Percy y Annabeth.

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"Una bienvenida lluvia de verano puede limpiar de repente la tierra, el aire y a ti."

-Langston Hughes

Las clases habían terminado, así que la emoción era palpable por todo el valle Olympus, ya habían tenido sus ceremonias de graduación. El valle ya contaba con nuevos futuros estudiantes de las universidades más prestigiosas y otras no tanto, pero aún así, había adultos orgullosos de que sus hijos terminaran con esas etapas de sus vidas y comenzaran unas nuevas.

Así que sólo había una última cosa que hacer, algo que hacían cada final de clases sin perder un sólo año. Era organizado por la escuela a la que ya no verían más, sus últimas semanas para crear recuerdos que conservaran para el resto de sus vidas adultas.

Un gran viaje, el último campamento de verano para los mayores y uno más para los más pequeños, aún así todos estaban igual de emocionados. No importaba que las últimas lluvias de la temporada de invierno hubiesen estado afectando, eso no estropearia los planes de nadie.

Percy Jackson

—¿Ya tienes todo listo cariño? —Preguntaba una mujer castaña sosteniendo una bandeja con papilla entre sus manos.

Se encontraba en el comedor de una pequeña casa, la mesa estaba puesta, en la cabecera se encontraba un hombre con el cabello entre negro y blanco, a uno de los lados un muchacho de cabello completamente negro y revuelto, sus ojos verdemar estaban concentrados en el plato de bacon que estaba delante de él mientras su boca se encontraba llena de lo que antes fueran panqueques, ahora sólo eran una masa inelegible. Y en una silla alta del otro lado de la mesa estaba una sillita alta con una bebé en ella que disfrutaba de golpear con sus pequeñas y regordetas manos la tabla de la mesa de lo más feliz.

—Viiimm —Es lo que se entendió que salía de la boca del muchacho que por supuesto seguía llena de aquella masa que ahora era acompañada por trocitos de lo que antes fuera bacon.

—No hables con la boca llena Percy —Regaño el hombre dejando su periódico de lado que sólo veía divertido, como Percy se levantaba el vaso de jugo ante la mirada reprobable de su madre, bueno el sólo intentaba no ahogarse con todo lo que estaba tratando de digerir.

—Lo siento, si ya guarde todo mamá —Trato de sonreír mientras recuperaba el aliento después de pasar la comida por su garganta y ella sólo negó con la cabeza mientras comenzaba a darle de comer la papilla a la bebé.

—Espero sea verdad, no que sea como el año pasado que tuve que ir a mitad del campamento a llevarte todo lo que se te olvido como tu cepillo de dientes —Recordó ella y las mejillas de él enrojecieron, el hombre sentado a la mesa sólo río con gracia.

—Aún recuerdo el año en que tuvimos que llevarle ropa interior de repuesto —El hombre río más viendo como el rostro de Percy se ponía de color escarlata.

—Cualquiera pensaría que disfrutan de mis sufrimientos —Le riño a los dos adultos, estos sólo rieron, la bebé soltó algunos balbuceos con enojo —Ven, ella me defiende y no tiene ni un año —Se levanto y beso la frente de la bebé.

—Papape —Balbuceaba alegre la niña y soltó una risa cuando el mayor se acercó.

—No crezcas para burlarte de mi, tu tienes que ser buena ¿entendido? Como Tyson, siempre de mi lado —La levanto entre sus brazos y le hizo cosquillas haciendo que chillara de emoción soltando una risita infantil.

—Bueno ya come como tu y babea como tu, esperemos que sea más prudente que tu —Decía su madre en son de burla, el se aferro a la bebé.

—No los escuches, ser como yo no es malo —Le daba besitos en la mejilla haciendo reír a la niña, esta comenzó a tomarlo por las orejas y babear su nariz —Algún día serás grande y fuerte —La levantó sobre su cabeza, la bebé río sosteniendo su pequeño puño en su boca —Y dirás que yo soy el mejor ¡Siii! —

Un gran viaje [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora