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La diosa Athena, al ver que habían resucitado sus santos dorados a petición de su padre Zeus, el rey de los dioses. Les hizo el siguiente comunicado:
-Valientes caballeros, como sabrán han sido resucitados y dentro de tres días, nos iremos de campamento porque se merecen unas vacaciones por todo lo que han hecho por mí- dijo con emoción.
Todos los santos de oro y los cinco de bronce saltaron de la alegría, ya era hora de desestresarse por las guerras que han pasado:
-¿A donde acamparemos, si se puede saber?- pregunto Aioros que por alguna extraña razón abrazaba a su hermano de la cintura.
-Iremos al monte Olimpo, así que hay que ir abrigados-
-Muy bien y, ¿cuándo partimos?- pregunto Saga agarrando de la mano a su gemelo a escondidas.
-Dentro de tres días, así que pasen una buena noche- dijo la diosa retirándose.
Todos se iban a sus templos hasta que...:
-Ikki-
-¿Qué pasa Aioria?
-Ya que seré tu maestro muy pronto, puedes quedarte a dormir en mi templo, si Shun también gusta, yo iré al templo de Sagitario-
-Ohhh, gracias, vámonos Shun- dijo retirándose junto a su hermano.
-Vaya, no creí que tu convencerás a Ikki-
-Bueno, así era la forma para poder estar contigo-
-¿Y quieres que lo hagamos? Porque no quiero hacerte nada en contra de tu voluntad-
-Aun no, hay que reservarlo cuando nos vayamos al bosque y haremos lo que tú quieras-
-Muy bien, estamos a mano-
Se adentraron al templo del arquero y se acostaron en la misma cama, abrazándose mutuamente.
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En el templo de los gemelos, Saga besaba con pasión a su hermano menor, este le respondía y lo abrazaba del cuello, el mayor metió ambas manos debajo de la camisa del menor, este detuvo la exploración:
-Espera Saga, quiero reservarlo para cuando estemos allá-
-Ohhh, eso es interesante, esperare ansioso cuando llegue ese día-
-Te sorprenderé-
-Muy bien, esta noche me conformare con abrazarte-
-Está bien-
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En el templo del León, Ikki se adentró al dormitorio junto a su hermano, se acostaron y el menor dijo:
-Oye hermano-
-Si-
-¿No se te hace extraño que Aioria nos haya dejado pasar la noche en su templo?-
-De seguro quiere estar con su hermano, hace mucho que no se ven, como... ¿13 años?-
-Demasiados años hermano, Aioria debe haber sufrido mucho- dijo sorprendido.
-Sí y bueno, que tal si tú y yo...- dijo acariciando el glúteo de su hermanito por debajo de las sabanas a la vez que lo atraía hacia él.
-Umm... no... no es el momento- dijo poniendo ambas manos en el pecho del mayor.
