Después de un agitador día de trabajo y una extraña sensación después de haber hablado por primera con Jungkook, caminé hasta mi apartamento.
Llegué y como siempre, ahí estaba Yejun, frente al ordenador todavía con su traje puesto.
Él era mi pareja desde hace tres años, y ahora vivíamos juntos.
—Hola— me acerqué a él y le di un casto beso en la mejilla— ¿Sigues trabajando?— pregunté pasando mis brazos al rededor de su cuello y sentándome en su regazo.
—Sí— desvío su mirada nuevamente al ordenador— Mañana es el juicio y es algo difícil, el tipo robó una tienda y apuntó con una pistola a la denunciante—
—Sadrá bien— ronroneé en su cuello— Toma un descanso— lamí su piel y sonreí.
Él cerró los ojos ante mi tacto y suspiró.
—No, Taehyung— me apartó y agarró mi barbilla con suavidad— Tengo que terminar con esto, lo siento— dijo mirándome.
—Está bien— bufé y me levanté de su regazo, caminando hasta nuestra habitación.
Me acosté en la cama, miré al techo y cerré mis ojos. Entonces, su voz resonó en mi cabeza;
“Eres jodidamente hermoso, me causan tranquilidad tus ojos verdes, me recuerdan a la libertad de un prado”
Negué y me senté en la cama, cogí el ordenador de la mesilla y lo abrí, quería ver si habían novedades sobre el asesino de prostitutas.
Internet estaba saturado con repletas noticias, la cuidad estaba aterrada, lo cual era completamente normal, un asesino en serie seguía caminando por nuestras calles como cualquier persona normal.
De momento no había vuelto a atacar, pero sabía que pronto lo volvería a hacer, pues él se guíaba por impulsos. Cuatro víctimas en un mes, realmente no puede dejar de asesinar, lo necesita.
Me centré en el primer caso, en donde Jungkook todavía estaba libre, ocurrió en el bar en donde él solía pasar las noches; el bar parca.
Así que cerré el ordenador y me levanté, tenía que averiguar algo para poder investigar a Jungkook y acercarme al asesino.
—¿A donde vas?— preguntó Yejun, alzando su vista a mí
Me coloqué mi abrigo y agarré el llavero, colocándolo en el bolsillo de mi pantalón —Estoy trabando en un caso, tengo algo que investigar— respondí acercándome a la puerta — No me esperes despierto, seguramente regresaré tarde— y cerré la puerta detrás de mí, sin esperar su respuesta.
Cogí un par de autobuses y tras cruzar algunas calles, me encontraba frente al bar. Su apariencia era bastante oscura; luces rojas, paredes negras, posters de diferentes grupos de metal y rock. Sin duda, ese lugar, era perfecto para Jungkook.
Caminé hasta la barra y observé al único camarero; su rostro estaba tatuado, al igual que las únicas partes de su cuerpo que se lograban ver; manos y cuello. Su vestimenta era la típica de un camarero.
—¿Que te sirvo?— me dijo mientras secaba un vaso con un paño.
Me percaté de que sus ojos eran de diferente color, seguramente tenía una lentilla de color azul, pues el otro ojo era negro.
—Un tequila, por favor—
Asintió y se giró para buscar la botella correspondiente.
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Sweet madness [Koøktæ]
FanfictionY es que el "loco" al final tenía la razón absoluta, y yo, el "cuerdo" acabé hundiéndome completamente en su juego con sabor a muerte, un agridulce que asesinó mi control. Y déjame decirte que, una vez dentro; es imposible retroceder. ∆CONTENIDO ALT...