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Ah, como empezar.
Esa noche de lluvia... sus palabras realmente tenían más peso del que cualquiera puede imaginar, y todas ellas caerían sobre mí sin cuidado alguno, solo era cuestión de tiempo.

—J-jungkook, quiero volver a casa— susurré cuando la puerta de ese almacén abandonado fue cerrada, fue aquel golpe el que hizo que despertara. Pese a sentir algo que no podía describir cuando él estaba cerca, seguía siendo un psicópata ¿en que demonios pensaba?

El lugar era desastroso, una bombilla colgando del techo alumbrada pésimamente. Las paredes blancas estaban llenas de rasguños y la pintura seca caía. Algunas botellas de vidrio rotas estaban esparcidas por el suelo. Y una única silla de cuero se encontraba en el centro.

Él me miró, bajó completamente su capucha mojada y tiró la chaqueta al suelo, después colgó sus gafas en su camisa negra y ajustada—No, Taehyung, no irás a ningún lugar— dijo acercándose a mí.

Al instante retrocedí, chocando con la silla detrás de mí— P-por favor...

Temblé cuando se acercó más a paso lento — He viajado desde Asia solo por esto...— me dio un  empujón, haciendo que me sentara.
—Voy a probarte, en base a eso decidiré si dejarte ir o aferrarte a mí para siempre, no depende de mí, esto es decisión tuya.

—¿Mía?— pregunté confundido, observando cómo desabrochaba algunos botones de sus mangas para después subir la prenda; dejando ver sus antebrazos repleto de venas marcadas.

—Sí, tuya; consciente o inconscientemente— apoyó sus manos en los bordes de la silla a mis costados y me miró fijamente, al instante me hice más pequeño ante su cercanía —Esta será la última y verdadera prueba. — dijo mientras una sonrisa tenebrosa iba formándose en su rostro.

—¿Q-que vas a hacerme?— dije casi suplicando por piedad. Que iluso, si tan solo hubiera sabido lo que estaba por venir.

Se apartó de mí con brusquedad haciendo que la silla se tambaleara y se colocó a mis espaldas, sentí que se alejaba y giré un poco mi rostro para observar; viendo que traía algo en sus manos pero no logré ver con claridad.

—¿Que estás haciendo?— volví a preguntar, pero él simplemente no me contestó.

Volví a dirigir mi mirada al frente, calculando la manera de poder salir, las ventanas eran una buena opción pero no se si tendría tiempo para romper el cristal y escapar sin que él me atrapara. La desesperación se comenzó a hacer presente; todavía más cuando sentí algo atrapar mi muñeca izquierda.

Me removí cuando noté la otra ser atrapada al igual; me había esposado a la silla.

—¡S-suéltame!— grité comenzando a ejercer fuerza para librarme de ellas pero solo noté el agudo dolor del hierro contra mi piel.

—No lo intentes, es inútil— dijo con voz neutra y volvió a colocarse detrás de mí. Pegué un grito y sentí mi pulso descontrolarse cuando la silla se inclinó hacia atrás, haciendo que quedara levemente acostado.
—Lo único que lograrás es que te mate— dijo mirándome desde arriba.

Un escalofrío me recorrió ante aquella última frase, así que preferí mantenerme en silencio, deseando que todo acabara pronto. Ahora lo único que lograba ver era aquella pequeña bombilla colgando de un hilo.

Jungkook volvió y me aparté bruscamente cuando sentí sus manos en mi cuello, él con brutalidad volvió a sujetarme, grité ante el dolor que me generó y a la fuerza me colocó un collar negro, por su textura juraría que era de cuero también y una larga cadena salía de él.

¿Que coño era todo esto?

Todo mi cuerpo estaba temblando y el sudor frío recorría mi espada, realmente estaba aterrado.

—Bien, esto está listo— dijo Jungkook dando vueltas sobre mí sin quitarme la vista de encima.

—D-dejame ir, te lo ruego...— supliqué, removiendo las cadenas una vez más.

—No— espetó con seriedad y se colocó a un costado, mi alma pareció desvanecerse cuando vi un cuchillo en su mano ¿iba a torturarme?
—Vas a disfrutar esto como no imaginarias, Taehyung— finalizó humedeciendo su labio inferior.

Negué con mi rostro repetidas veces al ver el cuchillo cerca de mí rostro, cuando sentí el frío del filo rozar mi frente, traté de mantenerme lo más quieto posible, no quería acabar sin ojos.

—Eso es... relájate— susurró, deslizando el filo por el puente de mi nariz lento y suave, siguiendo de mis labios y bajando por mí cuello.

Respiré con más pesadez al sentirlo en mi pecho y grité desconsoladamente cuando, de repente y sin ningún tipo de delicadeza; rompió mi camisa en dos con ayuda de sus manos.

Mi pecho subía y bajaba con velocidad y las lágrimas manchaban mis mejillas rojas.

Continuó deslizándose por mí piel, rozando uno de mis pezones en círculos para después pasar al otro.

Mi piel se erizó al instante.

—P-para...—susurré girando mi rostro al lado contrario al que él estaba pero sentí mi cuello empujar con fuerza hacia Jungkook; había agarrado la cadena del collar y me había impulsado hacia él, haciendo que me inclinara hacia arriba y dejando nuestros rostros cerca.

—Me pone que te resistas— susurró cerca de mis labios — Pero no me detendré por mucho que llores, voy a follarte tan bien, que suplicarás por mí polla el resto de tu vida, Taehyung.

Y tras esas palabras, que me dejaron prácticamente en blanco; volvió a tirar de mí para acostarme y sin dejarme reaccionar; sentí su mano deslizarse dentro de mis pantalones.

—Oh, vaya...— una sonrisa se posó en su rostro al notar mi polla levemente endurecida, la vergüenza se apoderó de mí— Realmente vas a gemir hasta quedar afónico Taehyung, esto solo acaba de comenzar— su voz salió más agitada y ronca, miró mis ojos con su mirada terriblemente oscurecida y continuó;

—Dime, ¿alguna vez has jugado con fuego?


Sweet madness [Koøktæ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora