Segunda. Una Gran Cita

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Conocía a Fabián 3 años atrás gracias a mi amiga Maritza.

Ella y yo crecimos juntas, estudiamos toda la primaria y la secundaria, solo nos separamos en la universidad, ella hizo economía, yo entre en administración, en una universidad diferente en otro estado, pero a pesar de vivir lejos siempre teníamos comunicación y en tiempos de vacaciones hacíamos lo posible por encontrarnos y hacer planes. juntas.

Planes que consistían principalmente en irnos de fiesta

Para el momento en que conocí a Fabián, tenía solo tres meses de haberme graduado de la universidad, ya contaba con un trabajo en una empresa que importaba y distribuía maquinaria de uso industrial y de producción agrícola, comencé en el departamento administrativo, por su parte a Maritza aun le faltaba un semestre para terminar se había retrasado un poco, parece que las fiestas y los chicos eran mas interesantes en esa universidad.

Mi amiga tan inconfundible me arrastro con su escaso metro y medio de altura podia llegar a ser muy insistentes, su piel blanca, pálida como la nieve acostumbraba a ir perfectamente maquillada todo el tiempo y su característico cabello rojo que le caía a nivel de los hombros, la hacían parecen un pequeño y glomoroso cerillo, descripción que va perfectamente con su personalidad ya que tiene un carácter explosivo y con los gestos y sus grande ojos verdes dice lo que está sintiendo sin necesidad de pronunciar una sola palabra esto últimos es lo que más llama más la atención de su cara, su mirada es única y su forma de decir las cosas de manera tan directa aún más.

Me arrastró aquella tarde gris sin importarle las ganas que yo tenía de quedar viendo televisión luego de salir agotada del trabajo para juntarnos con algunos amigos a cenar.

Esa noche el tiempo paso rápido y me divertí tanto que acabe abrazándola y dándole las gracias a mi pequeño fósforo favorito, cuando llegó la hora de irnos caía una lluvia tan fuerte que amenazaba sin duda con lavar las carreteras.

pensé que lo mejor sería pedir un taxi y compartirlo con ella, Total la casa de nuestros padres están muy cerca la una de la otra

- voy a llamar el taxi le susurre al oído mientras sacaba mi teléfono celular del bolsillo trasero de mi pantalón

-Espera, mi primo vendrá a buscarme tengo que ir dónde mi tia, mamá está allí y ella también saca su teléfono de la cartera

-Tengo la batería baja rápido me dijo y comenzó a dictar números

Yo logré copiar el número en mi teléfono justo antes que el de ella se apagará.

-uff.. que suerte murmuro para después apretar la tecla de llamar y a lo lejos escuché el repique, la Vi levantarse para hablar mientras yo seguí conversando con otro compañero, luego de eso esperamos unos minutos

Suena mi teléfono.

---Estoy afuera--- decía un mensaje de texto.

Le comunique a Maritza y nos despedimos de nuestros amigos.

Al salir, la lluvia caía muy fuerte, el viento soplaba con una velocidad que hacia zumbar en los oídos, un carro negro estaba estacionado a unos veinte metros de nosotras, nos tomamos de las manos. Un, dos, tres... contamos al unisono y salimos corriendo, las gotas estaban frías y me empaparon por completo a pesar de que solo tardamos unos segundos en acercarnos al auto, ella se montó en el asiento del copiloto, yo en el de atrás pero me costó un poco abrir la puerta para entrar rápido, por lo que me moje más con la lluvia, intenté sacudirme un poco el agua fría y escuché a Maritza saludar.

- Hola, Fabián

-Hola, responde una voz masculina

-Es mi amiga, Elena.

No Me Obligles A Amar De Nuevo  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora