Rubius
Esta noche preferí hacer guardia en el pueblo, con la esperanza de al menos ver a Lobo Nocturno.
Me preparé, y cuando la noche cayó ya me encontraba caminando por el lugar.
Esto no iba a ser para nada fácil, Lobo robaba siempre con sigilo extremo. Ademas, no soy tan ágil como el.
Aproximadamente a las 3 horas de andar caminando por el pueblo, pude distinguir un pequeño ruido. Y aunque los ruidos de los grillos no me dejaron oír bien, diría que fue un golpe.
Me acerqué lentamente al lugar, que no estaba tan lejos. Me quedé completamente quiero, atento a cualquier mínimo sonido. Escuché un paso. Pero el problema es que el sonido venía del techo.
Y no había nada para escalar, solo una pared lisa de 10 metros de altura.
¿Como mierda hace para escalar esto?
Directamente no intente escalar, simplemente me quede ahí, esperando algún movimiento en la oscuridad.
Y la espera dio sus frutos.
Pude ver una sombra saltando del tejado, y cayendo como si nada.
No pude siquiera acercarme, que ya me había visto. Comenzó a correr muy rápido.
Mientras lo perseguía, escaló algunas casa como si nada. Lo perdí por algunos segundos, pero lo vi de nuevo.
Apenas lo pude ver por la oscuridad, pero frenó en seco y me miró. Sacó su espada y comenzó a atacarme.
Y ahí empezamos una pelea.
No podía siquiera acercarme que me esquivaba y contraatacaba.
Ya tenía varios cortes en brazos y hombro, pero el no tenía ni un rasguño.
R:¿Porque haces esto?
No levantó la mirada en ningún momento. Solo estaba concentrado en atacarme.
Actuó como si no me conociera.
R:¡Ey!¡¡Ey!!
Seguía sin levantar la mirada.
Vegetta era más fuerte de lo que recordaba. Poco a poco fue ganando terreno, hasta que finalmente logró quitarme la espada de la mano.
Al verme indefenso, me pateó, tirándome al suelo.
Apoyó su espada en mi cuello.
R:¿En serio?¿Vas a hacerlo?¿Vas a matarme? Mírame.
Levantó la vista y me miró a la cara.
R:¿Que es lo que te impide matarme ahora? Si lo quisieras hacer, ya lo hubieras hecho.
Vegetta dejó caer la espada al suelo, y se agarró fuertemente la cabeza.
R:¿Lobo?
Apenas pronuncié estas palabras, me levanté, pero de una patada me volvió a mandar al suelo. Lo que sea que le hubiera pasado, ya pasó.
No hizo nada más, simplemente se echó a correr, perdiéndose en la oscuridad de la noche.
