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¿Un beso? definitivamente era un demente. Estaba jodidamente inestable si creía que iba a dejarme besar por una persona que sería capaz de arrancarme la cara de un mordisco para después disfrutar el sabor de mi carne y reír sin parar al ver mi rostro escurriendo sangre. Definitivamente, prefería quedarme sin resolver el caso a acercarme un solo centímetro más a Jungkook.

Bueno, eso es lo que pensé, ahora volvamos atrás para ver que es lo que realmente sucedió.

4 días atrás;

-Ni en broma- espeté, alejándome y agarrando mi teléfono con fuerza.

-Entonces...- Jungkook fue a sentarse a su silla nuevamente- Jamás sabrás que sucedió aquella noche-

-¿Por qué un beso?- coloqué mis dedos en el tronco de mi nariz y suspiré - Lo que sea, una salida al patio si lo deseas, pero evidentemente eso no va a ocurrir-

-Que pena- colocó sus dos manos dentro de los bolsillos de su pantalón y acostó su espalda en la silla
-¿Acaso temes que te guste?- dijo con otra arrogante sonrisa sin dejar de mirarme.

--¿Qué?- mi rostro comenzó a arder, tornando mis mejillas rojas
- Jungkook, quiero ayudarte pero también tienes que poner de tu
parte- dije tratando de relajarme más a mí que a él - Esto no es divertido, un asesino en serie sigue matando y con tu ayuda podré detenerlo -

-Un momento- me detuvo secamente - ¿Por que querría encerrar a un hombre que hace lo mismo que yo?-

Ah, mierda.

-¿Acaso no quieres salir ahí fuera algún día?- me senté en la silla -Si ayudas en este caso, quizás salgas más pronto de lo previsto debido a una buena conducta-

-No, Taehyung- negó con su rostro -Un psicópata, nunca mejora su conducta, solo puede fingirla como un jodido Dios- río -¿Por qué te preocupa tanto la muerte?-

-No es la muerte, son asesinatos- respondí con un tono de voz más alterado.

-¿Y qué?- alzó uno de sus dedos y señaló el lugar-Incluso esta maldita jaula es más grande que yo, incluso ella permanecerá viva más tiempo que yo. Somos una puta gota de agua, somos indiferentes para la vida Taehyung. Sí mañana mueres, ¿que ocurriría?- continuó- Los primeros días; llorarían por tu ausencia, los primeros meses; llevarían flores a tu tumba pero... transcurrirán los años y nadie, absolutamente nadie; se acordará de tí. Incluso tu familia morirá, pasaran los siglos y solo serás un cadáver más en este cementerio-

Me quedé en silencio unos segundos, simplemente mirando sus ojos oscuros...

-¿Acaso no tienes ninguna esperanza en la vida? ¿Cómo puedes siquiera respirar pensando así?- dije, tragando las lágrimas que querían salir de mis ojos debido a la impotencia que me causaba esta situación.

-¿Esperanzas?- río - Otra manera de destruirse a uno mismo- se levantó y comenzó a caminar - Si vives con esperanzas, algún día la realidad te escupirá en la cara de la forma más desagradable posible y entonces- abrió ambas manos- ¡Pum! esperanza destrozada. Yo vivo en el presente, no alargo mis miserias con falsas esperanzas como vosotros, Taehyung y es la manera más neutra y segura para poder respirar-

¿Quién le había hecho esto?

-Entonces...- agité mi cabeza y disimuladamente, limpié una lágrima que amenazaba con salir - ¿No piensas decirme nada de aquella noche?- eran cerca de las dos de la madrugada y si no conseguía nada, iba a sentirme extremadamente ridículo e inservible.

-Sabes lo que quiero a cambio- se acercó nuevamente a los barrotes y los agarró con sus manos antes de mirarme -Si no, no hay trato-

-Muy bien, pues nos vemos el viernes- me levanté y agarré mi carpeta - Buenas noches- dije antes de comenzar a caminar hacia la puerta.

-Taehyung- su voz hizo que me detuviera -Espero que alguien aprecie el tenerte a un lado de la cama y te desee las buenas noches, hasta el viernes-

Parecía que ese demonio sabía a la perfección mi vida.

Suspiré y sin decir nada, caminé y cerré la puerta detrás de mí.

¿Que mierda iba a decirle a Jennifer?
Me había adelantado suponiendo que Jungkook hablaría tan sencillamente, ahora veo lo ingenuo que había sido.
Esa esperanza si me hizo chocar con la realidad.

Llegué a casa y tratando de hacer el menos ruido posible, subí las escaleras hasta llegar a nuestra habitación.

Yejun ya se encontraba dormido, me deshice de mi camisa y me acosté a su lado, haciéndome hueco entre las cobijas.

-Ya he llegado, amor...- susurré abrazando su cintura y escondiendo mi rostro en su pecho.

-Mmhm- murmuró antes de darse la vuelta y seguir durmiendo.

En ese momento, le di la espada y me envolví en mis brazos mientras las lágrimas ya no podían aguantar ni un solo segundo más sin deslizarse por mis mejillas, haciendo que me hundiera en mi propia tormenta.

Tapé mi boca para evitar despertar a Yejun y lloré hasta que mis párpados no soportaron más y se cerraron.

Vacío; solo esa palabra podía describirme, siempre había sido así.

Al día siguiente le conté a Jennifer lo ocurrido y textualmente me dijo;
"No puedes interrumpir el sueño de los pacientes si no vas a sacar algo de provecho, más cuando se trata de Jungkook; él duerme a base de pastillas, Taehyung"

Le conté también la conversación que había escuchado en el bar y también le vio el lado negativo; fui sin protección a hacer algo que no tenía permitido, pues solo era el psicólogo y mi trabajo no derivaba a la acción.

En fin, un total desastre.

Al siguiente día el asesino de prostitutas volvió a atacar, esta vez a una mujer de 18 años cerca de un río. Como siempre; la violó y la mató a golpes, después clavó el cuchillo en su frente, dejando su marca.

El resto de días pasaron tan lentos como siempre; trabajo, casa, comer, ducha, dormir, más trabajo... la monotonía en carne y hueso, y seguía sin aportar nada al caso, lo cual me hacía sentirme terriblemente mal.

Y llegó el viernes, aquí las cosas se torcieron pues tenía mi encuentro con Jungkook nuevamente.

Entré, y debido a la impotencia y la presión de Jennifer a mis espaldas, cometí un gran error pero no se sintió de esa manera, ah... cómo explicarlo;

-Acepto el trato- dije acercándome a él con una nerviosa lentitud.

Sweet madness [Koøktæ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora