Abrí los ojos porque sentí que colocaban algo sobre mi regazo, era la azafata que amablemente extendía una pequeña manta de color gris estampada en el centro con el logo de la aerolínea
- Siento mucho despertarla señorita - Me dijo con tono nervioso
Yo la miré un poco somnolienta y llevándome la mano a la boca para tapar mi espontáneo bostezo.
- No se preocupe - le dije con la expresión más tranquilizadora que pude formar en mi rostro notablemente cansado.
Ella me sonrió, se dio media vuelta y se marchó caminando elegantemente con un par de tacones negros bajos que transformaron el pasillo de el avión en una pasarela, yo me estire un poco en el espacioso asiento y nuevamente contraje el cuerpo buscando una posición cómoda para volver a quedarme dormida, luche durante unos minutos pero fue imposible mi cerebro ya estaba bien despierto y comenzó a analizar información repasando recuerdos dolorosos sin que yo pudiera evitarlo.
Me moví un poco más y ya resignada a que no volvería a quedarme dormida, fijé la mirada en las rendijas de la ventilación entonces caí en cuenta de lo que estaba haciendo.
una sensación extraña me abordo <Lo estoy haciendo> pensé con incredulidad
literal no podía creerlo estaba en el avión, ya llevamos cuatro horas de vuelo, un hormigueo me recorría el pecho, apreté los dientes y dejé de respirar, desee con todas las fuerzas volver a dormir para escapar de mis persistentes pensamientos, cerré los ojos, <duerme, duerme> me dije a mi misma una y otra vez todos intentos en vano.
Abrí nuevamente los ojos, subí la persiana de la ventanilla, no tenía idea de que quería observar solo ví nubes grises que se rompían rápidamente en la oscuridad me quedé inmóvil durante unos segundos y de manera inevitable me hundí nuevamente en mis pensamientos, una lágrima recorrió mi mejilla y al instante sentí como el aire acondicionado de la cabina la enfriaba mientras ella seguía cruzando mi rostro, me lleve la mano a la cara para limpiarme he instintivamente observé la humedad en mis dedos, con rabia la pase por un borde de la manta que acababan de traerme y la seque. <ya salen solas>pensé, no tengo control alguno sobre ellas.
Busque mi teléfono en el bolsillo de mi chaqueta que estaba recostada al lado del reposabrazos, sabía perfectamente que no tendría cobertura, aún así lo saqué y me fui directo a ese mensaje.
Número desconocido
16 de diciembre 8:32 pm.
---Es feliz conmigo---
Al terminar de leerlo me sentí con fuerza nuevamente, cada vez que leía ese mensaje de texto me animaba, sabía que estaba haciendo lo correcto, entonces me concentré y busque pensamientos agradables que me alegrarán el alma. <Rubia> susurré su nombre cuando vino a mi su recuerdo... mi pequeña amiga peluda, la Perrita más dulce del mundo y el amor sincero y desinteresado que me ofrecía, definitivamente me haría muchísima falta. <gran error > entonces entristecí nuevamente ya que sin querer recordé el día que la encontramos y decidí llevarla conmigo.
era una tarde muy fresca, corría una brisa que agradablemente secaba el sudor de mi frente, Estábamos corriendo por un sendero dentro de nuestro distrito lleno de árboles y caminos rústicos, solíamos hacer ese recorrido dos veces al mes, era una manera de hacer ejercicio y compartir en pareja.
Fabián era mi novio desde hacía casi tres años y mi compañero de cuarto desde un año atrás, corríamos a trote lento mientras conversábamos sobre algunas tonterías, cuando vimos moverse algunas ramas a un lado del camino, alarmados, nos detuvimos para cruzar con cuidado, sin quitar la vista de la maleza y atentos al peligro que se aproximaba, las ramas se apartaron pero en lugar de una fiera peligrosa que saltaría a devorarnos, de allí salió un pequeño cachorrito de escasos un mes de nacido, con la barriga hinchada y la piel pegada a las costillas, su pelaje lucía sucio y descuidado y a pesar de eso se podía ver su lindo color dorado, estaba solito lo que hizo que se me arrugará el corazón, el al vernos movió la colita y con mucho entusiasmo camino hacia nosotros, yo frené mi paso y me llene de tristeza, mi instinto me guío ha inclinarme para acariciarlo, pero Fabián me sujeto de la muñeca impidiendomelo yo voltee para verlo a la cara
ESTÁS LEYENDO
No Me Obligles A Amar De Nuevo
Romance¿Que se hace cuándo el amor que consideras eterno llega a su final? Entiendes que la relación se volvió tóxica, aún así eres incapaz de alejarte. Elena, es una mujer de 29 años que está profundamente enamorada de Fabián su novio de años, pero ante...