(Esta es la segunda parte del Día 4)
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Aioria no podía estar más nervioso por el roce en sus manos, hacía tiempo que no sentía esa sensación en su piel. No cabía mencionar que Leo era el único caballero más serio de la orden dorada y ahora estaba perdiendo esa seriedad cuando ésta junto al arquero, este se percató de ello y dijo:
–Creo que es hora de irnos a un lugar... Solitario, ¿Qué te parece?–
El león estaba ido y sin pensarlo dijo:
–Si... Me parece bien...–
–¡Excelente!–
Aioros llamó al mesero para que le dieran la cuenta, de ahí pagó y se retiró con su hermano saliendo del restaurant, el centauro notó que el caminado del león eran demasiado lento, entendía que Aioria aún estaba en shock por ver a un pariente de su misma sangre muerto hace 16 años:
–Sé que te sorprende todo esto pero aquí me tienes, no es un sueño Aioria–
–Lo sé, puedo tocarte, eres real– dijo colocando ambas manos en el brazo derecho de Aioros:–¿A dónde nos dirigimos?– preguntó aferrándose más a él.
–A un lugar especial– dijo.
Sagitario condujo a Leo a un hotel donde casualmente había una habitación disponible y era matrimonial, a lo que el arquero sonrió:
–Aioros no creo que sea...– dijo sonrojado.
–Tranquilo Aioria– dijo interrumpiéndolo mientras tomaba las llaves de la habitación No. 9.
Subieron al ascensor y lo llevó a la habitación antes mencionada, Aioros abrió y en su interior era elegante y sofisticado, una cama grande matrimonial, un gran ventanal y una baño cuyo interior había una bañera de mármol con elegantes azulejos color blanco. El menor estaba impresionado por todas las comodidades de esa habitación y en eso sintió unos brazos rodear su cintura y una barbilla recargarse en su hombro:
–¿Sabes porque te traje hasta aquí?– preguntó a lo que el león asintió negativamente:–Yo se lo de ese ser que te encontraste en la cueva, se trataba del ángel de la muerte–
–¿El ángel de la muerte?– pregunto sorprendido.
–Sí y también se dé la condición para mantenerme en este mundo–
🌻🌻🌻🌻FLASHBACK🌻🌻🌻🌻
–Estoy dispuesto hacer lo que sea– dijo Aioria firme.
–Bien, la condición para mantener a tu hermano en este mundo es... Tener un hijo suyo en tus entrañas– susurró.
–¿Un hijo? Pero él... él me rechazara y yo... No sería capaz de...–
–Yo ya cumplí con mi parte caballero de Athena, ahora haz el resto– dijo desapareciendo entre las sombras.
Aioria solo se quedó en el lugar con la palabra en la boca. Días después recibió una elegante invitación en un restaurant de lujo conocido en Atenas.
🌻🌻🌻FIN DEL FLASHBACK🌻🌻🌻
Aioros le dio la vuelta, lo tomó del mentón y le plantó un tierno beso en los labios del menor, éste se sonrojó y no dijo nada, solo se dejó llevar por esos suaves y generosos labios, después el beso se profundizo aún más cuando el menor llevó ambos brazos al cuello y el mayor llevó ambos brazos a la cintura del menor mientras exploraba con su lengua la boca del menor.