Yoshinori bajo del gran auto con ayuda del señor Kang, dando pequeños saltitos hasta la entrada de su casa y chillando cuando por equivocación pisaba una de las línea entre las baldosas, dejando sus zapatos y mochila en la entrada porque tenia mucho trabajo que hacer.
—¿Nori quieres merendar algo?— Pregunto una de las empleadas mientras el cachorro corría escaleras arriba.
—Quiero una leche de chocolate— Grito el tigrito entre risas, las escaleras en su casa eran gigantes y él debía correr mucho para subirlas e ir hasta la oficina de papá para poder trabajar, había estado jugando todo el día pero como tomo su siesta aun tenia energías para trabajar un poco.
La casa de Yoshinori era tan grande que el pequeño solo sabia ir hasta su cuarto, la oficina de papá y la cocina, sus padres regresaban muy tarde del trabajo así que abrió la gran puerta de madera yendo hasta el escritorio para subir con un poco de dificultad en la silla de papá.
—Estoy ocupado Sara, deja tu mensaje con mi secretaria, no, espera tu eres mi secretaria— Hablo el cachorro tomando el teléfono y tecleando palabras inexistentes en la computadora que se encontraba apagada —Eso cuesta.....emmm... Mil millones, si mil millones Sara— El tigrito se bajo de la silla dejando el teléfono descolgado y yendo en busca de una hoja en blanco, una vez había pintado sobre un papel importante y su madre le explico que solo podía tomar las hojas si estaban en blanco.
Revolvió todo un cajón de papeles y cosas, encontrando una hoja en blanco y tomando prestada una de las que tenían muchas letras que no entendía para volver a su silla y tomar nuevamente el teléfono. Sara era la secretaria de su padre y él siempre imaginaba que era a ella a quien llamaba.
—Si si, ya tengo el... El— El cachorro se rasco un poco la mejilla tratando de recordar el nombre de los papeles con muchas letras de su papá— Ya tengo esta hoja muy importante y cuesta mil millones Sara, porque es muy importante y la voy a firmar— Explico el cachorro tomando un bolígrafo para garabatear algo inentendible en la hoja en blanco —Recuerda mil millones Sara y también muchas galletas Sara, no olvides las galletas.
Una de las empleadas le había traído una leche con chocolate y el menor aprovecho para pedirle sus pinturas, había encontrado una hoja y quería pintar algo para papá así que la joven le alcanzo sus botecitos de pintura y pinceles, a Yoshinori le gustaba pintar mucho y en su habitación tenia muchos colores y pinturas, mamá siempre le compraba mucho y ahora que el niño tomaba clases de pintura siempre se la pasaba garabateando cosas cuando llegaba del jardín de niños.
La oficina de papá era grande y ordenada, paredes blancas y una decoración minimalista con muebles color caoba, un gran ventanal que abarcaba toda una pared y una pequeña mesita de color naranja que resaltaba en una esquina. Yoshinori siempre se metía a la oficina así que tuvieron que ambientarle un pequeño espacio con su propia mesita y silla además de un gran cojín donde el niño se recostaba para mirar Pororo en su Tablet.
Entonces al cachorro se le ocurrió la mejor idea del mundo, a papá le gustaban los días soleados y por eso las cortinas siempre estaban abiertas aunque de noche ya no se veía el sol porque se había ido a dormir y a veces su papá también trabajaba de noche así que le iba a pintar su propio día soleado.
En la pared.
Espero por unos minutos y apenas la joven empleada se retiró abrió los pequeños botecitos y empezó a colorear las blancas paredes de azul claro, el pincel era muy pequeño y debía apresurarse así que lleno sus propias manos de pintura, formando un gran cielo azul con pequeñas huellitas de sus manos, había derramado un poco en el suelo pero rápidamente se limpio de su pantalón para abrir su pintura amarilla y hacer un sol, pinto nubes y cuando iba por la mitad del césped la puerta de la oficina se abrió, la niñera casi deja caer el platito con galletas y Yoshinori solo le saco la lengua para terminar su pintura de un día soleado.
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Orejitas ~ TREASURE
RandomLalisa empezara su nuevo empleo en el reconocido jardín de infancia YG, con su delantal azul estampado de nubes y su lista en mano se dirigió a su salón asignado, observando lo adorables que se veían los cachorros en brazos de sus padres o cuidadore...