Capítulo 9

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Llegamos a mi casa y lo primero que hice fue meterme al baño y llamar a Chiara. Yo sé que estaba haciendo las cosas mal y que tarde o temprano todo esto me jugaría en contra.

-Chiara yo… - trate de explicarle pero me interrumpió

-Jorge no es necesario que me expliques nada en serio. Solo quería decirte un buen viaje.

-Igual quiero explicarte los cosas para que no la malinterpretes. Yo venía saliendo y me la encontré a Danna. Nos pusimos a conversar y me dijo que iba por la misma ruta que yo y que no tenía ningún problema en darme un aventón, la verdad es que estaba tan cansado que decidí aceptar.

-Jorge. Yo no te estaba pidiendo explicaciones, si mi mensaje pareció lo contrario te pido disculpas. Porque esa no era la idea.

-Pero igual yo quería aclarártelo – le dije -. Se que después del rumor que salió no estas tranquila sobre el tema de Danna. Pero te puedo asegurar que solo somos amigos.

Volví a mentir.

-No te preocupes. Confío en ti. Anda descansa que ya es muy tarde, que tengas un buen viaje y disfruta mucho estos días con tú familia. Nos vemos cuando llegues.

Salí del baño y me encontré con Danna apoyada en la pared.

-No necesitabas meterte al baño para hablar por teléfono, Amigo.

Me estaba comenzando a doler la cabeza.

-¿Qué querías que le dijera?

-Nada Jorge nada

Genial ahora ella estaba molesta.

-Danna… - la llamé

-¿Qué?

Confirmado Estaba molesta.

Decidí acercarme a ella por detrás.

-Jorge…

-Shhh

La besé.

Dios cuanto la había extraño, habíamos pasado unas horas separados y la extrañaba como si no la hubiera visto en años.

El beso se volvió más intenso. Comencé a besarle el cuello mientras que ella soltaba pequeños jadeos. La necesitaba.

Me miró como pidiéndome permiso para dar el siguiente paso.

Poco a poco fuimos quedándonos sin ropa.

Me separé para poder verla. Era hermosa, parecía una obra de arte esculpida por Dios.

Se sentó encima de mí y en su mirada vi claramente su intención.

-Esto es para que quede claro que eres solo mío – dijo en un susurro.

Y de un momento al otro me dejo una marca en el cuello. En este instante no me importaba.

-Te necesito – dijo casi en una súplica.
Y eso era todo lo que necesitaba para convertirnos nuevamente en una sola persona.

Unas horas más tarde ambos estábamos echados en mi cama. Disfrutando de la tranquilidad que sentíamos en ese momento.

-Amor – me llamó

Me dijo amor

-¿Cómo me llamaste? – le pregunté tratando de esconder mi emoción

-Te llamé amor

Que alguien me quitara la sonrisa de estúpido que tenía ahorita mismo en la cara.

-¿No te gusta que te llame así?

When I Met YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora