Esa noche en el Tanabata.

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"Que Noiz-san y yo pasemos muchos momentos juntos y felices"

Colgué el papel en una rama de bambú esperando que esto se cumpliera.

- ¡Hey Clear!

- Ah si, ya voy Noiz-san.

Estaba ya en mis vacaciones así que decidimos venir al Tanabata, tenía tantas ganas de venir y más con él.

* Horas antes*

- Noiz-san, ven a ver esto.

- ¿Que es?

- ¿Te gusta? Es una yukata color verde, te quedara muy bien.

- ¿Tu compraste esto?

- Si, es un regalo para ti. Apúrate porque iremos al Tanabata.

- ¿Tana... Bata?

- El Festival de las estrellas, todos los años se celebra y me gustaría ir contigo.

- Muy bien.

Fui al baño a ponerme mi yukata, era de color gris con hermosos grabados de peces en el, salí de ahí y lo espere en la sala, Noiz-san estaba tardando bastante así que fui a ver si tenía problemas poniéndose el obi o algo por el estilo, me asome por el marco de la puerta y pude observar como se veía en el espejo con la yukata puesta, se veía tan apuesto y le quedaba tan bien el verde, lo vi por unos instantes y luego noto mi presencia.

- ¿Algún problema?

- No -negué con la cabeza- es solo que te ves... Muy bien.

- Me gusta mucho el tuyo, se parece a ti.

- A mi también me gusta tu yukata Noiz-san. -nos quedamos parados viéndonos fijó cuando tome su mano y me acerque a besarlo- ¿Nos vamos?

El asentó y nos dirigimos a la salida, llegando al lugar había mucha gente, puestos de comida y juegos; decidimos visitar unos cuantos de juegos y probar nuestra suerte... Bueno a decir verdad a Noiz-san se le dan mucho los juegos así que el se encargó de ganar algunas cosas, luego fuimos a los puestos de comida donde como es su costumbre compro para un ejército. Me acerque en donde había varias chicas dejando papeles en las ramas de bambú, escuche que dijeron que son deseos o aspiraciones románticas así que decidí escribir una para ambos, escuche su llamado y fui con él.

- Dijeron que habrá fuegos artificiales.

- ¡Oh woow! Que genial.

- Si, busquemos un lugar para verlos mejor ¿te parece?

- Claro.

Y comenzamos a apartarnos de toda la gente, entramos en un parque donde estaba cuesta arriba, se podía apreciar el festival y se veía el cielo lleno de estrellas. No había nadie ahí porque todos estaban ya esperando los fuegos artificiales. Me encontraba mirando el cielo estrellado.

- Noiz-san no es bon... -cuando de repente me sorprendió y giro mi cuerpo para quedar de frente y comenzar a besarnos, siempre tenia esa maña de callarme a la mitad de una frase con un beso, luego me separe un poco de él- N-Noiz-san, alguien podría vernos.

- No hay nadie aquí. -me dijo en un pequeño susurro.

Me siguió besando y me fue llevando paso a paso hacia atrás, sentándonos en el pasto que estaba en los alrededores comenzando a besar mi cuello.

- N-Noiz-san, es-espera... A-aquí no...

- Solo quiero probar algo, antes solo tenía la sensación en mi boca y desde que puedo sentir dolor y el calor de las personas es la primera vez que hago esto y quiero saber que se siente- es cierto Noiz-san ya tiene el sentido del tacto recuperado pero me daba un poco de vergüenza hacerlo en un parque alguien podía vernos en cualquier momento. A él eso no le interesaba, desabrocho el obi, dejando un camino de besos por mi pecho, bajo mi ropa interior y él se desabrocho el obi dejando al descubierto sus hombros y abdomen, los fuegos artificiales estaban empezando, seguíamos besándonos, en un momento vi que él tampoco tenía su ropa interior y rodeo con sus piernas mis caderas- Yo solo quiero...

De pronto sentí como iba bajando todo su peso en mi nos quedamos mirándonos fijamente por un momento.

- ¿Como se siente Noiz-san?

- No lo se, esta... Es-esta muy duro...

- ¿No te duele?, si quieres páramos.

- No...

Rodeo mi cuello con sus manos y yo puse mis manos en sus caderas ayudándolo a hacer un movimiento de arriba hacia abajo lo único que lograba escuchar era su respiración y algunos quejidos porque estaba abrazado de mi y su boca quedo en mi oído, lo demás era iluminado por las luces de los fuegos artificiales que daban un destello hermoso en el cielo, el resto eran besos y caricias por parte de ambos, ya no me importaba si alguien nos veía o no; lo único que me importaba era sentir a Noiz-san así, siempre y sin ningún apuro o preocupación; se siguió moviendo de una manera increíble mientras le daba pequeñas mordidas mi cuello, yo trataba de tocar todo lo posible con mis manos; su suave piel, las pequeñas gotas de sudor que se sentían descender de su nuca hasta la espalda, trataba de seguir con los besos en su boca, mejillas, cuello y pecho no me cansaba de tocarlo de sentirlo cerca de mi. Después de un rato todo llego a su fin junto con los fuegos artificiales y la luz que nos brindaban. Fue una experiencia inolvidable ya que nunca había hecho algo así. Nos vestimos y Noiz-san me ayudo a levantarme.

- G-gracias -salió de mi boca, pero por alguna razón estaba apenado- se acabaron los fuegos artificiales y no los viste.

- Eso fue mejor que ver los fuegos artificiales -beso mi mejilla y me extendió su mano- vamos a casa.

- Si, vamos a casa.

Parecía que al fin había caído otra lluvia de estrellas por mi vida.

NocturneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora