8. Me sabe a poco

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Decir que te amo me sabe a poco. Porque me sabe a poco todo cuanto podría ofrecerte. Eso es ir a las estrellas y robárselas al cielo para ponerlas a tus pies. Es descender a los abismos del mar para secuestrar todas las perlas de sus aguas y hacer con ellas un rosario para tus noches. Es subir a las cumbres más altas y quitarle a las cordilleras sus glaciares solo para congelar tu belleza. ¡Cuán poco es todo eso!

Y decir que te amo me sabe a poco. Porque amarte es un arte para el que aún no ha nacido artista. Es fundirse con la eterna desesperanza de los minutos del alba, esperando una palabra tuya, o tan solo una mirada. Es morir de amor en los perpetuos ríos de la melancolía, anhelando solo una caricia de tus manos añoradas. Es vivir del aire que exhalas, imaginando tus besos y estremecerme al soñarlos. ¡Ojala me amases!

Entonces, decir que te amo me sabe a poco. Porque para amarte he aprendido a resignar mis ilusiones y esperanzas. Porque eres tan intocable, que acercar mis manos a tus labios de seda sería como tratar de tocar la corona del Sol. Porque eres tan sublime, que ni todas mis ambrosías alcanzarían para hacer tributo a tus miradas. Porque eres tan bella que ni todas mis canciones bastarían para hablar de tu hermosura. ¡Cómo quisiera tener más melodías que dedicarte!

Sí, decir que te amo en verdad me sabe a poco. Porque ya no sé cómo más demostrar que te amo. Me he quedado aletargado en la infinitud de tus cabellos, pensando en todo lo que te haría si te tuviera en mis brazos; cosas como comer tu cuello a besos, acariciar tus caderas como un loco enamorado, ahogar tu ansiedad con mis atenciones más esmeradas. Quedarme horas a tu lado en la cama, luego de hacerte el amor, escuchando todos tus sueños y angustias. Acudirte cuando tengas miedo y secar tus lágrimas con el calor de mis abrazos. Cuidar de tu corazón de cristal con la fiereza y el tesón de los Caballeros Occitanos. Velar tu sueño mientras duermes a la luz de la luna menguante. ¡Dioses! Hasta tomaría los cielos por asalto sólo para estar a tu lado. Mataría a Satanás con mi espada, y también a Jehová, si alguno tratase de alejarnos. Retaría a Poseidón a muerte y cruzaría el Mar de Tetis con solo saber que estás en la otra costa. Viajaría miles de años luz, buscándote, y no descansaría hasta encontrarte, hasta liberarte, hasta amarte en el Origen de todas las cosas.

Por eso y mucho más, decir que te amo me sabe a poco. He cruzado el umbral de la locura por ti. Vi cara a cara a la muerte, perdido en las insondables tinieblas del averno, cruzando mil dolores y averías únicamente para llegar a este momento y decir cuánto te amo; y ahora que estoy aquí, decir que te amo es tan poco, decir que te deseo es tan insípido, decir que te anhelo es tan displicente, que creo que aún no existe palabra en lenguas humanas capaz de expresar este amor que siento por ti. He caído desde Hiperbórea con la única misión de llevarte a casa, de recordarte todo lo que el tiempo y las heridas te han hecho olvidar. Pero tú ya no me recuerdas, y tanto me hiere que no podré hacer más que luchar para que me recuerdes.

Sí, mi amada princesa, decir que te amo es poco. Lo he dado todo por ti, y lo seguiré dando si con eso logro conquistar tu corazón. Si con mi carne y mis huesos puedo hacer que tu sangre se emocione al verme, si con mi vida o mi muerte puedo traer a tu vida la libertad, entonces lo haré; haré todo eso y mucho más, porque te amo, y me gustaría que tú me ames también. Entonces tomaré tu mano y volaré contigo hasta el Origen, a casa, a nuestro hogar.

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