaron al lugar lo que vieron los dejó atónitos.

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Después de aquel bañó a Aome le llegó una presencia que ya había dejado de sentir desde aquella última vez que pelearon contra Naraku y dejó a Sango volver sola a la aldea con el pretexto de que algo se le había olvidado en el río, bueno en realidad fue a aquel lugar de donde provenía esa presencia y aunque lo veía no lo creía, sólo se fue de ahí pensando muchas cosas.

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