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Me acerqué a Jungkook, mi espalda comenzó a sudar fríamente y mi mente daba vueltas provocándome un leve mareo. Mi estómago estaba revuelto y por primera vez; estaba sintiendo que no estaba haciendo lo correcto.

Jamás incumplí las reglas, siempre fui moralmente correcto y jamás había sentido la muerte de cerca, el único sentimiento cercano a la muerte que sentí, siempre fue la de mi interior. Yo era de esos chicos que jamás rompió un plato, nunca había probado drogas, nunca fui a una fiesta, mucho menos había tenido una adolescencia alocada. Mis padres me educaron justo como a ellos los suyos, era el niño de dieces, el que toda madre envidiaba con una familia perfecta.

—Bien— sonrió y se levantó para caminar hasta donde su jaula le permitía —Acércate—

—¿Ves este botón?— le mostré el , aparentemente, reloj de mi muñeca pero en realidad era una medida de seguridad— Si lo pulso, en menos de dos segundos esto se llenará de guardias— amenacé — Si intentas algo, ten por seguro que morirás—

—De acuerdo— dijo mostrando indiferencia

Suspiré una vez más y me acerqué hasta que mi rostro quedara frente a él.

—De cerca eres todavía más bonito— susurró, sujetando mi rostro con una de sus manos, acariciando.
—Realmente eres tan precioso que me dan ganas de vomitar— dijo delineando cada parte de mí con su mirada oscura y colocando mi cabello rubio detrás de mí oreja con suavidad.

—Hazlo y-ya...— susurré con mi mirada agachada, sin saber como sentirme ante sus palabras, pero notado ese descontrol en mi estómago cada vez más fuerte.

— Mírame— dijo firmemente con su voz más ronca en forma de susurro.

Su cálido aliento chocaba contra el mío, y eso solo me causaba más nerviosismo. Tragué saliva y dirigí mis ojos a los suyos, eran tan opacos y recónditos; el color era un negro intenso, eran sutilmente rasgados y  ojeras manchaban su penetrante y deslucida mirada.

Me hacía sentir vulnerable.

Deslizó su mano hasta la parte de atrás de mi cuello y me acercó a él en un brusco pero sutil movimiento, mi respiración se cortó unos segundos y un breve ruido salió de mis labios.

Él sonrió — Haremos de esto algo más divertido— con su mano restante; apretó el botón de mi muñeca.

—¿¡Que demonios haces!?— grité agitado, mierda.

—No son dos segundos, son exactamente quince— volvió a sonreír y pegó sus labios a los míos sin esperar mi respuesta.

Mis ojos se mantenían muy abiertos, no procesaba todo lo que estaba sucediendo.

Sentí el movimientos brusco de sus  labios succionando los míos a un ritmo rápido, llevó ambas manos a mí trasero y apretó con asperidad; haciendo que choque entre los barrotes y su cuerpo.

Se abrió paso entre mis belfos y jugó con su húmeda lengua dentro de mí, mientras mordía y lamía mi labio inferior; tirando de él para después volver a succionar rudamente.

Involuntariamente, un breve gemido salió de mi garganta cuando volvió a apretar el agarre de sus manos y me unió más, mi rostro enrojeció al instante y maldecí mil veces en mi interior.

Mordió una última vez y se apartó, sonriéndome y guiñando uno de sus ojos antes de tirarse al suelo de rodillas con sus manos en su cabeza.

En ese momento; la puerta fue abierta de un solo portazo y diez agentes entraron corriendo con sus armas alzadas.

—¡Al suelo!— gritó uno de ellos mientras todos se acercaban a Jungkook y algunos se encargaban de abrir su celda.

Entré en pánico.

—¡No!— grité desesperado—¡Fue un error!—

—¡Deteneros!— gritó uno de ellos y todos pararon.

—¿Que ha pasado?— preguntó uno de los guardias acercándose a mí y recorriendo con su mirada cada parte de mi cuerpo, seguramente para asegurar que estaba bien.

—Y-yo...— miré a Jungkook, el cual mantenía su mirada en el suelo y en la misma posición — Apreté sin querer al botón, siento mucho lo sucedido— mentí todavía tratando de controlar mi respiración.

El guardia frente a mí suspiró y llevó su mano a su frente, retirando el sudor que caía de ella.

—¡Taehyung!— Jennifer apareció por la puerta totalmente eufórica.

Corrió hacia mí y me sostuvo de los hombros, también, mirándome de arriba a bajo.

—¿Que ha pasado?— miró detrás de mí, observando a Jungkook con odio.

—Ha sido un error, de verdad— traté de tranquilizarla— Pulsé por error el botón al tratar de subir mi manga, hace bastante calor aquí—

—Gracias a Dios...— murmuró abrazándome.

Eso había sido una jodida locura.
¿Que demonios le pasó por la cabeza al hacer esto?

— Será recomendable que pongas el reloj en tu tobillo en lugar de en la muñeca— me comentaba Jennifer mientras caminábamos hacia su despacho.

—Lo haré— la miré — De verdad, lo siento mucho—

—Tranquilo, pediré que pongan aire acondicionado— me miró también
—Estás sudando en demasía—

Sí pero no precisamente por eso.

Lleguemos y me senté en la silla frente a ella.

—¿Recuerdas la información que nos diste?— me preguntó sacando algunos folios de su cajón — Sobre los chicos del bar—

—Si— asentí con la cabeza algo entusiasmado— ¿Han averiguado algo?—

—De hecho sí— posó cuatro fotos en la mesa y las giró para que las observara. — Mira...—

Observé atónito, con aquellas fotos, el beso y la sensación de adrenalina que nunca había experimentado, mi cuerpo se encontraba en un absoluto descontrol de emociones. Quizá...
¿esto era sentirse vivo?

Sweet madness [Koøktæ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora