Capítulo 7: Extraños Sentimientos

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Las horas habían pasado y la noche llegó en la ciudad, Ataru se encontraba nuevamente vagando por las calles, sin ningún rumbo fijo

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Las horas habían pasado y la noche llegó en la ciudad, Ataru se encontraba nuevamente vagando por las calles, sin ningún rumbo fijo.

Veía a las personas pasar, sumidas en su mundo, en sus vidas y en efecto, en la rutina. Aunque también le entristecia ver a ciertas parejas que caminaban felices alrededor de él.

Al final llegó a un parque, se acercó a una máquina de bebidas, metió un billete y sacó una, luego se sentó en una banqueta y empezó a beber.

Se encontraba aún triste, se sentía como un idiota por haber sido tan idiota, pero lastimosamente ya no podía hacer nada... Su única suerte es que ya ese día ha Iá sido el último día escolar de la semana, al menos así tendrá tiempo de superar un poco lo que había pasado.

Miró la hora en el reloj del parque, y decidió volver, ya era demasiadamente tarde, y quizá su madre podría golpearlo si tardaba más.

Terminó de beberse su bebida y la botó a la basura, luego empezó a caminar con las manos en el bolsillo hacia su hogar. Iba a pasos lentos, realmente aún no tenía mu has ganas de llegar a casa.

Cuando llegó, al abrir la puerta lo primero que encontró fue a Lum, estaba ahí sentada, dormida recargada en la pared. Ataru quedó primero algo asombrado por la escena, y luego sonrio dulcemente mientras la miraba de forma dulce.

Cerró la puerta, se acercó a ella y con cuidado empezó a moverla para despertarla. Ella abrió lentamente los ojos, al verme parpadeó varias veces y luego cambió su expresión por una preocupada.

—¡Ataru, estaba muy preocupada por ti! —Exclamó para luego abrazarlo, Ataru correspondió de inmediato al abrazo, se podría decir que necesitaba uno— ¿Donde estabas? ¿Qué pasó? —Preguntaba con bastante preocupación en su voz.

Ataru sólo suspiró y la apartó, mientras miraba hacia otro lado con tristeza, dijo:

—Realmente nada importante Lum... —Dijo sin ánimos.

Lum al verlo así, colocó su mano en el hombro de Ataru y lo miró directamente a los ojos, poniendolo algo nervioso.

—Quiero que sepas que puedes decirme cualquier cosa, yo te voy a escuchar, Ataru... Así como tu lo hiciste conmigo —Dijo dulcemente, mientras le regalaba una sonrisa.

Ataru suspiró pesadamente, no estaba seguro de abrir sus sentimientos con Lum, pero, ¿por qué no?, después de todo, ella era alguien de total confianza, aparte de compresiva con él.

—Te lo diré... Pero primero vayamos a mi cuarto, para estar más cómodos —Decía mientras se levantaba y le daba la mano a Lum para ayudarla a pararse.

Lum asintió y subieron al segundo piso. Lo que ellos ignoraban por completo es que la Sra. Moroboshi estaba viendo toda la escena.

Ella estaba preocupada por su hijo también, ¿y cómo no? Sólo en la mañana tenía una buena actitud, diciendo que iba a cambiar, y ahora llegaba tarde y con los ánimos por el suelo. Aunque ella ya sospechabs una razón, Shinobu. Después de todo, ella no volvió a pasar por su casa.

Mi Salvador |Urusei Yatsura|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora