Junghwan se preparo atento a las indicaciones de su profesor, prestando atención al conteo para dar un pazo adelante y patear con todas sus fuerzas.
—Vas bien, recuerda escuchar el conteo— Indico el profesor Kim preparándose para una nueva rutina, Junghwan era uno de los mejores alumnos que tenia y considerando que el pequeño osito apenas tenia seis años su talento era prometedor a futuro.
Las clases de Taekwondo eran divertidas y agotadoras, a Junghwan le gustaban mucho aunque siempre terminaba muy cansado y con mucha hambre, en casa practicaba con su hermano Yohan, Yohan era el mejor del mundo en el taekwondo, papá también era bueno en el taekwondo, y una vez su papá le conto que el abuelo era uno de los Sabon-nim más conocidos de todos. Pero ahora papá trabajaba en un edificio y no podía practicar taekwondo con sus trajes, pero era muy bueno también.
En casa tenían todo un pasillo lleno de fotografías, títulos, medallas y trofeos, Junghwan había participado en un torneo infantil y gano un trofeo pero Yohan tenia muchiiiisiiiiimos más premios y el osito estaba muy orgulloso de su hermano.
—¿Estas cansado Hwannie?— Pregunto como cada tarde Doyoung jugando con su muñequito de anpanman mientras el osito luchaba con el sueño, había entrenado mucho mucho y ahora tenia mucho mucho sueño, la mantita se sentía extra suave y sus ojitos se cerraban solos.
—Tengo sueño Doyi— Balbuceo el osito acurrucándose en su futon para escuchar lo que el conejito le contaba sobre su clase de danza, Junghwan lo estaba escuchando, no estaba durmiéndose, él escuchaba atentamente a su amigo pero cuando despertó ya era hora de ir a casa.
La maestra Lisa los ayudo a todos a alistarse y recoger sus mochilitas y juguetes, la hora de despertar era un completo desastre de cachorros somnolientos y algunos con demasiada energía como Yedam que esperaba paciente a que Yoshi despertase de su siesta para abalanzarse sobre el pequeño tigrito y contarle todo lo que ocurrió mientras dormía, Junkyu nunca se quería despertar, acomodándose como una oruguita envuelto en su manta.
—Hwannie ven, corre corre corre— Doyoung no dejaba de saltar de un lugar a otro en el jardín de la entrada donde esperaban para que los viniesen a buscar, el conejito se veía demasiado emocionado señalando algo entre uno de los arbustos, llamando la atención de todos los niños además del osito y también de la maestra Lisa —Mira esto ven, corre corre.
—¿Qué cosa?— Pregunto el osito ya bien despierto y con mucha curiosidad, no veía nada en el arbusto donde Doyi estaba señalando pero si se asusto cuando Asahi grito fuertemente junto a él.
—Quítamela quítamela quítamela— Repetía entre gritos el pequeño gatito sacudiéndose rápidamente mientras la pequeña mariposa parecía no querer apartarse de su cabello.
—¡Mariposa mala! Estas asustando a Asahi— Regaño Jaehyuk tratando de espantar al pequeño insecto y gritando igual de fuerte cuando este se poso en su dedo, Junghwan seguía observando fascinado al pequeño animalito mientras que Mashiho no dejaba de zarandear a Junkyu para que viniese a ver la mariposa. Hyunsuk estaba tratando de perseguirla pero esta volaba muy rápido y Haruto observaba escondido detrás de la maestra Lisa.
—Las mariposas no dan miedo— Jeongwoo se acerco con cuidado hasta la pequeña mariposa, esta se había detenido en un arbusto y el pequeño lobo casi logro rozarla con uno de sus deditos.
—¡No la toques que es venenosa!— Grito Asahi asustando al lobito que sin querer espanto a mariposita que se fue volando.
—¡La asustaste!— Reclamo el castañito acomodando sus gafas que casi se caían.
—¡Yo no la asuste!— Se defendió Asahi apunto de llorar, el gatito solo estaba ayudando a su amigo para que no tocase la mariposa venenosa y sus dedos se volvieran azules como en el cuento que le contó su padre de porque no se podían tocar los insectos, aunque el hombre se había referido a arañas, escarabajos y otros que si podían resultar peligrosos.
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Orejitas ~ TREASURE
RandomLalisa empezara su nuevo empleo en el reconocido jardín de infancia YG, con su delantal azul estampado de nubes y su lista en mano se dirigió a su salón asignado, observando lo adorables que se veían los cachorros en brazos de sus padres o cuidadore...