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La capital era como un pueblo fantasma por las mañanas. La niebla aun estaba sobre el asfalto y las pocas personas que caminaban por las calles se veían obligadas a usar abrigos o guantes de alguna tela tupida.Eiji sabia que el único lugar que podría estar abierto a esas horas era la cafetería del joven Lee, así que cuando visualizo el local, no dudo en tomar la congelada mano de Ash para hacer que siguiera su apresurado trote hacia el lugar donde estaba el desayuno.
-Ni creas que te dejare entrar así -Eiji se detuvo en seco cuando escucho la agresiva voz del dueño.
Eiji siguió los ojos de Yut Lung cuando este lo miro de pies a cabeza con mala cara, después señalo con el índice el suelo de su cafetería para que el granjero se diera cuenta del desastre de agua que estaba ocasionando por culpa de su ropa empapada.
-Solo es un poco de agua, Yut.-Eiji intento convencerlo, pero sabia bien que era un tema sin caso.
-Acabo de limpiar, no voy a alimentarte si tienes esas pintas de vago.
Ash miraba la escena sin querer entrometerse. Al parecer, el granjero era lo suficientemente sociable como para tener una que otra amistad rondando por las calles de York.
-Entonces, permítanos comer en la acera, respetado doncel. -pidió Eiji con una chulería diseñada para hacer enfadar a Yut Lung.
-Estas haciendo puntos para que te tire el pan viejo a la cabeza.
-¿De cual pan? -inquirió el granjero, ocasionando que su amigo terminara cubriéndose los ojos para ocultar su histeria.
-Ya entiendo porque tus padres no te han salido a buscar. Eres insoportable.
A Eiji se le escapo una risa por el comentario, pero prefirió continuar con el verdadero motivo de su visita.
-Solo tráeme algo, estoy hambriento.
Yut Lung no le respondió nada antes de ingresar al local para comenzar a preparar un par de desayunos para Eiji y compañía. La verdad era que no podía interesarle menos la razón por la cual el granjero se presentaba tan temprano en su cafetería con la ropa mojada y acompañado del nuevo recluta.
Mientras que Blanca le siguiera pagando igual de bien por alimentar a sus discípulos, a Yut Lung le importaba un comino lo que ocurriera a su alrededor.
Por otro lado, tanto Eiji como Ash tuvieron que sentarse en el anden que estaba frente al local de Yut. La temperatura comenzo a aumentar de a poco, siendo suficiente para que los cuerpos de ambos reclutas dejaran de temblar, pero lo mas seguro es que alguno de los dos terminaría con un resfriado para el día siguiente.
Al poco rato, Yut Lung regresó con el menú preferido de cada subordinado.
-¿De donde vienes, forastero? -quiso saber Eiji mientras probaba su chocolate caliente ymiraba las montañas que se asomaban por las casas.
Tal vez su familia ya había desayunado, e incluso puede que ya estén trabajando en los quehaceres de la granja. La imagen genero un sentimiento de nostalgia en Eiji, pero entendió que no había mucho por hacer desde su posición, pues no tenia un objetivo en claro, solo seguía la alternativa que Blanca que había dado y comenzo a encontrarle devoción a lo que estaba haciendo.
De cualquier modo, no se arrepentía de nada.
-Nací en un pueblo cercano, solo eso. -respondió con sinceridad, pero eso no le fue suficiente a Eiji.
El pelinegro no tenia la capacidad para hacer que su curiosidad por Ash se extinguiera de la nada. Estaba empezando a confiar en el rubio, pero dejar atrás esa incertidumbre por el resultaba tan complejo como ganarle un duelo a Blanca.
-Y viniste a York para probar tu suerte.
Ash no sabe si decirle la verdad a Eiji sea lo mas correcto. Ya estaba demasiado alterado con el hecho de que Alex lo supiera todo, aun cuando se suponía que nadie debía conocer los verdaderos orígenes del nuevo príncipe. Así que debía seguir siendo un pobre desafortunado ante los ojos del mayor, porque había una corona esperándolo en el castillo, junto a una nueva familia y un nuevo hermano al que si podría cuidar.
-Vine a la capital para conseguir un lugar en la jardinería, no se si soy tan suertudo como crees. -soltó mientras dejaba a un lado su taza de café vacía.
-Tuviste la libertad de elegir un trabajo, y fuiste aceptado para entrar al equipo. -dijo Eiji como si fuera lo mas obvio- Personas como yo solo pueden escapar y robarse el privilegio de elegir.
Sintió una angustia en el pecho que no le pertenecía, eran los recuerdos de Eiji que comenzaban a aceptar el olvido. Mas al fondo del dolor ajeno, estaba el suyo, recordándole constantemente que no era tan libre como se pintaba para Eiji.
-¿En donde esta esa prisión de la que escapaste? -pregunto Ash, sin ninguna intención de ofender el hogar de Eiji o a su familia.
A Eiji le causo algo de gracia la pregunta.
-Prisión... suena cruel, pero no se me ocurre una palabra mejor para describirlo. -dijo con la tristeza impregnada en la voz- La granja de mis padres esta por el sur. Es fácil encontrarla, todos en el área saben que somos los únicos extranjeros de la zona.
-¿Extranjero?
Eiji asintió, olvidando un poco el duro tema que era su familia.
-No lo recuerdo con claridad, pero venimos de una isla llamada Izumo. El comercio era bueno, pero mis padres prefirieron hacer sus propios negocios en un lugar alejado.
-Probaron suerte.
El príncipe perdió la cuenta de las veces que Eiji negó con la cabeza.
-Creo que existen situaciones donde la suerte no puede existir. Mis padres llegaron al pais sin nada entre las manos, pero se esforzaron tanto que ahora son los mejores proveedores del pueblo.
Los padres de Eiji pasaron por situaciones turbulentas, pero jamás permitieron que sus hijos se fueran a la cama sin una comida decente en el estomago. Eiji y Nyoko jamás encontraron una verdadera razón de la cual quejarse, exceptuando a Eiji y la lastimosa parte donde su padre lo quería convencer de hacerse cargo de la granja.
-Admiro a tus padres, creo que jamás podría hacer algo como eso.
Ash pensó en sus padres, pero no había mucho que rescatar de su mente. Mientras que su madre era la alcaldesa ejemplar del pueblo, su padre se ahogaba en alcohol cuando no estaba ocupado cobrando impuestos por los pueblos donde tenia poder.
Extrañaba a su madre y a Griffin con lagrimas cada noche, y pensaba en las veces donde su padre no se comportaba como un cerdo arrogante que le daba dinero para que saliera a la calle y lo dejara tranquilo.
-Estoy agradecido con ellos. -aseguró Eiji- pero hay destinos que no nos pertenecen, y deudas que no estamos obligados a pagar. Por eso escapé, Ash.
Recordó la sangre manchando las paredes y la guerra que mantenían sus memorias, entonces deseo que oficialmente lo nombraran príncipe con una corona de zafiros perdidos, o espinas sacadas de su propio corazón. Quería ser marcado por algo que le diera un lugar en el mundo, incluso si era un nombre falso, un niño jugando a tener el poder.
Si Ash iba a aceptar la libertad, entonces no iba a tener que aguardar mucho tiempo.
-Eiji -lo llamó con determinación, sin marcha atras- Búscame esta noche y encuentrame en el lago. Tengo que decirte algo.
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Eiji y Los tres Mosqueteros || AshEiji
Fanfic《El granjero Eiji Okumura sueña con convertirse en mosquetero y defender a la familia real.》 Eiji no desea seguir el destino que la vida le ha formado y, ahora que tiene 18 años, se siente libre de viajar a la ciudad de York para luchar por su objet...