Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 04

190 26 3
                                    

Esa pregunta me tomo por sorpresa.

— No... No podemos —negué, comenzando a comer lo que Taiyō encontró—. Ya no preguntes más, por favor —evadí su mirada.

— ¿Puedo hacer una más y ya? —lo mire seriamente. No es no— ¿Cómo es que se llama tu amigo?

— Ah... Se llama... —me interrumpí a mi misma.

Taiyō irá con los cazadores, y probablemente hablara del "amigo". Podría meter en problemas a Kokushibo si saben algo de alguna Luna.

— Se llama Murasakino, solo Murasakino. —sonreí.

Taiyō iba a responder, pero se puso pálido en cuanto miró detrás de mi. Por inercia, hice lo mismo, viendo a Kokushibo parado en la puerta, observandonos fijamente, en especial a Taiyō.

Inmediatamente me puse frente a Taiyō, el cual se sujeto de la parte trasera de mi Kimono para no caerse, arrugandolo un poco.

— U-un d-d-demonio... —habló tan bajo que si no estuviese detrás de mi, no lo hubiera escuchado.

— K-kokushibo-san —susurré nerviosamente—. Y-yo... Había a-alguien, ya se iba... P-pero me dio hambre y e-el me dio un r-recorrido por la c-casa. —traté de dar una escusa razonable.

— Si no quieres que lo devore, te recomiendo que huya —dijo con su intimidante voz—, ahora.

— P-pero... —lo miré un tanto asustada—. Este bosque es conocido por ser peligroso en la noche...

— Y ese muchacho no pasará con vida la noche en esta casa. —no me dejó alternativa.

Kokushibo simplemente se fue, dejándome a mi congelada, y a Taiyō en shock.

Taiyō colapso en el piso, por lo que me dí vuelta para socorrerlo.

— ¡Taiyō, Taiyō! —sujeté su cabeza en mis brazos— ¡Despierta tonto, te tienes que ir ahora sí quieres vivir!

Y le di una cachetada, pero no sirvió de mucho. Me levanté y busque algo de agua, viendo una cubeta a un lado de la mesa. Tome está y le heche un poco de agua en la cara, la suficiente como para no mojar su ropa.

— ¡Esta heladaaaaaa! —Taiyō se despertó, y después de calmarse me miró— ¿N-no estamos mu-muertos?

— ¡No! —negué desesperada— ¡Pero si quieres vivir nos tenemos que ir ahora!

— ¿Nos?¿Te irás conmigo ______-chan? ¿Y que pasara con tú amig...? —lo interrumpí, jalandolo de su mano en dirección a la puerta delantera, el lugar en el que habían más rastros de sangre y pelea.

Al pasar por ese lugar, Taiyō se tenso mucho y quiso detenerse, pero no lo deje, y lo jale con más fuerza fuera de la casa.

— ¡Solo te acompañaré al final del bosque! —grité— ¡No puedo ir contigo, pero enserio...! —giré mi cabeza en dirección a él— ¡No vuelvas ni tú ni nadie!¡Es demasiado peligroso!¡Morirán, eso es seguro!

Volví mi vista al frente, notando una silueta en medio del camino. No era una persona, de eso estaba segura.

¿Que clase de reverendo pendejo se metería a un bosque tan plagado de demonios, que con solo poner un pie dentro ya eres hombre muerto?

Jale a Taiyō lo suficiente como para que estuviera a mi lado, para después empujarlo en dirección a la fauna del bosque.

— ¡Ah...! —exclamó, para después caer detrás de unos arbustos.

— ¡Ey, demonio! —llamé la atención de la silueta frente a nosotros.

— Oh —comenzó a caminar en mi dirección—. Pero si es una adorable niña, ¿Acaso estás perdida, ne...?... ¿¡Eh?!

Daughter of evil (Kimetsu no yaiba y tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora