El bosque de Greenforce

Capítulo 18: Zack y Matt se pelean... como siempre

Matthew

-¿Qué pasó? ¿Dónde estoy? ¿Quién sos? ¿Quién soy?

Resoplé.

-Buenos días Zack.

-Ah, Matt, eras vos.

-Decepcionado tanto como yo, ¿Eh?

-Sí. ¿Qué se supone que pasó aquí?

-Em, es que me besé con Amy y vos te desmayaste al vernos.- inventé.

-¡¡¡¿Que?!!! De parte de ti no me sorpren...

-Nah, es broma, te hipnotizaron.

-Cierto.- hizo una pausa- Casi me matas.

Sonreí. Era divertido casi matarlo.

-¿Y los demás?

-Siguen así. Hasta ahora solo nosotros dos nos despertamos.

-Que maravilla.

Revoleé los ojos.

-Si pudiera elegir con quien estar.

-Yo te ayudo. Esta es mi casa...

-Ah- milo entró- este se despertó.

-¡El insoportable Tamper también está aquí!

Asentí.

-Sí- respondió él- Estaba hablando con uno de la OC... un amigo, sí, un amigo.

-Cada vez te entiendo menos.- hablé.

-Somos dos. Aunque no quiera admitir que estoy de acuerdo con vos.

-Siempre hay una primera vez. Además, VOS a MÍ no me caes mal.

-Si la sensación fuera mutua.

-Y se dice que rencorosos son los...

-¡No es rencor!

-¡¿Entonces qué es?!

-Chicos, cálmense- la hermana de Zack frenó la pelea.

-¡Jade!

-Que bueno que llegaste, que estos dos sino iban a destruir todo con su pelea.- dijo Milo.

-Tííííípico de ellos.

Su hermano revoleó los ojos.

-Ya, ¿En dónde estamos? ¿En qué tiempo? Quizás viaje en el tiempo, que se peleen podría ser siempre después de que pasó lo de...

-Tranquila. Estás en el presente, al menos eso creo... ¿Milo estamos en el presente?- mi amigo asintió.- Que bueno, ¿Te acuerdas que nos hipnotizaron? ¿Sí? Bueno, ya te despertaste.

-Ah, okay. Y ustedes, ¿Por qué peleaban?

-¡Porque tu hermano me estaba echando!

-Porque él es un... un... un... ¡Hipócrita!

-Y ni siquiera tenés imaginación.

Jade frenó a su hermano antes de que me rompiera la cara.

-Zack, no lo mates. Es tu amigo.

-Primero, no me trates de tonto cuando no lo soy. Y segundo, ¿Amigo? ¿De quién? Por que mío no.

-Bueno, em, compañero. Conocido. Amigo de tu hermana.- me guiño un ojo.

-Gracias Jade. Me gusta mi cara.

-A mí no- espetó el otro.

-El sentimiento empieza a ser mutuo.