24. Desgarrador (4/6)

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Ambos se separaron de manera inmediata y aquel mundo en el que estaban desapareció provocando que Irina sintiese la peor de las vergüenzas de su vida, respiraba agitadamente sin saber dónde meterse mientras que Samuel los miraba con el ceño fruncido desaprobando aquel momento.

Flavio: te lo puedo explicar.

Samuel: ¡Es la mujer de tu hermano! ¿¡Qué me va explicar!?-Irina no soportó más aquella confrontación y no lo pudo evitar salió corriendo.

Flavio: ¡Irina espera!-trató de seguirla pero Samuel lo detuvo con un empujón-¿¡Ves lo que has hecho!?

Samuel: ¿yo? ¿¡¡QUE HAS HECHO TÚ!!?

Flavio: ¡Arturo no la quiere! ¡Le hace la vida imposible! ¡¡¡Tú mismo has visto como la trata!!!-se encaró con su hermano.

Samuel: eso no le quita de que sea la mujer de tu hermano y debes respetarlo.

Flavio: ¡¡ACASO ÉL LO RESPETÓ!!-Samuel veía a su hermano fuera de sí y era algo que le desconcertaba en su actitud habitual.

Samuel: tú no eres como él y no entiendo a qué viene tu comportamiento.

Flavio: ¡Es que tú no lo entiendes Samuel! ¡Amo a esa mujer!

Samuel:-lo agarró de la camiseta-¡Es una mujer prohibida! ¿Qué dirá mamá cuando se entere de esto? ¿O que te hará Arturo cuando lo sepa? ¿Y papá? ¡No solo puedes pensar en ti!

Flavio: ¡No eres el más indicado para hablar! ¿Crees que no me he dado cuenta de lo que te traes con esa salvaje?

Samuel: ¡¡Ojo en cómo te refieres a ella!!-ambos se encararon.

Flavio: no me detendré, amo a Irina y me enfrentaré a quien sea por ella-lo empujó a un lado y se fue.

Samuel meneó la cabeza desconforme con lo que se acababa de dar entre ambos, a pesar de que su relación con Flavio era mejor que la que tenía con Arturo y de que se llevaban bien, cuando discutían lo hacían por todo lo alto y sin andarse con bromas, de pronto sintió unas manos rodeándole el cuerpo y eso fue suficiente para borrar aquel mal rato y la imagen de su hermano besándose con Irina y sonrió ampliamente.

Andrea: ¿en qué pensabas?-asomó su cabeza sobre su hombro-no te diste cuenta ni de que entré.

Samuel: ahora que estás aquí no pienso en nada más que en ti-agarró su rostro y besó sus labios.

Andrea: no me engañes-frunció el ceño-te noto preocupado por algo, ¿todo bien?

Samuel:-suspiró-no quiero estar aquí-acarició su rostro-acabo de ver algo que... en fin, no tiene caso.

Andrea: ¿montamos a caballo? Así te sentirás mejor.

Irina estaba hecha un manojo de nervios, Samuel los había visto, eso que sentía por Flavio se le estaba saliendo de las manos, necesitaba darle fin a su relación con Arturo cuanto antes, necesitaba irse del rancho, entró a su habitación, sacó una maleta y comenzó a poner toda su ropa en ella, la puerta de la habitación se abrió y ella saltó asustada.

Arturo: ¿¡qué demonios haces!?

Irina: ¡me voy! ¡No soporto ni un día más aquí!

Arturo: ¡estás loca!

Irina: lo que estoy es harta, ¡harta de esta farsa!-pasó al lado de él y sacó más ropa de su armario.

Arturo: tú no vas a ningún lado-furioso botó la maleta-¡eso debes de entenderlo!

QUÉDATE CONMIGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora