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Hace un tiempo...
Estaban dos hermanos de cabellos castaños, uno de ellos tenía 13 años de cabello castaño oscuro y el otro tenía 5 años de cabello castaño claro. Ambos estaban tomados de las manos e iban caminando por las calles de Rodorio mientras el mayor cargaba el mandado y el menor estaba saboreando un helado de vainilla con chocolate:
-Apura el paso Aioria, mamá necesita que le llevemos este mandado para la hora de la comida-
-Si hermano, no me sueltes-
-Nunca te soltaré-
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Era actual
Aioros venia cargando una bolsa del mandado con su mano derecha mientras que con la otra mano tomaba de la mano al menor mientras saboreaba su helado de vainilla con chocolate:
-¿No se te hace conocida esta situación?- pregunto el menor.
-¿A qué te refieres?-
-Pareciera como si hubiera sido ayer cuando tenía 5 y me tomabas de la mano mientras saboreaba este helado, ¿lo recuerdas?-
-Lo recuerdo pero no cumplí mi promesa- dijo con tono de tristeza.
-¿Promesa?-
-Sobre nunca soltarte-
-Ahh, bueno, es normal que tu deber de hermano mayor es cuidarme-
-No, me refiero que te solté de mi lado y no me lo perdonare por hacerte sufrir hace 13 años-
-No, tú no tienes la culpa, el destino lo quiso así, si hubiera crecido junto a ti, no sentiría este amor que tengo por ti y esas emociones que siento cuando te veo a los ojos y te toco- dijo sonrojándose mientras lamía su helado.
-¿Y ahora sientes estas emociones cuando me estás viendo o tomando mi mano?- preguntó de forma pícara.
-Son muchas cosas que no se describirlas pero lo que yo si se es que yo te amo muchísimo y no he dejado de admirarte en estos 13 años que estuviste ausente- dijo cerrando los ojos.
-¿En serio? Porque no vamos a...-
-¡SIIII!- exclamó emocionado el gato.
-Está bien, vamos a dejar la cena hasta el último y adelantaremos el postre- dijo besando su mano.
-De acuerdo- dijo sonrojado al tope.
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