C 12

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—Chelsey—murmura Chris, mirándola.

—Que alegría me da verte—la chica se acerca a él pasando encima de mi, y lo abraza.

Christopher responde al abrazo dudoso, me mira por encima del hombro de "Chelsey".
Me agacho a recoger las llaves incomoda, la chica ni siquiera me mira.

—Hola, haz cambiado mucho—se limita a decir Chris.

—Hace años que no te veía por aquí, desde que te fuiste a Estados Unidos—le dice ella. De pronto dirige su mirada hacia mi.—¿Ella es Ge...—no termina la oración cuando Christopher la interrumpe.

—Si, es la primera vez que vuelvo a Loja desde que me fui—le da una sonrisa de boca cerrada.—Bueno Chelsey no quiero ser grosero pero tenemos cosas que hacer.

Ella abre la boca al parecer ofendida. Sonríe forzosamente y se despide. Se marcha sin más.

—¿Quien es?—le pregunto curiosa mientras él nuevamente se dirige a abrir la puerta.

—Era mi vecina cuando vivía aquí, no se si lo siga siendo.

La puerta se abre, me hace una seña para que entre primero. Detrás de mi Christopher entra con las maletas y enciende la luz de la sala.
Su antiguo hogar está en completo silencio, pero todo está muy en orden. Lo primero que observas al entrar es la sala, hay dos largos sillones color café con figuras beige y un gran mueble donde reposa la televisión. Las paredes son color carmesí y las cortinas doradas.
Al centro una mesita de madera con un mantel blanco.

Observo a Christopher, quien mira todo con melancolía. Camina por la habitación y pasa los dedos con delicadeza por los sillones. Se detiene en el mueble de la televisión y se pone en cuclillas, saca varios libros al parecer álbumes de fotos.
Toma algunos y se sienta en el sofá. Abre el que se encuentra encima de todos. Me acerco y lo miro de pie mientras él no despega la vista de la primera fotografía.

—Mira—levanta la fotografía y me la muestra—Ella era mi abuela—no alcanzo a ver mucho porque vuelve a poner la foto hacia el.

Me siento a su lado y dirijo la vista a sus manos.

—La extraño mucho—dice con la voz entre cortada, como si le costara hablar—Me haces falta—murmura más para el.

Una gota cae sobre la imagen y después otra, son lágrimas de Christopher. Se me hace un nudo en la garganta, paso mi brazo por sus hombros abrazándolo. El recarga su cabeza en el mío y lo escucho sollozar.

—Murió hace algunos años y no me pude despedir de ella, desde que me fui a Nueva Jersey no la volví a ver. Me arrepiento tanto—suspira—Ella era todo para mi, la mujer más dulce y noble.

Me quedo callada dejando que se desahogue.

Christopher sigue hablando.—Me encantaba su comida, por ella decidí aprender gastronomía, para tratar de cocinar tan rico como ella. Pero jamás pude igualar su sazón.

Comienza a hojear el álbum y con cada fotografía qué hay con su abuela me cuenta la historia detrás de esta.

—Está fotografía es del día de mi graduación del jardín de niños, yo no quería bailar con la niña que me había tocado, hice un berrinche espantoso hasta que la profesora aceptó que bailara con mi abuela.—sonríe al recordar aquello.

—Me hubiera encantado conocerla—le digo, con sinceridad.

—Y estoy seguro que a ella le hubiera encantado conocerte a ti, siempre quiso verme con una mujer hermosa y dulce. Si ella te viera ahora conmigo estaría orgullosa.

No Sabía Que Eras Tú #1|C.V.|TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora