Frank y Chris

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Frank Zhang

—Deja de quejarte Frank —Una castaño pelirrojo pasaba con dureza el trozo de tela esponjosa y blanco de toalla, tratando de secar el agua y el lodo de su cabello —El entrenamiento por la mañana es lo mejor —

—Sólo si eres militar —Hablaba un chico de rasgos asiáticos con la cabeza enterrada en una almohada —Quiero dormir sólo por una vez hasta tarde, por una vez —

—Despertar a las cinco no es tan malo, te mantiene alerta —Ella lanzó la toalla a la canasta y se miró al espejo —Frank —

—Si te vas a afeitar, la crema está en la parte de abajo. No sé cómo es que tienes más vello en la cara que yo —Se dio la vuelta penosamente en la cama. El era muy grande.

—Porque tengo mejores hormonas que tu —Ella se agachó a buscar la crema para afeitar —Pero eso no es lo que te quería decir —

—¿Entonces? —El espero una respuesta, pero sólo obtuvo silencio, luego escucho la máquina de afeitar trabajando. Ella salió del baño y se lo quedo mirando.

—¿Crees que alguien podría fijarse en mi?

Los dos hicieron silencio, ella aún se secaba el cabello mientras miraba al chico que sólo se logró sentar en la cama.

—No lo sé, siempre hay algún loco que pueda llegar a querer ser golpeado cada cinco minutos unas mil veces por día —Ella sonrío ante la respuesta de él.

—Ese es mi hermano —Río con ganas —Ahora levántate, papá seguro subirá pronto —

—Es lo más seguro —Se puso de pie y miro las maletas que tenían en el Marco de la puerta —¿Para qué las luces de bengala? —

—En caso de que nos perdamos en el bosque y los osos nos quieran comer, en tu caso adoptar

—Ja Ja muy graciosa —El levanto una de las maletas que tenia estilo militar —Aquí hay como para que vivamos en la naturaleza el resto de nuestra vida —

—Quizá es la forma nada sutil de nuestro padre de decirnos que ya no regresemos a casa

—Ni me lo recuerdes, quiere que me una el próximo año al ejército. Tengo dieciséis por favor.

—Yo me habría unido, pero ya oíste lo que dijeron

—No se aceptan menores de edad, ni aunque tengan el permiso de su padre. Lo que le dirán de mi este año.

—Pero este año si me iré yo, ya tendré la mayoría de edad en un mes

—No sé como puedes querer eso —El negó con la cabeza mientras bajaban las escaleras —Hemos vivido casi a régimen militar desde los cinco y siete años —

—Hey, papá no sabe otra forma de criar desde lo de tu mamá

—¡Soldados!

—Y ahí vamos —El chico rodó los ojos, se paró recto igual que ella y caminaron a la cocina.

—Cinco minutos para comer, o tendrán que llegar a la escuela caminando, apresuren —Ellos corrieron a comer lo que había en los cuencos servidos en la mesa a la orden de él —Recuerden llevar todo lo necesario, sus cuchillos de caza, sus armas son indispensables —

—Están prohibidas las armas blancas papá —Renegó el chico por lo bajo.

—Dijo algo soldado Frank ¡Su abuela habría hablado más alto! ¡Y tiene noventa años!

—Sólo tiene setenta —Puso los ojos en blanco, luego se arrepintió cuando el hombre golpeó la mesa con sus puños.

—No me contesté de esa forma soldado. Al suelo y deme cuarenta

Un gran viaje [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora