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Taehyung

Mis ojos pesan, ni siquiera se si tengo fuerza para abrirlos. Mi mente está nublada, mi cabeza duele como el maldito infierno, supongo que pasar la noche durmiendo en el frío suelo del bosque tiene algo que ver.

Aunque...

¿Estoy en el suelo?

Abro los ojos y recorro el lugar, veo muy nubloso pero logro observar el lugar. Me resulta familiar.
Esa bombilla colgando del techo, las botellas de vidrio esparcidas por el suelo, y... oh dios mío, esa maldita silla de cuero.

Al instante algo en mi despierta y trato de correr, es ahí donde me percato que estoy de pie, colgado de las muñecas por unas cuerdas enganchadas al techo.

-¡Mierda!- comencé a mover las muñecas frenéticamente, pero el nudo era muy fuerte - ¡No, joder!- grité con todas mis fuerzas- ¡Ayuda, por favor, ayudarme!

-Por fin despiertas- escucho la voz de Jungkook detrás de mi, aunque no puedo verle, siento su penetrante mirada en mí- ¿Creiste que no volverías a verme? no iba a dejar que durmieras en el bosque, aquí estarás mejor-

-Por favor, déjame ir- dije  sin soportar esta situación más- No le diré a nadie donde estás, nadie sabrá de ti, te lo suplico- murmure-Te lo suplico J-jungkook...

Jungkook se colocó frente a mí
-Oh vamos, cállate- chasqueo su lengua contra su paladar creando un ruido- Me gustas más cuando estás dormido, parece que estás muerto-ladeo su cabeza mirándome fijamente a los ojos.

Las lágrimas se deslizaban de nuevo por mi mejilla, dios mío, ¿que iba a hacer conmigo?

-Bien, basta de lloriqueos- dijo, caminando hasta llegar a la silla de cuero, la cual colocó frente a mi y se sentó en ella, sacó un cigarrillo que se encendió, no sin antes mirar unos largos segundos la llama del fuego.

- Debes de tener muchas preguntas- dijo expulsando el humo y colocando sus codos en sus rodillas, sin dejar de mirarme de manera penetrante
-Adelante, te responderé algunas-

Tragué saliva y procure que mis palabras salieran de forma entendible pese a mi temblorosa voz -¿Por qué yo?- pregunté, tenía tanto miedo de esa pregunta, tal vez porque ya sabía la respuesta.

- Fácil, ya te lo dije- expulsó el humo y me miró de arriba a bajo, empezando por mis tobillos- Eres vulnerable y yo necesitaba escapar, Hoseok me consiguió al psicólogo con más falta de amor de todo el psiquiátrico- sonrió- Cuentas tus problemas muy a la ligera ¿sabes? confías demasiado, punto a mi favor-

Bajé la mirada, ni siquiera quería verle, él era la prueba de mi estupidez. Ahogué mi rabia, entre dientes hice la siguiente pregunta- Conseguiste lo que querías...- dije aún sin verle- ¿Por qué no me dejas ir?-

-Bueno, verás...- se levantó del sillón y agarró mi barbilla, obligándome a mirarle -Tus ojos-  sonrió mirándome de una manera demasiado intensa - Me recuerdan a la libertad de un prado verde- se acercó más, casi rozando mis labios, todo en mi se paralizó. - Además, todavía me sirves para atar algún cabo suelto que tengo por ahí- y me soltó alejándose de mí.

Hijo de puta, me provoca algo en el estómago, todavía lo hace cuando se comporta de esa manera pero debo de saber que está fingiendo, tengo que odiarle, voy a odiarle. Quiero matarle, voy a matarle.

-Bien- dije con una sonrisa extremadamente falsa, la impotencia me empezaba a carcomer- ¿Que mierda hacemos aquí?- dije observando de nuevo el lugar

Veía su espalda, no sabía que estaba haciendo, no me respondía.

-¿J-jungkook?-

Algo me daba muy mala espina. Había una mesa pequeña que el tapaba con su cuerpo. Intentaba ver más allá pero no había manera.

De repente se dio la vuelta y su rostro completo había cambiado, se veía tan enfermo, esa mirada tan oscura, su flequillo despeinado tapando parte de sus ojos, sus labios rojos de tanto moderlos, fue entonces que bajé hasta sus manos. Tenía una navaja y un mechero.

-Jugar, Taehyung- dijo acercándose a mi- Jugaremos, esta vez hasta el final.

Entré en pánico.

Pánico

-¡NO ME TOQUES!- empecé a tirar fuerte de las cuerdas, tratando de zafarme.

-Pero si te va a encantar, me suplicaras por más- sonrío- ¿Apuestas?

En un rápido movimiento se colocó detrás de mi y colocó el filo de su navaja en mi cuello.

-Te he salvado, Taehyung- dijo en mi oreja, sentí el filo presionar mi piel- Te he salvado de la miseria en la que estabas sumergido, nunca más volverás a sentir vacío- susurró- Vamos, se realista y ahora déjame enseñarte el lado más divertido del jodido infierno- pude sentir su sonrisa antes de que bajara el cuchillo y comenzara a besar mi cuello con suma lentitud.

Mordi mi labio inferior con fuerza, tratando de apartarme pero debido a las cuerdas no podía, él se pegó a mi, pude sentir su miembro erecto pegado a mis pantalones, sus manos agarrando mi cintura y pegándome más a él, su lengua saboreando toda mi piel... mi miedo empezaba a esfumarse...

No se que estaba haciendo pero finalmente le ofrecí más espacio, girando mi cuello. Él lo aprovechó y me besó más fuerte, más rápido, mordiendo y succionando a su antojo.

Se apartó repentinamente y antes de que pudiera decir algo, sentí mi camiseta negra ser partida en dos, la había roto con su navaja. Se colocó frente a mi y observó mis pezones, me avergoncé al instante, estaban duros.

Él mordió su labio inferior y me miró a los ojos-Eres perfecto- dijo antes de atacar uno de mis pezones, lamiendolo de arriba a bajo mientras con su mano acariciaba en forma de círculos el otro.

-O-oh dios...- susurré tirando mi cabeza hacia atrás, dejando que comenzara a morder mis pezones con tanta hambre, con tanta rudeza que me estaba enloqueciendo.

Subió besandome hasta llegar a mi barbilla, ahí se detuvo y me miró a los ojos. -¿Listo?-me preguntó

Mi ceño se frunció, ¿listo para que?, no tuve tiempo de responder, levantó nuevamente la navaja y metió la mano en su bolsillo, sacando el mechero. Lo encendió sobre el filo,  haciendo que este se calentara.

Nuevamente entré en pánico, abriendo mucho los ojos mientras veía como el filo comenzaba a ponerse rojizo.

-N-no...- susurré, juraba que el corazón se me iba a salir del pecho.

-Relájate, te enseñaré a disfrutarlo...- apagó el mechero y sentí el filo ardiente hacer una fina y pequeña línea cerca de mi pezon izquierdo. Ardía, quemaba como el maldito infierno, juraba que iba a desmayarme del punzante dolor que estaba experimentando, sentí mi piel quemarse y abrirse a la vez, la sangre comenzó a escurrir y mi garganta ardió después del desgarrador grito que salió de lo más profundo de mi ser.


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⏰ Última actualización: Aug 22 ⏰

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Sweet madness [Koøktæ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora