Capítulo 3

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Pasaron tres jornadas sin que ni una gota de líquido rozaran los labios de Dargüiel, esos labios que se están agrietando por que ya no tiene ni saliva para poder humedecerlos,el capitán a pesar de todas sus duras campañas y misiones en esa celda ha descubierto que tener sed no es como tener hambre, ya que la sensación de hambre desaparece pero la sed no y cada vez es peor ya que es una sensación que hasta le duele. En ese periodo ha intentado dormir de lado o boca abajo pero a pesar de su cansancio no ha dormido bien, ni sus horas,solo da cabezazos cuando su cuerpo ya no aguanta más, echa de menos poder estirar su cuerpo, ya que le duele todo y desde la jornada anterior no siente bien las manos, se le duermen a menudo y cuando vuelven en sí el cosquilleo le parece cada vez más tormentoso,además se empieza a sentir mal, enfermo, y ya no solo por el olor de la sangre reseca que cubre su camisa o el hedor de su orina extendido por sus pantalones, si no enfermo de dolor de cabeza, calambres en las piernas y un gran malestar, pero dudaba en avisar ya que está seguro que si no le dan agua menos llevarían a un médico para revisar su estado. Su rosto se muestra pálido, sus ojos hundidos rodeados por dos grandes ojeras, sus labios son recorridos por hendiduras rojas de las grietas abiertas que le duelen y su ropa está cubierta de su propia sangre y orina, realmente Dargüiel presenta un aspecto horrible, una vista desoladora.

En esta jornada se encuentra en la pose que considera más cómoda,es decir, sentado en la cama con las piernas extendidas y su espalda apoyada en la pared, además de la sed continua y sentir la boca reseca con la lengua como dura nota un gran dolor de cabeza y que le empieza a molestar la luz de la celda por ello le cuesta mantener los ojos abiertos además del sueño que tiene, que ya no es solo por la postura obligada de los brazos si no también los dolores le impiden conciliar el sueño.

-¡Dargüiel!¡Dargüiel!.-Exclama preocupado el gris observando el comportamiento del humano, este al escuchar su llamado intenta mirar hacia él pero los ojos se le voltean y se cierran:-¡Oye!¿Qué te pasa?¿Qué sientes?¡Dime! Tienes peor aspecto, amigo, y eso que ya desde ayer con ese color de piel que estas cogiendo y las ojeras te van a confundir con alguno de mi raza.-Declara intentando gastar una broma para que el gesto del capitán cambie aunque lo dice preocupado y más se preocupa al no notar ninguna reacción por parte de Dargüiel.

El capitán no quiere responder, no quiere nada, solo beber o morir de una vez por que se siente al borde de la muerte, de repente no sabe lo que le pasa pero en esa postura que es una estable siente como si perdiera el equilibrio y empieza a caer hacía un lado sobre la cama, a mitad del recorrido frena de golpe pero le cuesta volver a la postura original y tiene que ayudarse con los hombros sobre la pared para alzarse.

-¡Eh!¡Chico!-Esta vez grita Shairesh alterado, cuando el capitán dirige su mirada hacia él percibe en el capitán un aspecto completamente moribundo, por lo que golpea sus rejas con el puño mostrando su lengua en movimiento con disgusto y ordena:-¡Ni se te ocurra morir ante mis ojos!¿¡Me has entendido?!¡No vas a morir ahí!¡¿Queda claro?!-Esta vez consigue que el capitán muestre una ligera sonrisa y con los ojos cerrados afirma aunque luego recupera su gesto serio.-¡Siek!-Exclama con disgusto el reptiliano y comienza a realizar un sonido con la garganta que se asemejaría al que hace una serpiente de cascabel mientras pasea por su celda diciendo:-Malditos humanos, no solo no le trataron cuando ese comandante le atacó si no que le aguantan tres jornadas sin agua,sabiendo que con toda la sangre que perdió la deshidratación y la debilidad sucedería antes. Humanos detestables ¡Qué se pudran!

-Eh, Shairesh,-le llama la atención su vecino gris.-Sabes que Dargüiel es humano¿no? Lo digo para te des cuenta de lo que estás diciendo.

-El chico sabe que no lo digo por él ¿Verdad, muchacho?-Este vuelve afirmar pero esta vez es como si se le cayera la cabeza y pregunta telepáticamente:

DesertorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora