Otra mañana de levantarse temprano y alistarse para el efímero instituto.
Pensó Hashiko colocándose el uniforme, como le era habitual, para luego desayunar algo de jugo e irse rumbo a la escuela por el camino de siempre o eso supuso cuando se dio la alarma de un nuevo ataque por parte de un monstruo peligroso.
Un suspiro pesado abandonó sus labios antes de marcharse por otra ruta, no por el hecho de que le temiera a encontrarse con ese ser, sino más bien porque no quería problemas ni inmiscuirse entre la población alarmada y presa del pánico.
De esta forma continuó su lento caminar, optando por tomar el sendero más largo, pues cuando salió de la casa aún era bastante temprano. Disfrutó del silencio de los callejones, el maullir de algunos gatos callejeros y la brisa fresca de la mañana mientras trataba de sacarse de la cabeza a aquella joven que le intrigaba tanto y hacía actuar de forma extraña.
No es mi problema.
Se dijo a sí mismo con desinterés, acomodando la mochila sobre su espalda al notar que estaba a menos de una calle del colegio.
_Escuché que eres una asesina_habló una voz desconocida que llegó a los agudos oídos del azabache.
_Déjame en paz_respondió en tono de amenaza una voz femenina, voz femenina que Hashiko no tardó en reconocer.
_¿Esas son nuevas heridas?_continuó cuestionando aquel hombre, quien no contento con haberla interceptado y acorralado a tan solo un par de callejuelas del instituto, se sentía con el derecho de acariciar las nuevas heridas de su rostro.
_No me toques_farfulló retirando aquella mano de un golpe seco, ya estaba harta de que matones como él quisieran contratarla e incluso comprarla para que hiciese sus trabajos sucios.
_Una chica ruda ¿eh?_sonrió con malicia tomandolá del cabello, tirando de él con la suficiente fuerza como para sacarle un gemido de dolor_Parece que puedes aguantar un par de heridas más.
_No lo repetiré de nuevo, déjame en paz.
_¿Y qué pasa si no lo...?
La frase quedó incompleta cuando la punta de una tijera atravesó su garganta, matándolo al instante, su sangre salpicó parte del rostro de la joven y todo el suelo, dejando un gran charco de aquel líquido carmesí debajo del reciente cadáver.
_Yo te lo advertí_dijo con rostro entenebrecido, mirando con cierto remordimiento el cuerpo inerte de aquel hombre_Sabes algo, odio ser así_habló acuclillándose frente a este_Pero no tuve más remedio, les prometí que no moriría y que siempre mostraría una sonrisa.
Cerró los ojos del difunto y alzó la vista hacia el frente, topándose con la persona que menos quería ver en ese momento.
_De todas las personas que podían verme hacer esto ¿por qué tenías que ser precisamente tú?_cuestionó formando un puño con su mano libre, estaba en problemas, no solo por el hecho de que la hayan visto asesinando a una persona, sino porque tendría que deshacerse del testigo, eso o sufrir otra golpiza y ver a otro asesinarlo frente a sus ojos, aunque todo dependía de si la persona haría público ese hecho o no.
La pelicastaña llenó sus pulmones de oxígeno antes de enfrentar aquella mirada azabache, esperando encontrar desprecio, decepción o incluso asco, pero nada, su rostro seguía tan inexpresivo como siempre, con aquella mirada vacía posada sobre ella.
_Hashiko, yo...
Pero él no la dejó continuar, pues en un parpadeo se encontraba sujetando su muñeca, forzándola a caminar detrás suyo por los senderos más desolados que conocía, la había visto matar a ese hombre, aunque aquel no era su problema ni le importaba, pero aún así no quería que la descubrieran, por eso la llevó a su casa, conciente de que ella podría intentar matarlo.
_¿Por qué me traes aquí?_cuestionó sin ocultar su curiosidad pero este no respondió, simplemente apuntó al sofá con su dedo índice, dándole a entender que tomara asiento para instantes después desaparecer de su vista.
No logro entender a este chico.
Se dijo a sí misma antes de dejarse caer en aquel mueble, en espera del de cabellos negros, quien no tardó en volver con unas vendas y demás artículos para desinfectar heridas.
_No tienes que...
Pero ya era tarde, este había comenzado a limpiar la sangre ajena de su rostro antes de tratar sus heridas superficiales.
_Sabes, no deberías ayudar a quien tiene la obligación de matarte_comentó con voz macabra y mirada asesina, intentando asustarlo o al menos lograr que se alejara de ella, pero nada, aquello no surtió el más mínimo efecto en Hashiko_Piensas llamar a la policía y entregarme ¿verdad? Quieres salvar tu vida y por eso finges ser amable y ayudarme ¿o me equivoco?
Nada, ni siquiera algún gesto que afirmación o negación.
_¿Por qué se supone que me estás ayudando? ¿Acaso no me tienes miedo? Soy una cruel asesina ¿sabes? No me importaría terminar con tu vida ahora mismo, soy una mala persona que busca su propio bien en este mundo y sociedad, fingiendo ser amable ante los demás y asesinando a montones de familias sin ningún escrúpulo_dijo calmada, cruzando las piernas, sin entender cómo era posible que este no mostrara ninguna expresión y continuara curando sus heridas con aparente desinterés_¿Estás escuchando lo que te digo? ¡Hashiko!_gritó llevando una mano a su cabello, despeinándolo un poco, no lo entendía, no podía entenderlo pero lo admiraba, admiraba ese desinterés en él, esa mirada inexpresiva e inmutable, esa apariencia de que no hay nada que le afecte o importe.
Un breve silencio permaneció en la estancia, cada uno se encontraba sumido en sus propios pensamientos, los cuales en la castaña eran un verdadero remolino que amenazaba con volverse un gran huracán de elevadas categorías.
No fue hasta que el celular de la chica sonó, que ambos volvieron a la realidad, Hashiko se levantó recogiendo lo que sobró luego de haber desinfectado aquellos rasguños para luego irse de allí y darle privacidad.
Ren, en cambio, revisó su móvil, encontrando en él un mensaje que hubiese preferido no leer, no tenía idea de cómo se había enterado pero su orden era clara.
Ejecuta a tu amigo.
Apretó aquel aparato con impotencia, optando por arrojarlo al bolso, ella lo sabía, sabía que en cualquier momento le pedirían esa tarea y aún así sintió su pecho comprimirse. Aquello que le había advertido al azabache era para poder mentalizarse cuando aquel encargo llegara pero ni siquiera de esa forma logró cumplir su cometido.
Dio un pequeño respingo al escuchar los pasos de su próxima víctima encaminarse en su dirección.
_Hashiko ¿podrías...servirme un vaso de agua?_cuestionó tratando de sonar como siempre.
Este asintió a modo de respuesta, dirigiéndose a la cocina, consciente de que ella le había seguido.
_Sabes, si nos hubiésemos conocido en distintas condiciones, me habría gustado poder escucharte hablar y...ser tu amiga_confesó antes de empuñar aquella punta de tijera todavía ensangrentada, la cual había guardado a un costado de su falda_Lo...siento.
Fueron sus palabras antes de lanzarse hacia él con toda intención de apuñalarlo.
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¡Hello!
Dos actualizaciones en el mismo día.
En fin espero que les guste este nuevo capítulo.
Nos leemos en la próxima actualización.
Sayonara 💕
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Esa sonrisa |Watchdog Man| [ FINALIZADA ]
Fanfiction__________________♢♢♢___________________ Prólogo _¿Cómo puedes sonreir de esa manera?_preguntó con voz tranquila y expresión desinteresada. _¿De qué sirve mostrar mi dolor?_respondió sonriente sin poder ocultar el brillo...