Doki Doki: Estoy Vivo [+18]

Capítulo XIII

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Capítulo XIII - Tengoku
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Miré de nuevo a mi alrededor, y todo había cambiado instantáneamente; de un blanco y abrumador vacío, a una estructura extraña. El suelo circular era de una especie de acero, y rodeándonos, las paredes de aquella cápsula eran de vidrio. Miré por un momento hacia el exterior, y veía pasar nubes hacia abajo, como si estuviera ascendiendo a gran velocidad. Era como un elevador. Miré en la dirección de la voz, y ví de nuevo a Dan.

MC: ¿D-Dan? ¿Dónde estamos?

Dan: Pues... En el Limbo. ¿No recuerdas este sitio?

MC: Claro que lo recuerdo, pero, ¿por qué estoy aquí?

Dan: Bueno, técnicamente no "estás", sino que "estáis"...

MC: ¿Yo y quién más?

Dan: Eso ahora no importa. Solo le he traído aquí porque quería aparecer en la Tierra, a su lado, pero algunas personas estaban subiendo a aquél tejado. Aquí podemos hablar tranquilos. El caso; le he llamado para recordarle algo. No sé si lo habrá olvidado, pero por si acaso, le refrescaré la memoria. Les dije que solo tenían dos oportunidades para atrapar a su asesino. Por si no se dió cuenta, eso implica que hay que asegurarse muy bien que la persona a la que va a matar es la culpable. Tenían dos oportunidades, y acaban de desperdiciar una...

MC: ¿Cómo? ¡Si no hemos matado a nadie!

Dan: Discrepo. La muerte de Sayori fue asesinato... A veces los humanos sois impresionantes. Engañáis a vuestros propios seres queridos para traicionarlos y salir ganando.

MC: No vuelvas a mencionar el nombre de Sayori. Se acaba de suicidar delante de mi, y-

Dan: No, Sr. MC, Sayori no se ha suicidado. Es evidente que no, y no hace falta que se engañe a sí mismo, porque a mi no me engaña. Si no, ¿cómo habría elaborado un plan tan bien trazado? Usted conocía la depresión de Sayori, y sospechaba que ella era su verdugo; así que se aprovechó de ello para hacerle sentir aún peor. La lleva ignorando meses, casi desde su regreso a la Tierra ha dejado de lado a Sayori, centrándose en Natsuki. Y todo ha desembocado en lo que ella pensaba que era un suicidio, pero realmente es un homicidio indirecto. Usted no la mató, pero provocó su muerte. Y por todo esto, le aplaudo, ni siquiera a mi se me hubiera ocurrido una mejor manera de acabar con su presa. Pero como he dicho hace un momento, se han equivocado, así que solo les queda una oportunidad...

Caí desplomado al suelo, impactando el frío acero con mis rodillas. Mis lágrimas eran extrañas. No era agua, era sangre. Me había quedado mudo. Mi ineptitud y mi falta de inteligencia emocional habían provocado la muerte de mi mejor amiga, en un plan tan genialmente ejecutado que parecía deliberado. Pero no era mi intención. ¿Cómo habría querido acabar con la vida de Sayori, si ni siquiera me había planteado que ella pudiera provocar nuestra muerte?  Entre sollozos, logré replicar sus palabras.

MC: N-no quería... No quería matarla... Pero ahora está muerta por mi culpa...

Dan seguía de pie, con sus manos a la espalda. No parecía afectarle mi situación. Mantenía la compostura, y me había culpabilizado sin despeinarse. Con calma, limpió la sangre de mi rostro con un pañuelo blanco.

MC: Dan...

Dan: Dígame, Sr. MC.

MC: Creeme, no quería esto...