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La voz de Jennifer comenzó a sonar altamente en los altavoces
—¡Pacientes al patio!— repetía una y otra vez.

Las luces claras fueron reemplazadas por rojas y el horrible sonido de la alarma se mezclaba con los gritos de algunos de los ingresados, una gran mayoría se encontraba con distintos ataques.

Todo se volvió un absoluto descontrol.

Corrí hacia el patio también, con normalidad dentro de lo que cabía y ya varios guardias de seguridad trataban de crear orden, poniéndonos a todos en dos filas; dejando un espacio en el centro para que los bomberos pasaran, los cuales no tardaron en llegar.

Me acerqué y me coloqué al lado de Hoseok, uno de los psicólogos del centro.

Jennifer no tardó en colocarse frente a nosotros.

—Tal vez ha sido Jungkook el que ha provocado el incendio—dijo con nerviosismo—En las cámaras de seguridad no aparece saliendo del centro y curiosamente, es la única cámara que ha grabado las cuatro últimas horas—tiró su cabello largo y negro hacia atrás y colocó sus dedos en el puente de su nariz— Tenemos que arreglar esto, no podemos dejar que los medios de enteren, bastante pánico tiene ya la cuidad con el asesino de prostitutas—

Los bomberos llegaron y con rapidez entraron al hospital.

—¿No informaremos a la policía?— preguntó Hoseok frunciendo el ceño.

—No—Jennifer nos miró a ambos, yo mantenía la mirada al suelo, la culpa me recorría—Arreglaremos esto nosotros mismos, no puedo permitir que el único psiquiátrico seguro de Europa salga en las noticias con el paciente más peligroso
desaparecido—

Simplemente asentí con mi cabeza, mi cuerpo todavía temblaba y mi mente solo repetía una y otra vez la escena en ese cuarto.

—Cuando los bomberos se vayan, revisaremos cada rincón, no ha podido escapar de aquí—finalizó y se cruzó de brazos volviendo a mirar a la puerta, esperando noticias del incendio.

Pasaron unos cuantos minutos y uno de los bomberos salió.

—¡No hay ningún incendio!— gritó
—¡Pueden entrar, está seguro!—

Los guardias de seguridad fueron llevando a los pacientes mientas más bomberos salían del centro.

Entre tanto alboroto, uno de ellos chocó conmigo, golpeado mi hombro y haciendo que de la vuelta en mi mismo debido al impacto.

—¡Mira por donde vas!—le grité cubriendo mi hombro, realmente fue un gran golpe y ya bastante estrés traía encima como para esto.—Ah...— murmuré con una mueca dolor.

Y entonces aquel bombero giró su rostro hacia mi sin dejar de caminar.

Pese al casco que impedía ver su rostro, se lograba ver sus ojos oscuros gracias al visor transparente. Esa mirada tétrica y tenebrosa. Su figura se iba haciendo más pequeña mientras caminaba con una tranquilidad sorprendente y fue entonces que me quedé totalmente en blanco, las demás personas pasaron a ser borrosas y mi vista solo lo enfocaba en él pero cuando mi cuerpo reaccionó y cayó en la realidad; ya no estaba.

Miré a mis alrededores con desespero, tratando de ubicarle de nuevo, pero ya no había rastro de ese bombero tan peculiar.

Definitivamente Jungkook había escapado y ahora ambos estábamos fuera, sin ninguna celda de por medio. El miedo aumentó y se formó un nudo en mi estómago haciendo que náuseas se hicieran presentes, sentí un extraño hormigueo en mis dedos y mi mente se nubló, mareándome; haciendo que mis ojos se cerraran debido al gran peso de mis párpados y cayera al suelo.

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—Taehyung...— escuché una voz lejana y algunos golpes sutiles sobre mi brazo— Taehyung ¿cómo te encuentras?—

Abrí mis ojos con lentitud, mi vista todavía se tornaba nebulosa y mi cabeza dolía, aún así vi al enfermero.

—E-estoy bien— murmuré tratando de sentarme con dificultad, el doctor me ayudó sujetando mi cabeza.

—Tranquilo, solo has tenido un ataque de ansiedad y has perdido la conciencia unos segundos— me ofreció un vaso de agua y lo tomé.

Bebí un trago y le di nuevamente el vaso, miré a mi alrededor y me percaté de que estaba en la enfermería del psiquiátrico.

—¿Mejor?— preguntó pero antes de que pudiera responder, un grito desgarrador hizo que me pusiera alerta.

—¿Que ha sido eso?— pregunté levantándome de la camilla.

Ignoré las palabras del doctor diciéndome que debía reposar y salí de la enfermería, viendo a un grupo de personas situadas en la puerta del cuarto de limpieza, todas ellas con un terror notorio en sus rostros.

Un mal presentimiento se apoderó de mí mientras me abría paso entre la gente.

Mis ojos se abrieron en demasía y sentí mi cuerpo paralizarse al ver la escena frente a mí;

Un hombre únicamente en ropa interior se encontraba en el suelo, con un bolígrafo clavado en su garganta, dejando un gran charco de sangre debajo de él. La pared estaba manchada también de carmesí pero con un preciso mensaje escrito en ella, al menos claro para mí;

“Mia es la libertad de un prado verde, nos vemos pronto ”

Sweet madness [Koøktæ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora