Amy.
Después de eso, no nos estuvimos hablando. Zack me ignoraba, y yo no le hablaba.
Pero, yo me sentía mal. No era con él mi enojo. Yo no había querido. Lo que me pasaba era que me tenía que desquitar. Y de que? Pensarán, vives en un hermoso lugar con dos maravillosas personas y tienes poderes. Bueno... desde mi punto de vista estoy en un bosque en el medio de la nada, solo acompañada por un pueblo que nos detesta, y en una casa con un chico guapo que me obliga a comer carne aunque soy vegetariana, y su hermana loca que crea terremotos y me arrastra consigo a la comisaría. Tengo mis derechos.
Y lo sé, va a llegar un punto en el que lo único que quiera va a ser quedarme, y también sé que no son completamente así y estoy siendo mala y exagerando, pero ahora, seguía siendo raro.
El punto es que no era con él, así que una mañana que no lo había visto me fui a disculpar.
-¿Zack?- silencio.
-¿Puedo pasar?- de nuevo, no hay respuesta- ¡En serio Zack! Solo vine a decirte que... perdón. Yo no quería decirte eso. Solo que, necesitaba desquitarme, con todo, y vos fuiste el pobre que se lo saco.- más silencio- bueno, si no me quieres perdonar, te entiendo, yo no me perdonaría., pero tenía que decirte esto.
Luego me puse una campera, y a las 11 salí.
-Jade, voy a caminar un poco.
Zack
Hoy me fui temprano, a buscar fruta al bosque.
-Jade,- entre a su cuarto. Estaba incorporada en la cama con los pelos en la cara- perdón, ¿Te desperté?
-¿Que querés?
-Te quería avisar que voy a salir a buscar fruta.
- Si, cool, como sea- y se volvió a dormir.
Me fui a las 9:30 y me quedé un largo rato. Peras, manzanas, cerezas.
Volví dos horas después a las 11:30.
-Hola, volví.
-Uuuuu, ¡Y volviste con fruta!
- Si. A propósito, ¿Sabés donde está Am?
-No, ni idea. Quizás esté en su cuarto, ¿Porqué?
-Nada. Nada.
Fui a donde me dijo mi hermana. Tenía que pedirle perdón. En realidad ella había estado mal, pero yo no debí haberla ignorado ni nada, ¿Que si había querido disculparse pero la ignoré? Solo que no podía vivir con que no quisiera ser mi amiga, ya no.
-Amy, vine a pedirte perdón- no me respondió.- es que, no soportaba la idea de que no quisieras que fuéramos amigos. Adiós.
Podía entender maso menos que no quisiera hablarme, después de todo, yo fui el que la ignoré, quizás había intentado decirme algo y no pudo por eso, quizás ella sí quería disculparse, pero necesitaba pedirle perdón.
Luego llegó la hora del almuerzo.
Jade
Había mucho silencio. Un silencio muy incómodo.
Los dos se miraban con la misma cara. Cara de perdón, pero sigo enojado con vos. Desde lo que pasó en el pueblo, no se hablan.
-y, ¿Les gustó?- rompí el silencio. Hoy yo había cocinado.
-Sí- dijeron al unísono y siguieron comiendo.
-Hey, les cuento un chiste. ¿Como metes a una jirafa en una heladera?
-Abrís la heladera, metés la jirafa, cerrás la heladera- dijo secamente mí Amy.
- ¿Y como metes un elefante en una heladera?- resalte la palabra elefante.
-Abrís la heladera, sacás la jirafa, metés el elefante y cerrás la heladera. Ya lo conocemos.- dijo mi hermano.
-Sí sí, pero queda UNA más. El león hizo una...
-Hizo una fiesta de cumpleaños- me interrumpió la colorada.
-Y fueron todos los animales, menos uno.- le siguió el otro.
- Cuál fue?- pregunté.
- El elefante porque estaba en la heladera!!!- me gritaron de mal tono.
-Okay amiga- dijo Am- entiendo que quieras romper el silencio, pero no da gracia. Perdón.
-Además, este no es un tema en el que estés involucrada- dijo Zack.
-¡¡¡Vamos chicos!!! Okay, entiendo que se hayan peleado, pero, ¿No pueden siquiera hablarse?
-Es que quizás- empezó mi amiga- haya ido con esa persona a disculparme, porque, no tenía ningún problema con él, solo me quería desquitar, pero sabía que había estado MUY mal, y no me haya contestado ni una palabra.
-Quizás- siguió el otro son prestarle atención a lo que había dicho- yo haya ido a pedir perdón, porque yo no había estado mal, pero solo la ignoraba por el hecho de que no soportaba pensar en el hecho de que no quisiera que siquiera fuéramos amigos.
Cuando procesaron lo que el otro había dicho, se miraron sorprendidos.
-Pero, entonces, si me pediste disculpas porque no las oí?
-No se. Fue hoy a la mañana.
-Claro. Había salido a buscar frutas por el bosque. Pero le dije a Jade.
Me miraron
-Hey, estaba prácticamente dormida a esas horas, a duras penas me acuerdo. No podes ir un sábado y decirme algo antes de las diez esperando que me acuerde.
-Pero, ¿Qué con lo de Amy? Yo le pedí perdón también, pero no dijo nada.
-Seguro había salido. Después de que me disculpé, quise despejarme. Pero también le dije a Jade.
-¿Eh, que? Eso sí que no me lo acuerdo.
-¿No? Fue como a las once, que estabas caminando por el pasillo.
-Ou, eso sí es mí culpa.
Me saqué el pelo de la cara dejando ver mis auriculares, casi invisibles.
-¿Entonces estamos bien?- preguntó Amy.
Zack la fue a abrasar, dejándome claro en sus ojos, que quería que me fuera. Así que los deje solos.
Amy
Después de soltarnos del abraso nos miramos directo a los ojos. Sus canicas azules tenían un brillo especial.
Cada vez estábamos más cerca. Nuestros labios se fueron acercando, hasta que los suyos rozaron los míos, pero de repente, se oyó el timbre. Separándonos.
-Yo abro- empezó mi amiga.- Matt!!!- grito alegre, y abrazó fuertemente a alguien.
Matt? Quién era Matt?
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El bosque de Greenforce
FantasyAmy siempre sintió que no encajaba. Ella siempre fue diferente. Había algo en ella que se diferenciaba de los demás. Pero un día tuvo un accidente, y despertó accidentalmente en un lugar extraño que no conocía. Por primera vez, ella sintió que encaj...