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Di media vuelta con mi pie en alto, haciendo que el arma que mi oponente tenía en su mano saliera volando y ahora estuviera en mi poder.

Con esta misma di un potente giro, haciendo que todos los que estaban a mi alrededor salieran volando.

— ¡Son demasiado predecibles! —grité mientras lanzaba lejos el arma de madera que le había quitado a uno de mis aprendices— ¡En una pelea tienen que hacer algo que su oponente no esperaba! ¡Tienen que encontrar sus puntos ciegos, sus debilidades, distracciones, lo que sea con tal de atinarle un solo golpe a su oponente!

— Ahg... —todos se quedaron tirados en el suelo muy cansados.

— ¿Ya se cansaron tan rápido? —pregunte sorprendida.

— ¡Llevamos entrenando desde la madrugada! —gritó uno de ellos.

— ¡Y ya son como las 3 de la tarde! —continúo otro.

— ¡No hemos comido nada desde que despertamos!

— ¡No sean mentirosos!¡Caw! —apareció Kui posandose en mi hombro— ¡Apenas despertaron les dio de comer!

Inmediatamente todos comenzaron a quejarse por la presencia de Kui.

— ¡A mí tampoco me alegra verlos, idiotas! —insultó Kui a los demás.

— ¡Akihito-sama! —una Kakushi apareció entre los arbustos con Tanjiro apoyado en esta— ¡Traje a Kamado Tanjiro! —se inclinó.

El nombrado estaba muy cansado y sudado por haber subido hasta aquí. Los Kakushis ya se acostumbraron a subir hasta aquí, por lo que no están tan cansados.

— ¡Hey, Tanjiro! —saludé con la mano al nombrado mientras me acercaba a este.

— .....¿Tu....vi...vives hasta....aquí? —preguntó con dificultad.

— ¡Si! —respondí mientras pasaba uno de sus brazos por mis hombros para que se apoyará en mi y no en la Kakushi— Muchas gracias señorita —le agradecí a la Kakushi a lo que está se inclinó—. Ya me encargo yo.

Comenzamos a caminar en dirección a mi finca mientras todos nos veían atentamente esperando a que diga lo que siempre digo cuando llega uno nuevo.

— ¡Pueden descansar! —grité, por lo que antes de entrar escuché como festejaban.

...

Han pasado 4 días desde que Tanjiro ha estado aquí, y en todos esos días no había podido atinarme un solo golpe....hasta ahora.

Tanjiro logro, después de una larga pelea, darme un golpe. Especificamente un....cabezazo.

— ¡Pero que putazo! —grité después del cabezaso, perdiendo el equilibrio por este.

— ¡Akihito-sama!

Afortunadamente mis aprendices lograron atraparme antes de que me diera otro putazo contra el suelo.

— ¡Kibu-san! —Tanjiro se acercó preocupado— ¡Lo siento! ¿Estás bi....? ¡Oh por dios, estás sangrando!

— ¡Puedes ir con el siguiente Pilar! —me pare correctamente como si nada mientras que con la manga de mi haori limpiaba la sangre que caía de mi nariz y parte de mi cabeza, dejando sorprendidos a todos— ¡Haz completado mi entrenamiento con éxito, Kamado Tanjiro! —puse una de mis manos en su cabello, revolviendolo— ¡Estoy muy orgullosa del progreso de todos aquí! —sonreí.

Tanjiro sonrió, para después darme un abrazo.

— ¡Muchas gracias Kibu-san! —Tanjiro se separó de mi.

Daughter of evil (Kimetsu no yaiba y tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora