Desertor

Capítulo 20

Tras retirar todos los collares con gran dolor por parte de los portadores al sufrir grandes descargas eléctricas hasta su extracción y recibir a todos los subordinados de Boidae en la nave despegaron,  sufrieron un pequeño bombardeo en lo cielos de Carenzo hasta salir de su rango y en esa zona llegaron a una nave mayor pero de la misma forma que la de Boidae, a pesar de que les mostraran un poco esa nave y unos camarotes que pudieran ser los suyos no disfrutaron de ellos pues en la parte exterior del sistema los esperaba una nave aún más inmensa que las anteriores con la misma forma de disco, en esta, en una gran sala el comandante reptiliano Komeshesh y su lado un pequeño gris al cual fueron a rescatar, es decir, Samha mostraron sus respetos a toda la tripulación asistente y celebraron una gran fiesta por todos los que fueron a Carenzo a salvarlo mientras que la gigantesca nave se aleja lentamente de la estrella Vega y abandona la constelación. Tras acabar la fiesta que duró un par de jornadas y recuperar fuerzas Boidae ordenó a todos sus hombres ocupar una nave para partir hacia Orión , muy parecida a la anterior pero adecuada para viajes de larga distancia, entre esos tripulantes se encuentran Dargüiel y todos los demás.

El tiempo para llegar a Orión desde la constelación de Lyra es más largo de lo que parece y más sin misiones de por medio piensa Dargüiel cuando ya llevan recorrido casi todo el camino, en Auriga sopesa que deberían haber hecho más escalas no solo en Draco que encima solo fue para cargar provisiones, unas grandes cajas y poco más tiempo pasaron en ese planeta de Thuban. La mente se le aturde por tanto tiempo en una nave sin ir a ningún planeta o pilotar alguna pequeña nave con los mandos entre sus manos, los entrenamientos dentro de la nave y los simuladores de todo tipo se le hace pequeño y los pocos entretenimientos que hay aburrido, se pasa la mayor parte del tiempo en el gimnasio y en la zona de tiro para que el tiempo despierto no se le haga una tortura pero ya va respirando tranquilo ya que quedan pocos pársec para su destino y después poder volver a su origen. Seguir las órdenes del comandante Boidae Dargüiel considera que al final ha sido muy fácil ya que se ha basado en recibir instrucción militar y realizar algunas tareas tediosas al principio como limpiar calderas o colocar los almacenes, ahora haciendo poco más que lo que quiere en la nave se siente como en unas vacaciones que nunca quiso en un crucero de tercera y en su caso en primera clase ya que comparando su camarote individual en el pasillo de los altos rangos con el compartido de sus compañeros en uno de los pasillos de tripulación de verdad que haya muchas diferencias.

En esta jornada Dargüiel se encuentra de vuelta a su camarote tras entrenar como cada día y lavarse después, por un pasillo escucha un sonidode alarma que nunca antes había sonado así que preocupado corre sin pensar hacia la sala de mandos ya que se encuentra cerca de esta para averiguar por qué ha saltado.

Al llegar a la sala de mandos parece un hervidero y Boidae desde el sillón de mando lanza órdenes en reptiliano moviendo mucho sus brazos además de su lengua esta de manera nerviosa.

-¡Mi comandante!¡¿Qué pasa?!-Pregunta Dargüiel alarmado corriendo hacia el sillón de mando para situarse a su lado.

-¿Quién le ha mandado llamar?-Pregunta extrañado.

-¡Oh!Losiento,-contesta bajando la mirada.-Solo estaba cerca y quise saber que pasa.

Como respuesta Boidae le señala el visor donde avistan una nave con forma trapezoidal de color negro, Dargüiel la observa serio y con detenimiento, entonces ve el emblema que tiene a un costado y al reconocerlo exclama con mal gesto:

-¡Edulis!

-¿La conoce, capitán?-Cuestionamirándole de reojo.

-Sí. Es la nave donde di mis servicios durante más de cinco años, de la cual deserté,donde me esposaron y encarcelaron por ello, me pegaron y torturaron por gusto y finalmente me vendieron como mascota de un felino leopardo odioso.