Una vida nueva.

715 59 20
                                    

- Entonces ¿te iras?

- Si, es un viaje a Alemania que supongo durara mucho tiempo.

- Estoy muy feliz por ti Clear, eres un buen muchacho y me alegra de que hayas enseñado a mis chicos a hacer tus trucos como Flair bar tender.

- Es lo menos que puedo hacer en agradecimiento.

- Si algo no sale bien y decides regresar, recuerda que aquí siempre serás bienvenido.

- Muchas gracias -hice una reverencia- en verdad lo aprecio.

- Bueno pues te deseo suerte y vete a tu casa que creo que necesitas preparar muchas cosas antes de tu viaje.

- Así es, muchas gracias de nuevo y con permiso.

Salí del bar y Noiz-san me estaba esperando recargado en la pared de este.

- ¿Como te fue?

- Muy bien, me dijo que podría regresar cuando quisiera.

- Y yo también te lo digo, puedes regresar a Japón cuando quieras. No es necesario que vendas esa casa, encárgasela a alguien.

- Pero y el dinero...

- Por eso no te preocupes.

- Claro que me preocupo, no quiero ser una carga para ti, trabajaremos los dos y yo tratare de pagar mi parte. Como aquí lo hacemos.

- Muy bien, si así lo deseas por mi esta bien.

La verdad es que no me esperaba que Noiz-san me dijera que no vendiera la casa, tal vez él recuerda que le dije lo importante que era para mi, me parece un buen gesto de su parte, llegamos a la casa y comenzamos aguardar varias cosas en cajas de cartón, al parecer Noiz-san es todo un experto en el orden, decidimos parar un rato para comer.

- Dime, ¿porque te tardaste tanto en pedirme que fuera contigo?

- Pensé que no aceptarías por esta casa.

- Son buenos recuerdos y me alegra que pensaras en ellos.

Estábamos conversando un poco, faltaban unos días para que nos fuéramos a Alemania y estaba nervioso por dos cosas: una nunca he viajado en avión y dos no conozco Alemania, Noiz-san me dijo que me ayudaría para que aprendiera muchas cosas del país el idioma era algo de lo cual no nos preocupábamos mucho por obvias razones. Terminamos de cenar entre platicas y decidimos seguir con las cosas que teníamos que guardar.
Horas después terminamos y tomamos un descanso en la pequeña cama.

- Noiz-san ¿como es tu familia?

- No te preocupes por eso, solo iremos de visita.

- Estoy muy nervioso.

- Tranquilo, todo estará bien.

Sus palabras me reconfortaban porque sonaba tan confiado que me hacía pensar en lo mejor de este viaje.

- ¿Te gustaría ir a ver a Aoba-san y Ren-san? Salir entre los cuatro para despedirnos.

- Suena bien. Los invitáremos cuándo terminemos de acomodar todo ¿que te parece?

- Bien.

Estaba mirando al techo con el brazo de Noiz-san en mí nuca, cuando la quite y me senté en su cadera comenzando a besarlo.

- Hey, últimamente has estado muy impulsivo.

- L-lo siento, es que no pue... -me interrumpió él con uno de sus besos- do...

- No me molesta, de hecho me gusta -nos besamos de nuevo y cuando nos detuvimos me quito mi playera muy lentamente tocando mi abdomen, luego mi pecho, mi cuello besando este último; yo también comencé a quitarle la playera y a desabrochar su cinturón, no voy a mentir estaba muy nervioso- oi, estas temblando. Eso me gusta mas.

Me tomo por la espalda, dio una vuelta y me recostó en la cama, el término de hacer lo que yo había comenzado además de ayudarme con mi propio pantalón.

- N-Noiz-san... Esp-espera...

- No quiero esperar, quiero volver a sentirte pero podemos hacer mas cosas diferentes -me arrastro un poco por la cama para poder llegar a él, cuando lo sentí adentro solté un leve gemido- ¿estas bien?

- S-si, es solo que, aahh, los piercings se sienten raros... Un poco fríos... Tú... Tú ¿como te sientes?

- Yo me siento fantástico y también se siente caliente... Muy caliente... Lo de los piercings pronto se arreglara.

Tomo mis manos y me jalo para llegar a mi boca de nuevo y quedar ambos sentados en la cama, nos quedamos quietos besándonos por un rato luego comencé a mover mis caderas y Noiz-san soltaba pequeños jadeos cerca de mi oído, luego puso su boca en mi lóbulo y comenzó a morderlo de una forma un poco ruda. Mientras que su piercing del ombligo rozaba con mi miembro.

- ¿Te duele?

- N-no... Noiz-san, hazlo... Hazlo mas fuerte... Tu... Ombligo...

- ¿Como lo sientes?

- S-se aahh, se siente bien...

Volvió a morder mi oreja un poco más fuerte pegándome mas a su abdomen, su boca se dirigía a la mía bajando por el cuello, llegando a mi pecho y con los dientes mordisqueo uno de mis pezones y con una de sus manos sostenía mi miembro, yo sentía que comenzaba a sonrojarme de nuevo no por lo que estábamos haciendo creo que era la vergüenza que sentía, todavía no estaba acostumbrado a muchas cosas que Noiz-san hacia pero creo que por él podría hacer un esfuerzo de cambiar.

NocturneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora