14. Día Cuatro

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— Nombre, mijo. Ya era hora de que llegara. — la voz de aquella señora sonriente se proyectó por el ambiente rural—. ¡Hola, que tal están!

El viaje había sido aún más cansado, Leo y Hoseok habían elevado sus niveles de serotonina cantando y riendo con cada vaca que veían en el camino cosa que también emocionó a Taehyung queriendose bajar de la van para poder acaricialas. Por otro lado la situación de los chicos contra Soyoung no había sido vuelto mencionada otra vez. Si Andy era sincera consigo misma se sentía un poco mal cada que pasaban las horas. Aquella cosa que le había dicho Soyoung penetró en su cerebro como una daga caliente, dejando marca de por medio.

No era algo que quería decirle a sus amigos, especialmente a Kea que seguramente moriría antes de tan siquiera terminar de decir todo el chisme. Por otro lado la frescura del nuevo ambiente había ayudado a enfriar su mente y pasarlo a un plano astral de la que no tendría conciencia por ahora.

Todos posaron una tierra nueva cuando finalmente su destino estaba a su presencia. El viento soplaba incesante y la grama era el panorama perfecto de aquella finca que el abuelo de Leo mantenía con su vida. Noto a los extranjeros sonreír a lo lejos al ver la escena de una típica película de chica amante de los caballos. Era relajante y bastante atractivo. Un lugar que seguramente, a juzgar por los ojos curiosos, Taehyung podría imaginar vivir toda su vida.

No faltó ni un segundo para los hispanos al bajarse del auto para poder abrazar a sus relativos —que aunque eran familiares de Leo, se sentía como su propia sangre para las chicas—, el olor a maleza y estiércol se hizo presente pero por mucho que podía ser un rasgo negativo no fue lo suficiente como para que el propio Yoongi se sintiera en calma. Habían visitado fincas antes, pero siempre tenían una cámara encima, una fecha de trabajo o algo que envolviera la media o un equipo de trabajo.

— ¡Abuela, hola, bendición! — Kea abrazo a la vieja de manera delicada, la había extrañado, hace mucho que no la veía desde que hace unos meses había cumplido sus ochenta y dos años.

— Dios me los bendiga, mijitos. Que bueno que aún pasan para ver a este vejestorio — la mujer sonrió ante su nieto y sus dos nietas postizas. La mujer dió sus respectivos abrazos mientras que a lo lejos noto una manada de chicos desconocidos. Su mirada se afiló pero una sonrisa salió de su rostro,amaba cuando las reuniones familiares se hacían cada vez más grandes.

La abuela Luz era de aquellas típicas que tienen un corazón demasiado grande para tan siquiera guardarlo a su familia, a lo largo de su vida a recogido nietos de manera anual que le han brindado un momento de su vida. Inclusive habían vecinos que la consideraban de su familia, es por eso que ver siete personas nuevas le dió brindo una calidez en su pecho. ¡Habían más personas a quien alimentar! Pero... No había algo común.

— Mirele vieja. Son mis nuevos amigos. — Leo señalo a lo lejos tratando de no dar muchas explicaciones. La mujer alzo una ceja.

— Órale, pero que muchachos tan guapos. — contesto mirando a ambas chicas. La abuela Luz era un amor en pasta, pero algo era bastante claro y que como todo familiar no podía estar metida en sus asuntos, especialmente cuando nunca había conocido un interés amoroso por parte de ambas—. Chale, mijas, a ver si escogen uno bueno para que les limpien la casa y le preparen comidita.

Andy rio, siempre le parecía tierno como aquella mujer se parecía a su misma abuela que murió en República Dominicana mucho antes de que ella se fuera.

— No, abuela, ellos solo son amigos y vienen a ayudar. — explicó Andy, pero aquella respuesta no le había dado en el clavo.

— ¿Ayudar a que pues? La fiesta de Rosa no será una gala. No, no, no, si ellos están aquí es para pasarla bien, no para trabajar o ayudar — la mujer se negó a tan siquiera pensar que sus invitados iban a tener que hacer algo más que beber y comer de la fiesta que daría lugar dentro de un par de horas—. A menos que quieran cuidar a los chamacos de Lucia, porque veo que no tienen problemas.

lo siento, no hablo chino  ||  btsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora