Rubius
Lo más rápido que pudimos, llegamos a la ubicación marcada. Era una cueva bastante grande, no tan lejos del pueblo.
Al llegar el lugar se iluminó. Se podían ver a decenas de Rappitôris en el lugar. También se veía un trono al final del lugar, con quién parecía ser el jefe.
J:Veo que si vinieron.
La policía no llevaba armas esta vez. ¿Porque? Simple. Se habían quedado sin balas. Y era una situación demasiado urgente para pasar por comisaría. Así que todos íbamos a espada y algunos con arco también.
Los enemigos comenzaron a atacar. La pelea había empezado.
Todos eran fuertes. Todos estaban entrenados.
Simplemente luchamos, hasta reducir las decenas a unos pocos. Todo iba bien, hasta que uno me agarró desprevenido. La sangre me manchaba.
Una herida algo profunda se hizo presente en mi brazo izquierdo.
Luzu y Fargan también tenían cortes.
Las decenas quedaron reducidas a cadáveres. Solo quedaba el jefe.
W:Ya ríndete, te vencimos.
J:¿Seguros que no les falta nadie?
Una persona cayó frente nuestro. Un enmascarado de traje negro, con detalles morados.
Lobo Nocturno estaba frente nuestra, en posición de defensa.
F:¿En serio?
J:Ahora veremos quién es más fuerte.
No podía hablar. No podía decirles la verdad.
R:Hagan lo que hagan, no lo maten.
Al:¿Porque?
R:Porque si Vegetta no está aquí, lo podemos hacer hablar a la fuerza.
Nunca se me había ocurrido una respuesta tan rápido.
F:No lo maten, tiene razón. Aunque peleen lo más fuerte que puedan.
Lobo Nocturno se nos acercó, y en menos de un segundo, lanzó el primer espadazo. Luzu apenas tuvo tiempo de cubrirse.
No puede ser tan difícil ¿Verdad?
Me equivoqué completamente. Lobo era extremadamente ágil. Ninguno podía tocarlo.
Solo tras unos minutos, Vegetta se quitó a todos de encima. No mató a nadie. Quedé solo yo en pie. Una pelea mano a mano.
No era fácil. Mucho menos con un brazo herido.
No duré mucho. Arrojó mi espada al suelo. Su espada estaba en mi cuello. Podía sentir que cada vez hacia más presión. Estaba a punto de cortarme el cuello.
Pero Willy se levantó y lo agarró desde atrás.
Lo alejo de mi. Y casi le quita la máscara. Pero Lobo se lo saco de encima. Y volvieron a pelear. Solo ellos dos. Los dos hermanos.
Una pelea algo justa. Pero Vegetta era más fuerte. Más hábil.
Le quitó la espada a Willy. Lo empujó contra una pared. Y le enterró la espada en el hombro derecho.
LN:Siempre has sido débil.
Auron se levantó. Y le atacó por detrás, esta vez logro quitarle la máscara. Ninguno llegó a verle la identidad, ya que miraba al piso.
Luzu recogió su arco, y tensó la flecha, listo para dispararla. Vegetta recogió un arco que estaba en el suelo, se dio la vuelta, y le tiró una flecha a Luzu. Los dos se tiraron la flecha al mismo tiempo.
Las flechas impactaron entre sí en el aire, destrozándose mutuamente. Esta vez todos le vieron la cara.
A:¿¡Vegetta!?
Auron le miró con preocupación.
A:Lo lograron... ¡Hijos de puta, lo lograron!
L:¿Que cosa?
A:Le lavaron el cerebro.
V:No puedes contra mi.
Raúl sonrió, como si tuviera una idea.
A:Solo necesito unos minutos.
Los dos empezaron a pelear. Auron y Vegetta se enfrentaban en un duelo a espadas.
A:Eres un buen guerrero ¿Porque lo desperdicias así?
¿Que dice?
A:Das asco. Decepcionas a todos. Puedes cambiar. Nunca había visto a alguien tan bueno con el arco. Nos decepcionaste.
¿Que coño dice?
Vegetta soltó la espada, y se agarró la cabeza. De la misma forma que conmigo.
A:Se que estás ahí. ¡Lucha!
Cada vez parecía tener más dolor. Hasta que se calmó.
V:¿Raúl?
J:Eres bueno, lo admito.
El jefe se levantó y corrió hasta Vegetta, sin permitirle reaccionar.
Con el mango de la espada, lo golpeó en el centro de la cabeza. Mi compañero cayó al suelo, sin conciencia.
Y el Jefe simplemente desapareció.
Juntamos toda la fuerza que pudimos, y nos fuimos del lugar.
(...)
Dos días lleva inconsciente.
Hasta que despertó. Willy fue el primero al que vio.
V:¿Willy?¿Que te pasó?¿Que hago aquí?¿Porque tienes un yeso en el brazo?
W:Es una herida, y aunque no es fractura, me dijeron que necesito el yeso.
Lo rodeamos entre todos, a punto de hablarle.
V:Ahora, respóndeme algo, ¿Y estos que me miran quienes son?