Hyunsuk era un cachorro de guepardo un poco hiperactivo. Le gustaba el fútbol y en su casa tenia una gran cancha en la que pasaba toda la tarde corriendo detrás de su balón, le gustaba trepar los arboles y jugar con sus camiones de juguete en la tierra del jardín, haciendo reír a los empleados que podaban las plantas y enfureciendo a la niñera que luego debía restregar sus pies con un cepillo.
—Pero Hyunsuk, hasta cuándo debo repetirte que uses zapatos para ir al jardín— La señorita Eunsoo era joven y había sido la niñera de Hyunsuk desde que era incluso más joven, pero el cachorro era tan difícil de manejar que a la osa no le sorprendería tener canas a sus veinticinco años.
—¡Pero noona!— Se quejó el pequeño apartando sus pies y ocultándose en la espuma —Es gracioso pisar la tierra mojada, todo es aburrido con zapatos— El cachorro empezó a chapotear con sus pies en el agua, salpicando a la joven que contó hasta cien tratando de mantener la calma.
—Tu padre los llevara a cenar hoy y no puedes estar todo lleno de barro— Eunsoo término de cepillar los pies del cachorro, enjabonando su cabello rápidamente sin importarle las quejas de niño que quería jugar con la espuma, enjuagándolo y sacándolo del agua para envolverlo en su bata con orejitas —También debo cortarte las uñas— Resoplo la joven cargando al cachorro.
Cada vez que papá los llevaba a comer afuera Hyunsuk debía vestir ropa y zapatos incómodos, sentándose en grandes mesas con demasiados cubiertos y comida extraña. Era aburrido tener que comer sin ensuciarse la boca o los dedos.
—¿No puedo solo quedarme aquí?— Pregunto el cachorro sin colaborar ni un poco para que Eunsoo lo vistiera, negándose incluso a levantarse para no tener que asistir a la aburrida cena.
—Hyunsuk mamá dice que nos vamos en media hora— Sunhee era la hermana mayor del cachorro, con diez años la niña era completamente independiente, arreglándose sola con un delicado vestido turquesa y una coleta alta que relucía sus orejas, decorando su cabello con algunos pasadores brillantes. Todo lo contrario a su hermano que seguía tirado en la cama sin pantalones ni zapatos.
La cena paso tan aburrida como Hyunsuk se lo esperaba, apenas pudo comer sin hacer un "Desastre" como le decía su mamá a revolver el plato, todo en silencio mientras los mayores apenas hablaban. El cachorro levanto sus orejas atento, llamando la atención de su madre que solo le dio una mirada de advertencia pero el menor solo siguió olfateando y buscando alrededor sin prestarle atención.
—Paapiiiii— Llamo el niño colocando sus mejores ojitos de cachorro y haciendo un puchero que sabia que el mayor no podría resistir, ignorando el resoplido de su madre y hermana que ya sabían por donde iba el niño.
—¿Qué sucede bebé? ¿No te gusta tu comida?— El hombre siempre había tenido una debilidad por su hijo, consintiendo al cachorro e ignorando a su esposa cuando le decía que lo estaba malcriando.
—Quiero un postre— Pidió el pequeño manteniendo su mirada triste —Se que ya comí postre, pero se ven taaaaan ricos— El cachorro sonrió satisfecho al ver como su padre llamaba a uno de los meseros, pidiendo postre para todos y terminando la aburrida cena con un delicioso no se que de chocolate, Hyunsuk no sabia exactamente que era pero tenia chocolate y estaba rico así que se sintió satisfecho con su día.
Para el cachorro no era difícil despertar por las mañanas, salía disparado como un resorte apenas escuchaba el primer pitido de la alarma de papá. Hyunsuk tenia un cuarto propio pero siempre solía colarse por las noches a la habitación de sus padres, metiéndose bajo la gran cobija y abrazándose al cuerpo de su padre que ya esperaba al cachorro.
Había pasado todo el fin de semana esperando que llegase el lunes para ir a la escuela, raro para un cachorro de siete años pero normal para el pequeño guepardo que ansiaba jugar futbol con sus amigos, sobretodo con Jihoon aunque el menor no fuese tan bueno.
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Orejitas ~ TREASURE
RandomLalisa empezara su nuevo empleo en el reconocido jardín de infancia YG, con su delantal azul estampado de nubes y su lista en mano se dirigió a su salón asignado, observando lo adorables que se veían los cachorros en brazos de sus padres o cuidadore...