Sweet madness [Koøktæ]

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“Entre otras noticias, el fugitivo y psicópata Jungkook, paciente del Psiquiátrico Sr.Andrew, continúa desaparecido. Se desconoce su paradero pero los investigadores aseguran que, probablemente, esté cambiando de ciudad para despistar.
En estos momentos, Europa se encuentra en un rango alto de peligro, el siguiente asesino del que hablaremos, también continua sin aparecer..."

Apagó la televisión y se levantó con rapidez, dirigiéndose hasta la terraza.

—Jungkook ha escapado del psiquiátrico— dijo un hombre alto, con poco pelo que se tornaba grisáceo, observando a la mujer acostada en una hamaca, tomando una copa de champagne frente a la gran piscina. Su cabello era rubio y liso, al ras de sus hombros.

—Sí, vi la noticia ayer— dijo bajando sus gafas de sol en el puente de su nariz.

—¿Que vamos a hacer?— preguntó acostándose a su lado, en otra hamaca — Sabes que va a venir a por nosotros ¿verdad?—

—Lo sé— asintió— Tomarlo con calma nos da ventaja, fingir que no vamos tras él también— encendió un cigarrillo y expulsó el humo antes de continuar —Marcos ha estado siguiendo sus pasos, ha vuelto a Europa por un chico ¿sabes que significa eso?

— Sorpréndeme— dijo mirando a su esposa Emma.

— Está exponiéndose a que le encuentren por alguien, debería estar oculto en Asia con su gente, sin embargo, aquí está.— miró a Jin y sonrió — Punto de flaqueza, cariño; punto de flaqueza.

—¿Quién es el chico?— preguntó

—No lo sé, Marcos se encargará de esto. Paciencia Jin, paciencia. Si no somos nosotros, cualquiera de los demás grupos lo matarán.

Jungkook siempre estuvo en el punto de mira de otras mafias, pues su mercancía era la mejor y eso impedía que los demás generaran dinero. Varios intentaron asesinarle, pero eso era un juego perdido; Jungkook podía matarlos en cuestión de segundos y además, era temido por su gran sed de venganza, era algo como
"Tú intentas matar a Jungkook, Jungkook te matará a ti y a todo ser vivo que te importe"

Emma y Jin, lideles de una mafia la cual se dedica al tráfico de drogas entre otras cosas, hace unos cuantos años también tuvieron disputas con Jungkook y su gente, ya que la competición significaba pérdida de dinero y de mercancía. Planearon una trampa; llamarían a Jungkook, haciéndole creer que querían unirse a él ya que no sacaban beneficio propio, fingieron desesperación e insistieron lo suficiente como para que Jungkook cediera. Ellos dos eran bastante grandes y respetados dentro de este campo debido a la cantidad de años que estaban metidos en ello, ya rondaban los cuarenta años de edad, y eso le interesaba a Jungkook, pues podía hacer que ellos vendieran en Europa y así él continuaría haciéndolo en Asia, multiplicando sus ingresos.
Planearon un punto de encuentro para llegar a un acuerdo, lo que Jungkook no sabía es que cientos de policías estaban esperando en aquel almacén abandonado y así; lo arrestaron. Después de una revisión psiquiátrica dictaron que no era apto para cumplir cárcel, pues sus varios trastornos mentales lo impedían y así; acabó ingresado en el psiquiátrico Hospital Sr.Andrew, planeado día tras día una huida que para nada fue cuestión de suerte...

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Th

Mi cuerpo ya se encontraba totalmente teñido de cera, y yo estaba muriéndome por que me follara de una jodida vez, Jungkook se encontraba en el borde de la silla, colocado entre mis piernas fingiendo embestidas duras, podía notar el bulto de sus pantalones rozando contra mi una y otra vez mientras con sus manos seguía esparciendo cera y pellizcando mis pezones erectos con fuerza, sacándome gritos y gemidos.

De repente noto que se aleja de mí, no puedo evitar soltar un grito de frustración, quería más mucho más.

Escucho sus pasos y luego una cremallera abrirse, se acerca nuevamente y siento algo ser lanzado en mi pecho.

—Suficiente por hoy, límpiate— era una toalla lo que dejó sobre mí—Date prisa, nos vamos— dijo mientras me desataba

No podía ser.

–¿Nos vamos?— pregunté de mala gana limpiandome.

—Correcto, te espero en el coche— y sin más, abrió la puerta y se largó

¿Y ese repentino cambio de humor?

Suspiré profundamente, recapacitando, no podía dejarme llevar por la excitación. No iría con él a ningún lugar, capaz me encierre en su sótano para siempre.

Salí y lo vi apollado en el coche, fumándose un cigarrillo y observandome mientras iba hacia él.

–¿A dónde quieres llevarme?– pregunté sin poder mirarle a los ojos.

–Pronto lo sabrás– dijo tirando el cigarrillo y pisándolo antes de meterse en el vehículo.

Me quedé parado, viendo como arrancaba–No pienso subirme– dije sonando firme, aunque en realidad estaba temblando.

–Bien– se colocó el cinturón–Suerte encontrando el camino– y aceleró.

Entonces caí, me habia llevado prácticamente a las afueras de la ciudad. Entré en desesperación visualizando el coche irse. Joder.

–¡Espera!– grité corriendo tras él.

Frenó y subí, ni siquiera le miré, giré mi rostro hacia la ventana y me crucé de brazos, quería asesinarlo.

–¿Estás enfadado porque no sabes a donde te llevo o porque no te he follado hasta partirte en dos?– dijo mirándome con una sonrisa de lado y su mano se posó en mi muslo dando un apretón.

Me sentí enrojecer al instante y mi pulso acelerarse, no aparté mi mirada de la ventana ni un solo segundo, literalmente me quedé estático. Escuché su breve risa ante mi reacción, eso me erizó la piel.