El Fénix [Wigetta] #18

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El amor es una de las cosas más importantes en una relación y una amistad. Sin el, el corazón de pudre y tu cuerpo se muere.

Samuel caminaba solo por las calles de su antigua colonia, miraba el cielo y el reflejo del sol iluminaba a su amuleto. Samuel llevaba la coinciencia un poco pensativa, no quiero salir a correr y buscar a Guillermo, trato de pasarlo como un trago amargo en su vida mientras que él trataba de encontrar su camino.

El celular de Samuel sonó.

—¿Bueno? —Samuel arqueo la ceja.

—¡Samuel! ¿Estás bien? —exclamo Guillermo seguido con una pregunta.

La respiración de Samuel se aceleró, un gran alivio sintió.

—¡¿Dónde estás?! —exclamo Samuel.

—En mi casa... vino un señor a amenazarme Samuel... —término diciendo dejando un silencio entre los dos.

—A mí... también me amenazo —contesto Samuel.

—¡¿Lo hizo ese hijo de puta?! —exclamo Guillermo con cierto tono de enojo.

Samuel no contesto, trato de evitar el tema.

—¡Samuel! Contesta —presiono Guillermo—, Samuel dime... —la voz de Guillermo se calmó.

—Mejor nos vemos en una cafetería —propuso Samuel.

Ambos chicos se habían puesto de acuerdo para pasar el rato en la cafetería del centro, donde ellos dos cuando se conocieron fueron a beber un café, después de que Samuel casi se suicidara.

—¡Guillermo¡ —exclamó Samuel mientras se acercaba a Guillermo con los brazos abiertos.

—¡Samuel!

Ambos se saludaron con un abrazo que trasmitías masque un sentimiento.

El café estaba servido en la mesa, la plática entre Samuel y Guillermo no paraba y no se tentaban por tocar el tema de la amenaza.

—¡Samuel! No puede ser que no me hayas dicho nada sobre todo esto, te pudo haber pasado algo y tu metiéndote en más problemas —reclamó Guillermo.

—Guillermo, si te decía te pondrías agresivo, y todo esto paso porque tú me degastes solo en el restaurante, no te hagas la víctima —aclaró Samuel tratando de que Guillermo comprendiera.

—Pero Samuel...

—Pero nada Guillermo, yo no puedo tener la culpa de esto cuando yo nunca me metí con ese tipo, mucho menos con alguien conocido de él. Tal vez el me odia por ser homosexual, pero no le daré motivos para que el siga con este juego que para nada me gusta. —Samuel se levantó y fue directo hacia fuera.

Guillermo se levantó de su asiento, pidió la cuenta y la pago. Guillermo desde la distancia vio a Samuel caminando con un paso lento, mientras se sumergía entre las personas de la calle.

—¡Samuel! —exclamó Guillermo desde su espalda.

Samuel se detuvo y miro hacia atrás viendo que Guillermo venia corriendo hacia él. Samuel siguió avanzando entre las personas perdiéndose entre ellas.

—¡Samuel! ¡Que te esperes! —exclamó Guillermo sujetando el hombre derecho de Samuel.

—¿Qué quieres? Creo que quedo un poco claro que no tenía tantas ganas de hablar sobre el tema —contesto fríamente Samuel lanzando miradas matadoras.

—Samuel, si tú no te dejas que yo te ayude, nunca podrás salir de tus problemas —dijo Guillermo.

—¿Cuáles problemas? ¡A sí! Los que no te importan tanto —dijo de manera sarcástica Samuel—. Yo no te puedo contar mis problemas, porque siempre salimos peleados por ello. Tú a veces te encierras en un mundo donde soy solo yo, a veces creo que me quieres proteger de más. ¡Sí! ¡Claro! Sufrí de bullyng y no por ello debes tener lastima por mí, deje de ir a la escuela por eso, no aguantaba ver otra gota de sangre recorrer mi rostro, tal vez lo nuestro si funcionaria, pero eres una persona tan fiel, que a veces ¡Hartas! dejaste de ir a la escuela solo por mí, no tienes trabajo y no sé como te pagaste una cena tan cara y un aniño tan hermoso.

La cara de Samuel lamentaba haber dicho eso, pero a la vez se alegraba de poder ver dicho la verdad en la cara.

—No pues, lo siento. La cena la pago mi... padre, el cree que estoy saliendo con una chica y que me casare con...Una.

—¡Vez! No tienes el suficiente valor de admitir que somos novios, y si tu no tienes los suficientes testículo, para poder admitir que me amas, no creo que lo nuestro llegue a funcionar.

—Samuel...

''Samuel'' salió de los labios de Guillermo robándole un beso mientras seguían parados en aquella calle donde todo el mundo pasaba, había rempujones y hasta caras de asco, pero el amor que Guillermo quería demostrar estaba claro. Guillermo si tenía el valor de decir que Samuel era su novio, pero no tenía la seguridad de que Samuel aceptara la palabra ''Novio''

—Samuel... ¡Te amo!

El Fénix [W]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora