Impostor

227 13 7
                                    

❄

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

❄

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


—Señorita Arendelle, por favor tome asiento —le dijo el detective Wilde, mostrando con su mano las sillas que estaban disponibles cerca de la mesa.

La joven obedeció, caminando con sigilo hasta el centro de la habitación.

Era una sala de interrogación, con el aire acondicionado a 10° y las sillas metálicas más incómodas que puedan existir. No era precisamente la invitada de honor ahí.

—Vamos a hacerles unas preguntas, si usted está de acuerdo —alzó una ceja burlón, observando a detalle la carpeta que tenía en las manos.

—Que sea rápido, debo ir por mi hermana al colegio —contestó Elsa, cruzándose de brazos para darse calor.

—Veo que tiene mucha prisa para irse, ¿por qué? ¿Esconde algo, acaso? —le miró inquieto.

—Para nada, sólo que si no voy por mi hermana a la hora que indica la escuela, la trasladan a cuidado infantil, algo que no quiero que suceda —frunció el ceño, la actitud que ese hombre estaba tomando contra ella lograba exasperarla.

—¿Sabe qué? Iré al grano, hemos encontrado el cadáver de su prometido Hans Westergaard a las afueras de su barrio. Y nuestra principal sospechosa es usted —la apuntó con los papeles.

—¿En qué se basa, detective? —preguntó, fingiendo curiosidad.

No le era ninguna novedad.

—Los registros de su número telefónico muestran que fue usted la última persona en llamarlo, la última persona que tuvo contacto físico con él. Después de la cita, ya nadie más lo vio, y eso para mí no es coincidencia.

—¿Qué le hace pensar que lo cité en algún lugar?

—Tenemos vídeos donde usted está con su prometido, en tres tiendas diferentes, la misma ropa, todas después de las cuatro de la tarde. Ya no lo niegue, hasta quizás el juez se apiade de usted si se declara culpable. Mira que chicas como tú no durarían mucho en la cárcel, con otras reos que digamos, no son pan con miel. Piense en su futuro, en su hermana más que nadie —aquello último llamó la atención de la joven, que resopló con fuerza.

ꫝꪖꪀડ  &  ꫀꪶડꪖDonde viven las historias. Descúbrelo ahora