Epílogo.

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Harry.

La vida es una constante de factores unidos por fuerzas superiores a lo que nosotros podemos llegar a explicar, con planes y miles de vueltas, y que nunca se sabe a cuantos grados puede girar o trastornarse...

Ahora me encontraba en el avión, a punto de ir a Chicago, con la esperanza de seguir mis sueños.

Mi celular vibró y al ver la pantalla vi un mensaje de un número no registrado:

Sé que estas a punto de irte, y no sé si te vuelva a ver, pero, quiero decirte que te extrañaré. Eres la persona más asombrosa que he conocido y sé que triunfaras en lo que sea que tú te quieras proponer, choco... Mucha suerte xoxo

Terminé de leer el mensaje, y por alguna razón sonreí. "Choco".

—Señores y señoras, les pedimos el favor de apagar todos sus aparatos electrónicos...—Entonces obedecí, no apagué el móvil, pero lo puse en modo avión, y simplemente saqué mis audífonos y puse algo de música.

Camino directo al escenario, con los sentimientos a flor de piel. Ella está parada entre todo el público, y está sonriendo. Ese brillo en sus ojos me hace sentir de lo más especial. Al salir todos comienzan a gritar y a aclamarme. Tomo asiento en aquel banco situado en medio del escenario. Un reflector hace énfasis en mí y me deslumbra momentáneamente. Un chico me entrega mi guitarra y la acomodo entre mis piernas para poder empezar a tocar y cantar.

"Estoy esperando parado frente a ti...

El miedo me sostiene y es más difícil respirar...

Todas las luces de repente me ciegan...

Nunca note lo brillantes que eran...

Mantendré mis ojos abiertos...

Mantendré mis ojos abiertos...

No me dejes... No me dejes...

No me dejes ir...

Porque estoy cansado de sentirme solo...

No me dejes... No me dejes...

No me dejes ir...

Porque estoy cansado de sentirme solo...

(...)"

Termino de cantar y al llegar detrás del escenario, ella está ahí. Mirándome con ojos soñadores. Se acerca y me toma por el cuello... y me besa de lo más deleitable posible.

—¿Cuándo se me ocurrió dejarte ir?

Yo niego con la cabeza, dando a entender que no tengo ni la más remota idea. Ella vuelve a sonreírme.

—Me equivoqué, y te falle...

Entonces, tomo sus mejillas y esta vez yo la beso, con necesidad y ganas de no dejarla ir jamás.

Llegamos de alguna forma a un campo, y llego a notar que de la nada ya nos encontramos en una colina. Ella me sonríe y se sienta.

—Podemos soñar lo que queramos, Harry.

Volteo a mirarle y ella me sonríe más aún. Ambos volteamos al cielo, para mirar las hermosas estrellas. Me pego a ella y la abrazo, ella pone su rostro sobre mi pecho y suspira.

Siento que mi cuerpo está lleno de vida, y que solo ella puede causar esa sensación dentro de mí. Mi corazón palpita rítmicamente, y siento que causa una hermosa melodía de Beethoven. Una loca y estrepitosa melodía.

«Lo mejor de la vida... es un sueño»

Y esa frase se pega en mi memoria, imposible deser borrada...    

Dreamers «Harry Styles» ✓ #1 (Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora