Capítulo XXIX - Final

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Nota del Autor:
Bueno, pues esto se ha acabado. Ha sido un autentico placer escribir para vosotros, me lo he pasado como un niño y he disfrutado muchísimo creando esta historia. Espero que esta experiencia se pueda repetir, pero eso no depende de mi, sino de mi inspiración. Esta historia fue un golpe de inspiración, y sinceramente, dudo que se repita. Pero en caso de que eso ocurra, no dudéis que volveré para deleitarles. Nos vemos en la próxima, disfrutad, y os deseo bendiciones de San Jony Beltrán

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Capítulo XXIX - Butterfly
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Caminaba decidido hacia casa de Sayori, con el ceño fruncido y dispuesto a extremar todo este infierno. A cada paso que daba, por mi mente pasaba un recuerdo más con Sayori. Un paso, recordé aquél día en el parque cuando la conocí, éramos niños y jugábamos solos... Hasta que ella comenzó a hablarme... Otro paso, el día que entramos al instituto con doce años. Otro paso, yendo a aquel bar a tomar un zumo con ella. Otro paso, el día que me presentó al club. Otro paso, la veo llorando en su habitación. Otro paso, una cuerda pende del techo, y ella subida a un taburete. Otro paso... Una imágen se apodera de mi. Una imágen de ella colgada del techo. Sus ojos sin vida miran hacia la pared, el taburete tumbado en el suelo, su camisa abierta hasta el hombro, y siento cómo reprimo las ganas de vomitar. Nunca había visto eso, pero solo imaginarlo me hizo replantearme lo que iba a hacer, provocando que pause en seco mi marcha. Tras unos segundos de meditarlo, prosigo mi caminata. Cuando finalmente llegué a su puerta, sin dudarlo, llamé con el puño. Tras unos segundos, abrió la puerta... Kiyomo, la madre de Sayori.

Kiyomo: ¿Sí?... ¿Quién es usted?

Takeda: Mi nombre es Hōi, estoy buscando a su hija Sayori.

Kiyomo: Sayori no está aquí. Hace ya más de un año que no sabemos de ella.

Takeda: No me mienta, por favor, sé que está aquí.

Kiyomo: Le insisto, Sayori no está aqu-...

Sayori: Mamá...

Detrás de ella, pude ver a Sayori asomar por el pasillo de las escaleras. Estaba vestida con una camiseta negra, un pantalón de deporte gris y con un lazo negro en el pelo. Me miraba inexpresiva.

Sayori: ...No hace falta que le mientas. Déjale pasar.

Kiyomo me miró con notable agresividad, y se apartó para que pudiera pasar. Sayori me indicó con el dedo que la siguiera escaleras arriba, y yo hice caso. Llegamos a su habitación, y cerró con el pestillo. Se sentó en el borde de su cama, y me miraba fijamente. Unas enormes ojeras destacaban en su rostro, el cual se encontraba aún más pálido que de costumbre. Sus ojos se notaban inertes, sin sentimiento alguno, tal y como los vi en aquella imágen. Durante un minuto, el silencio reinaba entre nosotros. Finalmente, yo inicié la conversación.

Takeda: ¿Por qué, Sayori?

Sayori:.... No sé...

Takeda: Respondeme, por favor...

Sayori: Takeda, no hay una respuesta cuando no existe una pregunta.

Doki Doki: Estoy Vivo [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora