Capítulo 14

74 5 0
                                        

Tras la visita de Maru al sótano Dargüiel ya no pudo dormir más y con el pasar de las horas el aburrimiento se apodera de él,  le entra algo de hambre pero recordando lo que le dieron de cena y su sabor acartonado decide no pedir comida y seguir en silencio entre la oscuridad.

Pasando otro tiempo para Dargüiel largo la luz se enciende, es tan tenue que ni le molesta a los ojos cuando se prende pero si logra ver algo más, escucha unos pasos descender por las escaleras por ellos aprecia que son más de uno quienes están bajando las escaleras que dan acceso al sótano, mira curioso hacia ellas esperando ver quien viene. Ve llegar a Leopold y en efecto no viene solo, tras él aparece Tago, Dargüiel los mira y en esa posición de sentado en el suelo ve al leopardo y al tigre humanoide enormes, aunque los mira con cierto recelo espera que estén ahí para sacarlo.

-Buenos días, pequeño ¿Has dormido algo?-Pregunta Leopold amable cuando están cerca de él.

-Algo, amo,-responde serio mirando a ambos con desconfianza.

-Si vas a pasar de llamarme "Leopold" por otro termino prefiero el de "papá",-comenta alegre.

-¿Puedo seguir llamándote "Leopold"?-Cuestiona manteniendo la seriedad.

-Que me digan "amo" no me gusta. Los sirvientes me llaman "mi señor" y pocas veces "jefe", las mascotas por mucho que intente lo de "papá" me llaman" Leopold". Te dejo elegir.

-Gracias, Leopold,-agradece mientras realiza un gesto afirmativo con la cabeza, mira a los dos preguntando tenso:-¿Habéis venido solo a saber como estoy? Por que me encantaría salir de aquí.

-Tienes un carácter más apacible que el de anoche y pareces más agradecido que ayer,-comenta Leopold tras una risa leve por la sincera declaración de Dargüiel, se acuclilla frente a la Jaula y con una gran sonrisa pregunta:-¿Qué hago?¿Te dejo salir?

-Sí, por favor,-pide tras un pequeño gesto de frustración por que le parece que el felino quiere jugar con él.

-¿Le abro ya, mi señor?-Pregunta Tago serio.

-Eres un blando, Tago,-responde con sorna poniéndose de pie.-Espero que el tiempo que le deje contigo seas firme.

-Lo seré, mi señor,-promete cuadrándose frente a él.

-Pues sácale ya,-ordena con un movimiento de cabeza.-Como te dije ayer hoy tengo cosas que hacer, en principio pensé en que vinieses conmigo pero no puedo correr el riesgo de llevarte cuando no conoces como comportarte correctamente,-informa mientras observa como sale de la jaula.

-¿Cuándo no estoy "domado" ni se me puede considerar "doméstico"?-Pregunta con cierta molestia mientras estira sus músculos con mala cara ya que le duelen del tiempo permanecido en el pequeño cubículo de rejas de metal.

-Yo no lo hubiera dicho mejor y así realmente se considera en Carenzo,-responde mirando con detenimiento a Dargüiel para observar como reacciona ente lo dicho y este solo aprieta un poco los labios.-Voy a darte más distancia,-indica toqueteando la pulsera,-pero no creas que voy muy lejos pues estaré por el barrio, así que si tengo que venir a reprenderte no tardaré en llegar.-Dargüiel afirma.-Tago va a estar contigo las primeras horas, obedece todo lo que te diga como si fuera yo y pídele permiso para absolutamente todo, ve aprendiendo a ser una mascota con él que como ves es más "blando" que yo pero no te confíes, ya que tiene mi permiso para castigarte como mejor vea y hacerte todo lo que quiera menos matarte.-Mira serio a Dargüiel confesando:-Espero que cuando regrese note un cambio considerable.¿ Todo claro?

-Sí, amo,-Responde serio mirando al suelo.

-Siguiente norma,-dice serio y señalándolo indica:- Nada de llamarme "amo" no eres mi esclavo, eres mi mascota. Aprende la diferencia de una vez que ya te he dicho que no me gusta que me llames así y lo sigues haciendo, a ver si diciéndote que es una norma dejas de hacerlo.

DesertorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora