39. La explicación

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Samuel bajaba las escaleras del rancho después de estabilizar a su madre de aquel gran disgusto, todavía no era capaz de gestionar que la mujer a la que tanto amó estuviese en aquellos momentos parada frente a él y con una mirada inocente, dio un largo suspiro observando detenidamente como todo su mundo de fantasía se había venido abajo, tenía que haberlo hecho todo de otro modo, pero jamás pensó que aquellas dos historias de amor se solapasen de tal manera.

Samuel: me alegra ver que ya te encuentras mejor.

Patricia: los médicos me dieron de alta esta semana-apuntó con un suspiro-no entendía por qué mi marido llevaba meses sin visitarme así que te busqué.

Samuel: dejé a tu familia a cargo de ti-los ojos de Patricia se aguaron.

Patricia: Samuel... no estaba en mis cabales, tú lo sabes...

Samuel: nuestro matrimonio hacia aguas.

Patricia: pero quiero arreglarlo, quiero intentarlo... nuestra boda fue preciosa ¿recuerdas?

Arturo: yo no recuerdo recibir la invitación de dicha boda-se hizo el pensativo irrumpiendo en aquella conversación, Samuel frunció los labios.

Samuel: no es necesaria tu magnifica intervención en esta historia.

Arturo: esta muchacha forma parte de nuestra familia, creo que si es necesaria nuestra intervención-su padre bajaba las escaleras luego de asegurarse de que su esposa se encontraba bien.

José Antonio: ¿ahora si nos explicas Samuel?

Samuel: no tengo nada que explicar, lo único que quiero y que necesito es ver a Andrea-trató de avanzar pero su padre le cortó el paso.

José Antonio: de ninguna manera, se acabó-Samuel frunció el ceño ante la oposición de su padre-ahora tienes otra esposa, así que Andrea ni pinta nada en tu vida ni en la de esta familia, ya mandé recoger sus cosas de tu habitación.

Samuel: ¿¡COMO DICES!?-agresivamente agarró a su padre de la camisa y los dos se enfrentaron bajo la sorpresiva mirada de Arturo-¡Nadie va a sacar sus cosas de aquí!-lo soltó bruscamente-¡¡Tu y yo íbamos a divorciarnos!!-señaló a Patricia y aquella mujer sollozó abrumada por la agresividad de sus palabras-¡Te pedí el divorcio y tenía el divorcio prácticamente concedido!

Patricia: no sé de qué me estás hablando Samuel... tú y yo, éramos felices.

Beatriz: ¡Samuel Gallardo!

Todos alzaron la mirada a lo alto de la escalera viendo como a duras penas Beatriz se apoyaba en la barandilla de la escalera con el rostro palidecido, velozmente Samuel corrió escaleras arriba y agarró a su madre por debajo de un brazo, pudo percibir su respiración cansada por el esfuerzo que había hecho así como podía observar su mirada decepcionada por aquel golpe que el menor de sus hijos le estaba asentando.

Samuel: no deberías de levantarte, no estás bien.

Beatriz: soy yo quien necesita una explicación, quiero saberlo todo...

Samuel: está bien... te lo contaré todo-dio un suspiro.

Irina marcaba una y otra vez el número de Andrea, mientras las lágrimas por lo que había pasado inundaban su rostro, no podía más, tenía miedo de la reacción de Arturo, necesitaba aire, necesitaba aclarar su mente, y necesitaba a su amiga, no podía ser que no previera que Beatriz se iba a dar cuenta, suspiró observando la luna, queriendo encontrar en ella las respuestas de su vida.

Flavio: no sé qué me da más miedo-Irina se limpió con sus manos las lágrimas mientras sentía la presencia de Flavio a sus espaldas-que lo que dijiste de formar una familia con Arturo sea verdad, o que ese niño... -se giró molesta, no podía creer lo estúpido que era.

QUÉDATE CONMIGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora