Después de que el hanyou se fuera, Bankotsu había llevado a la cabaña a Aome dándole agua y tratando de tranquilizarla aunque no sabía cómo pues nunca fue bueno para ello.
-¿Te sientes mejor miko?
-Bankotsu ya lo habíamos hablado soy Aome, ¿Sí?
-Vale, lo siento aún no me acostumbro a todo esto.- Bajo su vista al suelo un poco ruborizado.
-No tienes de qué preocuparte, a veces pasa.- La bella azabache le regaló una sonrisa tan cálida que ahora pareciese que no hubiera llorado o sufrido jamás pues era una sonrisa tan sincera que calentaba el corazón del moreno.
Al día siguiente por la tarde noche, Aome se plantó frente al alto muchacho y hablo firme.
-Bankotsu quiero hablar contigo.
El joven ya esperaba algo así, pues todo el día la miko había estado portándose rara, no habían peleado, ella le atendía y no borraba la bella sonrisa de su rostro.
-¿Qué sucede Aome?
-Bankotsu, me voy, quiero viajar por todo Japón, ayudar a quienes me sea posible, al menos por un tiempo.
-Miko no digas tonterías eres débil y no durarás fuera, en cuanto salgas de aquí los yokai se irán sobre ti.
-Creo que no me entiendes no te estoy pidiendo permiso, te estoy avisando, además ya soy fuerte, sé defenderme sola, en los 3 años que no estuve aquí practique con el arco y soy buena, se algunos conjuros y los utilizaré si llegase a necesitarlos.
-¡No seas terca mujer !¡¿Qué harás si los bandidos te atacan?! ¡¿Los purificarás?! ¡No me hagas reír por los kamis!- El muchacho estaba exaltado por lo que la miko decía, él no podría protegerla si estuviese lejos.
-¡No me subestimes a Bankotsu! ¡No soy una niña, ni una inútil! ¡Me iré mañana a primera hora te guste o no! ¡Es MI decisión y no tendría porque comunicártelo, pero te tengo aprecio y lo hago por eso! Ahora si me disculpas iré a dormir, que pases buena noche.- La azabache dejó al piel canela hecho una furia, pero el moreno sabía que a pesar de todo esa bella sacerdotisa era terca y orgullosa, no la culpaba pues ella pertenecía a otra época con una mentalidad menos retrógrada, así que antes de que se fuera por completo la llamó.
-¡Aome!
-¿Qué es lo que deseas?
-Déjame acompañarte, si lo haces estaré tranquilo de que nada te pasará además ese híbrido no podrá acercarse a ti.
-Lo siento Banky, es algo que debo hacer sola, quiero pensar y aclarar mi mente, no quiero a nadie a mi lado, pero te prometo que nada me pasará, volveré y viviré aquí, te ayudaré con los niños como siempre.- Una sonrisa comprensiva se artículo en su bello rostro, porque le quería no sabía de qué manera lo hacía, pero, le quería.
¡No lo digas Bankotsu! ¡No lo digas! ¡Tus instintos irracionales no deben ganar!- El piel canela luchaba contra sus instintos pues con la visita del despreciable hanyou se había dado cuenta de algo; estaba enamorado de Aome, no sabía en qué momento pasó, tal vez había sido su mirada tierna, o su sonrisa cálida, o su manera de transmitir luz y alegría, o su bella figura y rostro, o tal vez había sido todo.
-¡Cásate conmigo Aome! ¡Cuando regreses cásate conmigo! ¡Te esperare toda la vida si es necesario pero vuelve!- Sus instintos habían ganado y lo que era una bomba de tiempo explotó.
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Deseos.
FanfictionAome ha regresado a la época del Sengoku después de tres años, ha elegido quedarse al lado de sus amigos e Inuyasha, este ultimo ha profesado su amor eterno por ella y prometido que se casaran. Pero todo esto cambiara cuando dos personas vuelvan d...