Capítulo 16: El fuego en tu interior

1 0 0
                                    

Milo

Ya todos estaban hipnotizados.

Me encargue de llevarlos a la cabaña para que estuvieran seguros. No podían quedarse ahí en el medio del bosque

Yo estaba fijándome si alguno despertaba. No era muy probable que lo hicieran en tan poco tiempo, pero todo podía pasar.

Iba bien. Pasó una noche. Ellos seguían hipnotizados. Pero esa tarde pasó algo raro.

Amy se prendió en fuego.

Sin siquiera inmutarse, el cuerpo de la pelirroja se encendió. Por alguna razón no quemó nada. Igual, ellos pueden elegir si queman, o mojan o no, así que debió ser eso.

Pero igual se supone que su cuerpo está en reposo. Eso no debería pasar. También, en la hipnosis no se acuerdan de Greenforce ni de los poderes. ¿Por qué ella sí?

Amy

Intenté seguir con mi vida.

Sí, seguía teniendo fuego, y eso no debería haber pasado, pero no importaba.

Aunque todo lo que quería hacer, parecía que no lo podía hacer, por ser diferente.

Aún así, seguí unos días más normalmente hasta ese día.

Brooke por fin vino a mi casa- para decirme lo que me quería decir esa vez.

-Okay, entonces... - esperé a que siguiera mi frase.- ¡¿Qué?!

-Ah, sí. Lo que te quería contar era- se lo pensó un poco- nada.

-Vamos, Broo, ¿Por qué no me contás?

-Porque lo pensé, y no importa.

-Vamos, por lo menos dame pistas. Era una cosa- negó con la cabeza- okay, entonces, algún lugar nuevo. No, entonces... em... ¡Algo que hacer!

-Sí.

-¿Y por qué no me contabas?

-Porque tú no puedes hacerlo.

Esa respuesta me impacto.

-¿Que? ¿Cómo?

-Sí Amy. ERES DIFERENTE. NO PUEDES HACERLO.

Esa frase me dolió mucho.

-¿Como que no? Co... ¿Por qué? Es que... - me empecé a marear. Mi respiración se volvió entrecortada, y me dolía la cabeza.

Después de un rato, la decepción se volvió furia. En el espejo, puede ver cómo mí pelo se hacía todavía más rojo, y mis ojos se tornaban del color del fuego.

-¡¿POR QUÉ NO?!

-Lo siento- su calma me asustaba. Además, no se veía como si lo sintiera- pero no puedes. La gente diferente, como tú, no puede. La gente diferente, como tú, no debería. La gente diferente, como tú- seguía repitiendo esa frase, y cada vez me dolía más. Era como si me estuvieran clavando algo en el pecho- no debería estar aquí.

Aquí.

Aquí.

La palabra retumbó en mí cabeza. Ahí fue cuando perdí el control.

Milo

Nada raro había pasado después de eso. Por suerte, además de esa vez, todo era tranquilo. Tal y como debía ser.

Pasaron más días, y en un momento dado, vi como uno de ellos se despertaba de su trance.

Matthew abrió repentinamente los ojos, asustándome. Luego parpadeó un par de veces.

-¿Que? ¿Quien? ¿Donde estoy?

-Hola, Matt. Estás en la cabaña de los Petterson, ¿No te acuerdas? Los hipnotisé.

-Ah, cierto. Uf, ¿Cuánto tiempo pasó?

-Como una semana.

-¡¿Enserio?! Okay, estuve mucho tiempo en trance.

-Sí. Pero, tengo algo raro que contarte. Fue algo que pasó mientras estaban en el trance. Con ella- señale a Amy.

-¿Que pasa?

•••

-Okay, ¿Entonces dices que mientras estábamos todos hipnotizados vos viste que se prendía en fuego, y qué no debería haberlo hecho por qué se supone que no nos acordamos de lo que pasó en Greenforce y de los poderes?-preguntó mi amigo impactado mientras caminaba de un lado al otro de la sala.

-Exacto.

-Okay, okay. Hay que calmarse. No pasó nada. Solo... debe haber sido... y... okay no tengo ni idea. ¿Qué pasó?

-¿Piensas que yo lo sé mejor que vos? No, el cerebrito de vos sabe más que nadie.

-Tienen razón, pero tenemos que averiguarlo. Y antes de que despierte.

En ese momento, todo se volvió fuego.

El bosque de GreenforceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora