Capítulo IV

93 11 3
                                    

Claennis acomodaba los platillos en las mesas mientras escuchaba atentamente las noticias sobre la hermandad del Tofu, habían tenido una batalla y resultaron victoriosos tal y como se esperaba, a sus 16 años aún se emocionaba cual chiquilla al escuchar aquellas aventuras, aunque no las demostraba, dando una sonrisa amable se retiró mientras los comensales la miraban embobados.

Después de sus 11 años había crecido rápidamente hasta los 15 donde alcanzo la altura de 1.60, un cuerpo esbelto pero trabajado debido a sus prácticas diarias en el claro, su cabello había sido cortado a la altura de sus orejas. Y muy en el fondo sabia, que esa era la constitución física con la que pasaría gran parte de su vida, pareciera como si su crecimiento se hubiese detenido, lo normal debido a su especie, dotada de una gran belleza y hermosa sonrisa rápidamente "Restaurante Alex" se había hecho famoso por la belleza que trabajaba ahí, más el gran espectáculo de danza que se hacía, donde ella nuevamente era quien lo protagonizaba.

Una mirada pacifica se encontraba en sus ojos azules sirviendo mesas, levantando platillos y tomando ordenes, así era hasta que aquel imbécil entro en el local, rápidamente aquella mirada fue reemplazada por frialdad, camino decidida a enfrentar al rufián que entraba por la puerta de su restaurante, aquel solo sonrió estúpidamente al verla, soltando risitas tontas junto a los que venia acompañado que solo soltaban palabras nada agradables hacia la chica

– Vamos Clae, no me mires así, solo tienes que ser mía y dejaré en paz la aldea, no más cuotas por obtenerte a ti – Yopuka tenía que ser, ciertamente eran fuertes guerreros, pero carecían de cerebro, aquel había llegado cuando tenía tan solo 14 años, había aparecido amenazando su pueblo junto a su Shushu y sus secuaces pidiendo una cuota mensual, a la cual cada vez subían el monto. En cuanto conoció a la peliblanca, la pidió a ella a cambio, sin embargo querida por los pueblerinos, se negaron y prefirieron pagar, muchos viajeros y héroes simplemente hacían la vista gorda, no querían perder el tiempo con un sin cerebro, ella pidió que la dejaran ponerlo en su lugar, pero su madre se negaba alegando que era una chica y no podía meterse en los asuntos que un hombre debía resolver

¡Ha! Tonterías claro que podía, sin embargo al ver la mirada de súplica de su madre simplemente se dio por vencida en insistir, aunque eso no la detenía en dar unas cuantas palabras, era una mujer tranquila, calmada, tierna y cariñosa con aquellos a quienes quería y amaba, pero podría ser bastante intimidante si se metían con sus seres queridos, por supuesto con un cerebro de Yop, poco valían sus palabras.

– Deberías largarte y dejar de ensuciar, no quiero quedarme horas extras limpiando tu desperdicio – su cruzó de brazos mientras le sonreía socarrona – así que hazle un favor al mundo y piérdete –

– Está bien, no te pongas tan malhumorado hermosa, solo venía a recordarte que hoy en la tarde pasaré por la cuota y además no apuesto hoy me bañe – sonrió ladinamente, ella solo rodó los ojos, si que era estúpido, él solo se dio la vuelta yéndose de ahí con todos los demás riendo mientras volteaban las mesas y tiraban la comida.

Furiosa solo pudo apretar sus puños y levantar las mesas con ayuda de los clientes, no era muy buena insultando y el no ayudaba con sus respuestas.

ººººººººººººººººººººººººººººººººººº

Un mes después de su pelea Yugo se encontraba en casa con Alibert y Adamai. Por ahora habían decidido esconder los Dofus Selatrop en el interior de la casa en el sótano, ya después pensarían en lo que harían, la otra opción era llevar todo a la dimensión donde se encontraban los Selatrop, pero aún estaban en discusión con aquello, por supuesto esta vez sin pelear, aun arrepentidos cada uno por sus acciones, sabían que estarían ahí el uno para el otro. Era la milésima vez que Yugo suspiraba en toda la tarde, pronto llegarían sus amigos para celebrar el cumpleaños de su padre y la princesa por supuesto también estaba invitada.

Les Ailés (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora