— Y entonces Genya me vió. Y... Lo primero que hizo fue llamarme asesino —dijo con su tono de voz quebrado—. ¿Tú c-crees que soy un a-asesino? —me miró, buscando mi opinión.
— No no, claro que no —le di palmaditas en la espalda—. Probablemente fue un malentendido. Tú mismo dijiste que Genya se había quedado en la casa. Seguro que no había visto al "animal" que los atacó. Y al verte cubierto de sangre, con el cuerpo de tu mamá frente a ti, seguramente lo malentendio.
Le sonreí, tratando de hacerle saber que lo decía honestamente. El también me devolvió la sonrisa, una más calmada.
— Sanemi —llamé nuevamente su atención—. No tienes por qué menospreciarte por lo que entendió tu hermano. Tienes que sentirte orgulloso de lo fuerte que te volviste, y de la vida que salvaste. Esas cicatrices tuyas, aunque la gente diga lo contrario, son lo más bonito que tú tienes. Al arriesgar tu vida para cazar demonios, salvando a cientos de personas a futuro, es lo más honorable y valiente que un niño de tu edad puede hacer —le sonreí amablemente—. Vive con orgullo.
Y ahí estaba yo. Sentada en unas grandes rocas consolando a Sanemi.
— ¿Sabes? —sorbió su naríz mientras me miraba— Se me hace muy gracioso que una niña de ¿Que?¿4 o 5 años? Consuele a un chico de 10.
— Ohh... Casi le atinó —hice puño mi mano—. Apostaba que tenías 9, jajaja. —le sonreí, a lo que el también hizo lo mismo.
— ¿Y tú? —me pregunto.
— Yo tengo 5.
— No, no me refería a eso. —comenzó a reír.
— Oh, ¿Entonces a qué?
— Bueno tú... ¿Tienes algo que contar? —aclaró su pregunta— Por qué se me hace injusto que el único que reciba tratamiento sea yo, jajaja.
— Hmm... —hice memoria— Pues... Tengo algo... Algo que me ha atormentado tanto pero aún no he hablado de esto con absolutamente nadie.
— Bueno, pues cuenta —Sanemi se puso cómodo en la roca—. Soy todo oídos.
— Yo... Pues... verás, creo que tengo muy buena memoria —comencé a contar—. Tanto así, que creo recordar la cara de... La primera persona que me tuvo en sus brazos. —le di un ejemplo de cuan buena es mi memoria.
— ¿Quién?
— Una doctora... —dije con obviedad.
— Yo creí que dirías que tú mamá.
— Hmm... —volví a hacer memoria.
"— ¡Es una niña! —gritó la curandera— Es una hermosa niña señora Akihito...
La curandera se preocupó al no recibir respuesta...
— ¿Señora Akihito? ¡Señora Akihito!"
— Akihito... —murmuré, a lo que Sanemi me miró confundido— Mi mamá se llamaba Akihito según lo que recuerdo.
— Eso suena como apellido. —opinó.
— Hmm... Entonces déjame tratar de recordar su nombre...
— Bien.
"— Lo lamento mucho, señor Akihito... —habló apenadamente la enfermera, con la bebé en brazos.
— ¡H-hermana! —un hombre abrazaba el cuerpo de la mujer— ¡Hoshi por favor, tienes que despertar!¡N-no me hagas esto, por favor!¡Por fa...vor...!"
— ¡Hoshi! —mi gritó hizo que Sanemi se exaltara— ¡Se llamaba Hoshi! —lo mire alegremente, orgullosa de que pude descubrirlo.
— Hoshi Akihito... —murmuró Sanemi— No me suena. —negó.
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Daughter of evil (Kimetsu no yaiba y tu)
FanfictionConvertirte en cazadora de demonios para salvar a las personas de aquel hombre. Cambiarte la identidad para no ser reconocida por aquel ser. Salvar vidas. Asesinar demonios. Todo eso era parte de tu vida cotidiana para no ser encontrada por Kibutsuj...