13.

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La alarma de la Torre no dejaba de sonar, J-Kal corrió al mirador para ver en dónde estaban peleándose los maiorum.

— No puede ser, ¡todos abajo!

— Akila, esos maiorum están peleando demasiado cerca de nosotros, sugiero que salgamos de aquí.

— ¡Maldición! Saca a Zally de aquí, tengo que detener a esos maiorum.

— Te espero en los límites de la guardia.

— ¿Qué? No podemos dejar a Akila aquí sola.

— Ella sabe lo que hace—Tomó a Zally del brazo y también agarró el diamante—Cállate y vámonos.

Ambos salieron corriendo hacia los límites pero había mucho fuego, el humo era insoportable, era difícil ver el camino. No sabían hacia donde estaban yendo hasta que se toparon de cerca a los dragones que se estaban peleando.

— Zally, quédate cerca.

Era el momento de sentir miedo, Zally estaba tan aterrorizada, sus piernas temblaban; el tamaño de esos dragones era enorme, estaban luchando, destrozando y quemando árboles.

Uno de los maiorum retrocedió hacia donde estaba Zally y J-Kal. Movió su cola y golpeó a ambos, lanzándolos cerca de un muro de fuego.

J-Kal quedó inconsciente pero Zally no, ella se acercó lentamente a él para revisarlo. Quería sacarlo de ahí pero cada vez resultaba más difícil respirar. Estaba empezando a marearse.

Logró ver que el otro maiorum iba a escupir fuego, y eso la hizo pensar rápido. Se puso de pie con mucha dificultad y se paró frente a J-Kal mirando al maiorum.

El maiorum escupió fuego y Zally creó un escudo para protegerse a ella y a J-Kal. Él abrió un poco los ojos y vio a Zally protegiéndolo, después se desmayó.

Zally cayó de rodillas, no podía respirar más. Volteó a ver a J-Kal y vio que ya se había desmayado, sin embargo en su bolsillo algo empezó a brillar, una luz blanca intensa.

Era aquel diamante rosa, estaba brillando, y esa luz comenzó a formar una silueta bastante grande, pero no tanto como los maiorum.

Finalmente se formó << ¿Un perro?>> Pensó Zally. No podía creerlo, ¡era un perro gigante!

Era un perro gigante, muy peludo, parecía un poodle, más bien, realmente era un poddle. Su pelaje rizado era gris oscuro, sus ojos irradiaban intensa luz blanca y lo más increíble era su nariz, su nariz era ese diamante rosa.

El perro tomó con su hocico a J-Kal y lo subió a su lomo, después se agachó dando a entender a Zally que se subiera.

Ella no dudó en hacerlo, se subió y el perro los llevó a los límites de la guardia a gran velocidad.

En el camino vio las camionetas de los guardias yendo a detener el incendio. Todos miraron con mucho asombro al enorme perro, parecía que era raro para ellos.

Cuando llegaron a los límites, fueron atendidos por médicos.

— Akila se quedó en la Torre, por favor ayúdenla.

— No te preocupes, Akila está bien, ella disparó los calmantes a los maiorum, cuando controlemos el incendio iremos por ella.

— ¿Ella lo hizo?—Zally quedó sorprendida.

Los médicos curaron a J-Kal y a Zally, ella no tenía muchas heridas, pero fue atendida de igual forma. Afuera del camión médico estaba el enorme perro, echado en el suelo, como si esperara a Zally. Ella salió a verlo.

El perro se puso de pie en sus cuatro patas y miró directamente a Zally.

Zally estaba impresionada, ese perro les había salvado la vida, pero no entendía cómo es que había aparecido o salido de ese diamante. Con muchos nervios, ella se acercó al perro para tocar el diamante.

Podía sentir la respiración de ese animal, sentía miedo pero tenía que acercarse. Estaba a punto de tocarlo, su mano le temblaba. El perro tomó la iniciativa y puso su nariz en la mano de Zally.

No podía creerlo, ese perro no era algo malo después de todo.

— Gracias por salvarnos—Le dijo—No sé si puedas entenderme.

El perro ladró una vez y se acercó amistosamente a Zally.

— Wow, ¿De dónde salió ese animal?—Preguntó uno de los médicos.

— No lo sé, pero nos salvó.

— Increíble, y parece que le agradas—Sonrió—. Es un animal muy raro, debe ser una especie nueva.

— ¿Nunca han visto algo así?

— No, estoy tan impresionado como tú.

Ese perro era algo desconocido para todos, eso sí era bastante extraño.

Más tarde, los guardias trajeron a Akila, quién estaba en perfectas condiciones.

— Este es mi trabajo, como has visto, es muy peligroso, es una lástima que tuviste que vivir esto—Dijo con mucha seriedad—. Maldita sea, creí que habían muerto.

— Ese perro nos salvó.

— Por todas las estrellas, ¿Qué es eso?—Dijo mientras miraba al perro.

— Salió del diamante rosa.

— Oh... entonces tu nuevo amigo debe ser una criatura mágica. Era muy raro que ese diamante estuviera bien pulido.

— ¿Criatura mágica?

— Tal vez fue la que te llevó con nosotros, ahora todo tiene más sentido ¿no?

— Cierto.

— Es gracioso como la magia responde lo inexplicable, es una lástima que cause tanta destrucción. ¿Qué harás con él?

— ¿Yo? No lo sé.

— Porque parece que le agradas—Soltó una risa contagiosa—. Llévatelo, tal vez valga la pena.

— Lo haré y muchas gracias por todo.

— De nada, gracias por salvar a J-Kal, eso es más que suficiente para mí.

— ¿Cómo llego a Arkland de nuevo?

— Aquí entre nos—Se acercó a la oreja de Zally y susurró—. Será mejor que vayas a Smajy, escuché que Angelov está ahí, dile a los guardias que eres de ahí y necesitas regresar, hazme caso, este accidente hará que te manden allá.

Y sí, Zally hizo lo que Akila dijo y todo salió bien. El perro desapareció y volvió a ser sólo un diamante.

Subió a la nave y anunciaron que llegarían a la ciudad Mirjkush del planeta Smajy en 2 días. 

Vo Slavu II: Más allá del SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora